La costa nijareña: del asedio pirata al refugio de los petaqueros y narcos

Las calas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar se llenan de narcolanchas al cobijo del temporal, algunas incendiadas en la orilla tras alijos o persecuciones, y de garrafas con residuos de combustible

Almería cumple tres años en el Plan de Seguridad del Campo de Gibraltar: 2.304 operaciones y 1.841 detenidos

Las narcolanchas se refugian en El Playazo de Rodalquilar
Las narcolanchas se refugian en El Playazo de Rodalquilar / Redacción Almería

El castillo de San Ramón en El Playazo se erigió en 1764, con una batería para cuatro cañones, para vigilar y controlar el tramo de litoral comprendido entre el Cerrico Romero y la Cala de San Pedro de habituales incursiones de piratas y bucaneros hacia las minas de oro y plomo del valle de Rodalquilar. A poco menos de dos kilómetros se encuentra la torre de los Alumbres, construida dos siglos antes por los habitantes en su intento de impedir el saqueo del alumbre que se llevaba hasta los barcos. Son dos de las fortalezas defensivas de la costa nijareña, con la que repeler el ataque de los corsarios musulmanes del norte de África, que desde hace meses están siendo testigo directo de la concentración de embarcaciones de organizaciones delictivas con la misma procedencia, pero que hoy se dedican al triple negocio del narcotráfico, petaqueo e inmigración irregular a través del mar de Alborán.

Los tripulantes de las narcolanchas captadas en El Playazo hundían y sacaban bultos del fondo del mar

Durante las últimas semanas se ha intensificado la presencia de las planeadoras y semirrígidas de alta velocidad, del tipo ‘go fast’, en las calas y playas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, a menos de un kilómetro del litoral, en las que se agrupan para poder cobijarse del temporal y adversas condiciones meteorológicas que sufren en alta mar. La situación no es inédita y se remonta años atrás, con avistamientos masivos el pasado invierno en Genoveses o Las Negras, pero la actividad se ha venido incrementando y en lo que va de año se han convertido en una imagen ya habitual de la costa nijareña, fondeando en sus icónicos enclaves o perseguidas por las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Las petacas de combustible, garrafas blancas de 25 litros con restos de combustible, también invaden las paradisiacas playas del primer parque marítimo-terrestre de Andalucía con el consiguiente daño ambiental para su conservación y perjuicio a la proyección turística.

El viernes era incendiada una narcolancha en la cala del Bergantín
El viernes era incendiada una narcolancha en la cala del Bergantín

Un detenido tras embestir a Guardia Civil y caer al mar

El seguimiento y persecución de las narcolanchas fondeadas este domingo en la zona de El Playazo de Rodalquilar se saldó con la detención en tierra de uno de los tripulantes que había caído al mar tras embestir violentamente a la patrullera de la Guardia Civil. Según informa la Comandancia de Almería, cuando detectaron las embarcaciones semirrígidas, del tipo ‘go fast’, emprendieron la huida como viene siendo habitual y se inició el hostigamiento hacia la cala de Bergantín, la misma zona en la que el viernes por la mañana ardía otra narcolancha. Sin embargo, el patrón de una las planeadoras maniobró para embestir a la patrullera y fruto de la colisión se produjo la caída de uno de los tres tripulantes al mar. Inició un intento de huida nadando hacia tierra, pero desde el Servicio Marítimo se activó a las patrulleras de la zona para que procedieran a su detención. Al llegar a la playa se escondió entre los arbustos de un acantilado, pero fue localizado por dos agentes que procedieron a su detención. Esta semana era puesto a disposición judicial por delitos de contrabando, atentado contra los agentes de la autoridad, daños afectos de la Guardia Civil y otro de riesgo por sustancias inflamables y el juez decretaba su ingreso en prisión provisional.

El estrangulamiento y presión policial que sufre la actividad de estas mafias en el Estrecho viene desplazando desde hace años las estructuras operativas y logísticas hacia el mar de Alborán y las calas de Níjar, por su orografía y difícil acceso, se han convertido en uno de los rincones estratégicos para el avituallamiento y fondeo en las frecuentes borrascas, al tiempo que en la comarca del Poniente proliferan los narcoembarcaderos e industria auxiliar del petaqueo. Este periódico en exclusiva ha tenido acceso a imágenes captadas este domingo en El Playazo y cala del Bergantín en las que se aprecia claramente a media docena de narcolanchas, en ocasiones abarloadas unas a otras, a la espera de que mejore la meteorología. Abrigados contra el frío y protegidos de las lluvias con chubasqueros y pequeñas tiendas de campaña, pasaron las horas a bordo de las planeadoras, de tres y cuatro motores fueraborda con 300 caballos de potencia que les permiten volar a 60 nudos, en las que no faltan tampoco avanzados sistemas de comunicaciones.

Narcolanchas se resguardan del temporal en Cala Higuera
Narcolanchas se resguardan del temporal en Cala Higuera / Diario de Almería

La secuencia permite comprobar como suben y bajan del fondo del mar bultos y paquetes con cuerdas blancas kilométricas que sitúan entre las dos ‘gomas’ cuando se agrupan. Esta narcoflota clandestina no pasó desapercibida como en otras ocasiones y el domingo tuvieron que emprender la huida porque la patrullera del Servicio Marítimo de Guardia Civil las pudo localizar con ayuda del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE). Se inició entonces una persecución que pudo acabar en una tragedia porque una de las semirrígidas embistió a la embarcación en la que viajaban los agentes. Más allá de los datos en la cubierta, este impacto sólo provocó la caída al mar de uno de los tripulantes que sería detenido poco después en su intento de huida tras alcanzar a nado la costa. No es la primera vez que ocurre un episodio de riesgo porque las organizaciones delictivas se han ido profesionalizando y cada vez son más violentas. El asesinato de dos agentes en Barbate pone de manifiesto la crueldad de pilotos expertos y temerarios que llegan a embolsarse hasta 50.000 euros por trayecto.

"Las movemos de una cala a otra"

En esta batalla desigual de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad contra las mafias, agentes sobre el terreno reconocen a este periódico las dificultades, sobre todo por la limitación de medios y personal, para plantarle cara a las organizaciones delictivas: “No hay forma de pararlas, no podemos abordar una narcolancha de tres y cuatro motores. Las movemos de una cala a otra, pero es imposible cogerla si no se avería o se queda sin gasolina e hacer nada”, afirma uno de los guardias civiles. Otro de los aspectos que preocupan a los agentes es que las redes cuentan con pilotos cada vez profesionales y temerarios a los que no importa poner su vida en riesgo ni la de los demás. Los sindicatos y asociaciones policiales consideran que siguen “infradotados” y exigen mayores inversiones y medios para plantar cara a organizaciones que tienen planeadoras de última generación y tecnología de vanguardia como drones para blindarse y eludir la seguridad. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) han criticado el riesgo que asumen los agentes cuando se realizan traslados de petacas en vehículos que no están adaptados para portar mercancías peligrosas como ocurrió en febrero cuando en una furgoneta camuflada sin ventilación específica se llevaron al menos 13 garrafas -algunas no estaban vacías- hasta el depósito del Ayuntamiento de Pulpí en la avenida de la Estrella de San Juan de los Terreros. Es otro ejemplo de las limitaciones que encuentran los agentes cuando hacen frente a la actividad de las mafias. En este sentido, desde la AUGC también reclaman al Ministerio del Interior que Almería sea declarada Zona de Especial Singularidad, lo que sería determinante para contar con más recursos por tierra, mar y aire en lugar de los refuerzos que se realizan de forma puntual.

En la persecución de las narcolanchas de este domingo en la cala del Bergantín uno cayó al mar y los otros dos tripulantes se cambiaron de neumática dejando sin gobierno durante varias millas la de la embestida, lo que puso en peligro la integridad del resto de embarcaciones de recreo de esta zona hasta que fue interceptada por la patrullera. Días antes fue grabada por los vecinos de Las Negras otra ‘caza’, en esta ocasión sin éxito, de varias planeadoras frente a sus casas y la Guardia Civil también confirmaba otra persecución de semirrígidas entre Aguamarga y faro de Punta de la Polacra. El viernes a primera hora de la mañana era localizada otra narcolancha ardiendo en otra cala junto al Playazo, abandonada y quemada por sus ocupantes que desaparecieron sin dejar rastro.

El patrón de una narcolancha fue detenido tras caer al mar en El Playazo
El patrón de una narcolancha fue detenido tras caer al mar en El Playazo

El real decreto aprobado en 2018 por el Gobierno catalogando este tipo de embarcaciones como “género prohibido” les impide tocar tierra, por lo que se ha venido generando un negocio complementario para el abastecimiento de combustible y víveres a las redes que trafican con hachís o transportan personas desde Marruecos y Argelia. Deben ser incautadas y destruidas, pero su interceptación marítima es una misión imposible con los actuales medios policiales que se limitan a un seguimiento disuasorio que da resultados cuando se produce una avería, accidente o contratiempo como el del tripulante que cayó al agua en El Playazo. Esta necesidad de suministros ha propiciado el florecimiento del petaqueo en el litoral de Poniente y Levante, una actividad con un reproche penal insuficiente porque si los bienes incautados no superan los 50.000 euros se queda en infracción administrativa por contrabando.

La 'industria auxiliar' se expande por el mar de Alborán

El mar de Alborán es un enclave geoestratégico indispensable para la supervivencia de las mafias que operan desde el norte de África, un escenario de combate en el que se libra una batalla desigual de David contra Goliat porque las redes del hachís y la desesperación humana disponen recursos ilimitados y los medios más avanzados frente a las limitadas plantillas, arcaicas flotas y falta de medios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la provincia. Una supremacía náutica que en los últimos años ha derivado en imágenes infaustas de potentes narcolanchas campando a sus anchas por icónicas calas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar cada vez que buscan refugio de un temporal o de las que portan petacas y desembarcan a grupos de inmigrantes a plena luz del día en las playas del Poniente. Desde el inicio de la pandemia ha crecido exponencialmente la ‘industria auxiliar’ del petaqueo en el litoral almeriense, el punto migratorio más caliente de toda la península en la última década con la receptación de más de 55.000 inmigrantes, lo que supone todo un desafío para la seguridad. En el Poniente almeriense, además, la expansión del petaqueo entre los clanes delictivos más antiguos ha generado problemas de seguridad para los agentes con episodios de amenazas y agresiones sin olvidar el incendio de un coche patrulla.

José Francisco Garrido, alcalde de Níjar, ha vuelto a reclamar al Ministerio del Interior que tome cartas en el asunto consciente del daño ambiental y los riesgos que conlleva para la navegación y el turismo, uno de los pilares de la economía en la zona: “Nuestras playas no pueden convertirse en la ‘narcogasolinera’ de las mafias que están operando a diario con impunidad sin que se adopten las medidas necesarias”. El regidor nijareño entiende que hacen falta más medios materiales y plantilla de Guardia Civil para afrontar un problema creciente de seguridad: “Siguen paseándose por nuestra costa como Pedro por su casa, con un alarmante rastro de bidones de plástico y residuos de combustible flotando en el agua de las calas”. La temporada de verano está a la vuelta de la esquina y la costa de Níjar que sufrió antaño el asedio pirata es hoy epicentro del narcotráfico y petaqueo en el Mar de Alborán.

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