Las cruces del Solanillo

Misterio. Treinta años se cumplen este mes de este insólito suceso acaecido en la barriada roquetera, que aún hoy sigue sin esclarecerse y sigue siendo una incógnita

ESTE mes de septiembre se cumplen treinta años de un singular caso que en los medios de comunicación locales acuñó el término popular de "Las Cruces del Solanillo". De este asunto se tuvo conocimiento en la prensa local gracias a mi compañero y amigo, el desaparecido Antonio Jiménez que el 22 de septiembre de 1985 contaba la aparición de unas extrañas siluetas en unas cuantas sillas en una vivienda de la barriada del Solanillo de Roquetas de Mar.

En cuatro de la media docena de sillas del comedor de la casa aparecieron unas extrañas cruces réplica del crucifijo que la familia tenía colgado en una de las paredes del comedor. Al principio los familiares-manifestaron a Jiménez-´que pese a que habían tratado de borrarlas por todos los medios, utilizando lejía o aguarrás no se quitaban.

De inmediato, conocido el extraño fenómeno entre la población surgieron las inevitables comparaciones con las inolvidables caras de Bélmez. Algún que otro "listo" sugirió a la familia que a esta paranormal historia se le podrían sacar unos buenos durillos.

De la noche a la mañana los dueños de la casa se vieron desbordados por el alud de curiosos. Desde primeras horas de la mañana durante los primeros cuatro o cinco días que duró "el fenómeno", las colas de gente eran enormes y la familia tuvo que establecer un horario de visitas a la afluencia de visitantes. La familia llego incluso a intentar solicitar que el canónigo de la catedral, el roquetero Juan López Martin llegase a celebrar en la casa una misa.

Miles de personas desfilaron por el domicilio de Josefina Alférez en los horarios de 13,30 a 15,00 y de 20 a 22 horas. Según fue trascendiendo, Josefina Alferez contó que unos meses antes mientras acudía a misa y rezaba al Cristo de la Luz sintió unas extrañas sensaciones. De hecho acudió a varias tiendas buscando una imagen del Cristo, hallado una en un establecimiento de Roquetas de Mar que de inmediato compró.

Según recoge Cerezuela en uno de sus libros refiriéndose a este caso, el primer hecho insólito del caso se produjo al día siguiente de comprar el crucifijo. Un primo de Josefina, enfermo de cáncer sufre intensos dolores. La mujer reza y pide al Cristo que le diese una muerte sin dolor. Así fue, el hombre murió son sufrir. Veinte días más tarde aparecen las "singulares" cruces en las sillas del Solanillo.

Se dice que por la casa pasaron expertos en temas parapsicológicos, que no dudaron en calificar las apariciones como de "sobrenaturales". Hubo comentarios para todos los gustos. En incluso tres jóvenes del barrio cercano del Cosario, sembraron la confusión, al revelar que ellos tenían también una silla con esta figura en el asiento, manifestando que la causa era que el contrafuerte de goma del asiento tenía forma de cruz.

La dueña de la casa fue sometida a diversos exámenes médicos, ante las taquicardias de la mujer y no apreciaron anomalía alguna. La iglesia tampoco se pronunció, Un buen día la historia dejo de interesar a los medios de comunicación que alimentaron el "misterio" y el negocio dejó de funcionar. Ya nadie habla del asunto, ni tiene interés en recordarlo, aunque parece que a pesar de haber trascurrido tres décadas, aunque quedan vestigios de estas cruces en esas señaladas sillas.

Y hubo otro caso también curioso, ocurrido cinco años antes. A primeras horas de la mañana del 14 de noviembre de 1970 en una casa de planta baja de la localidad de Vera, aparecen diversos rostros con rasgos un tanto difuminados en los cristales de una de las puertas de la vivienda. Los propietarios, un tanto confusos ante el inesperado "fenómeno" empezaron a comunicar estas singulares apariciones entre los convecinos hasta llegar a oídos de las autoridades.

Los rumores se dispararon, hasta tal punto que especialistas en este tipo de cosas de Almería examinaron cristales y viviendas sin llegar a conclusiones concretas. Expertos en este tipo de temas, desplazados desde Madrid informaron entonces a través de los medios de comunicación que se trataba de un caso de teleplastia con una gran similitud con las denominadas "Caras de Bélmez".

El día del "fenómeno" transcurría tranquilamente hasta que a media tarde la dueña de la casa advirtió unas manchas en la puerta de la cocina. Su marido observó atentamente el cristal y aterrizado le dice que son caras de personas. La mujer despavorida sale a la calle. Una de las imágenes parece ser la de un Cristo en la Cruz. Una semana de visitantes de romería por la casa para ver el extraño fenómeno.

Un análisis óptico de la imagen por los expertos reveló pruebas en una de las puertas donde apareció la teleplástia ofreciendo las primeras pistas. Se utilizaron diversos sistemas para esclarecer las dudas que públicamente se planteaban. El día 15 de noviembre de 1997, algunos de los investigadores del S.E.I.P., se desplazaron hasta Vera, para observar y analizar esta misteriosa aparición de teleplástias quienes tras una larga y exhaustiva investigación, encontraron en este caso una gran similitud con las caras de Bélmez de la Moraleda. Cuando pasó la tormenta llegó la calma y nada más se supo.

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