Uno de cada cuatro habitantes de Almería llegó a España en el siglo XXI

Un total de 169.000 nuevos almerienses en solo dos décadas: el nuevo siglo redibuja la provincia

Los dos municipios de Almería que no paran de crecer

Almerienses llegados en el siglo XXI
Almerienses llegados en el siglo XXI / DDA

Más de 169.000 personas residentes en la provincia de Almería han iniciado su vida en España desde el año 2001. Es decir, cerca del 23% de la población actual de la provincia ha llegado al país en las dos primeras décadas del nuevo milenio. Así lo reflejan los últimos datos del Censo Anual de Población publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este volumen de nuevos residentes no es menor: implica que más de uno de cada cinco almerienses no vivía en España hace apenas 23 años. Una cifra que sitúa a Almería como una de las provincias más activas demográficamente por la llegada de población foránea o retornada, y que refleja con nitidez la transformación social del territorio.

La provincia cuenta actualmente con 753.364 habitantes. De ellos, 62.444 llegaron entre 2001 y 2010, otros 60.276 lo hicieron entre 2011 y 2020, y 46.926 han llegado desde 2020 hasta hoy. En total: 169.646 personas, el 22,5% del total censado.

Ahora bien, este dato no implica que todos sean extranjeros. El INE contabiliza a quienes comenzaron su residencia en España en esos años, por lo que también se incluyen españoles nacidos en el extranjero, retornados o incluso nacionales procedentes de otras comunidades autónomas. Aun así, la proporción de ciudadanos de origen extranjero dentro de este grupo es mayoritaria, especialmente en municipios del litoral y zonas agrícolas.

La capital de provincia, Almería ciudad, ha recibido 6.966 nuevos residentes desde 2020, seguida de otros grandes municipios como Roquetas de Mar (9.285), El Ejido (6.345), Níjar (4.802) y Vera (1.529). Estas cinco localidades agrupan más del 60% de todos los nuevos llegados tras la pandemia.

Especial atención merecen algunos municipios turísticos o agrícolas, donde el peso de la inmigración reciente es aún más visible. Es el caso de Garrucha (1.132 llegadas tras 2020) o Mojácar (883), localidades que han consolidado un perfil mixto entre población extranjera trabajadora y jubilados europeos que eligen el clima almeriense como destino de residencia permanente.

Otro fenómeno interesante se da en los pueblos más pequeños. Aunque en cifras absolutas el número de llegadas es bajo, en términos proporcionales pueden representar un cambio significativo. Por ejemplo, Bayárcal ha sumado 28 personas desde 2020 en una población total de 332 habitantes, lo que representa un crecimiento del 8,4% solo con llegados recientes. Lucainena de las Torres, con 66 nuevos vecinos entre 721 habitantes, presenta cifras similares.

En la llamada "España vacía" hay dinámicas silenciosas de repoblación. Pequeños municipios rurales que antes solo perdían población, ahora ganan nuevos vecinos gracias a personas que buscan una vida más asequible, tranquila o conectada con la naturaleza.

En contraste, 566.580 personas de Almería han vivido siempre en España y no figuran en ningún tramo migratorio. Representan el 75% de la población total, lo que indica que, aunque la movilidad ha aumentado en las últimas décadas, la mayoría sigue siendo población asentada desde siempre en el país.

Es decir, la provincia vive una convivencia demográfica entre población muy estable y nuevos residentes que han llegado en oleadas desde inicios del siglo. Esta doble realidad explica parte del dinamismo, los retos y las oportunidades que hoy enfrenta Almería en vivienda, servicios públicos, mercado laboral y cohesión social.

El dato más reciente, correspondiente al periodo 2020–2023, apunta además a un repunte importante tras la pandemia. La llegada de 46.926 personas desde 2020 es una de las cifras más altas registradas en tan corto periodo de tiempo. Muchos de estos nuevos residentes se han instalado buscando nuevas oportunidades laborales, calidad de vida o, directamente, un nuevo comienzo tras el confinamiento.

El análisis de los datos también muestra que la costa y los grandes núcleos urbanos son los principales imanes de población, pero empieza a haber señales de vida en pueblos del interior. Si esta tendencia se mantiene, algunos municipios que hoy están al borde del despoblamiento podrían experimentar una segunda vida.

En definitiva, Almería se ha convertido en uno de los destinos principales para quienes llegan a España en el siglo XXI. Y 2025 puede ser un año clave para consolidar este cambio estructural. La combinación de clima, agricultura intensiva, turismo residencial y vivienda más asequible que en otras provincias ha colocado al territorio como un polo de atracción para nacionales y extranjeros.

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