El Cortijo El Uno: crónica de la muerte anunciada de un asentamiento chabolista en Níjar
El desalojo fue notificado antes del verano pasado, pero no fue hasta la semana pasada que se comunicó de forma definitiva
El Defensor del Pueblo pide a Níjar que evite la situación de calle a los desalojados en el Cortijo El Uno

Era la crónica de una muerte anunciada, pero no por ello menos dolorosa para los migrantes que -en algunos casos- residían desde hace una década en el Cortijo El Uno de San Isidro. Una finca ocupada por un poblado chabolista que este martes ha dejado de existir gracias a la orden dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Almería, a instancias de la demanda presentada por el propietario de estos terrenos.
El desalojo fue notificado antes del verano pasado, pero no fue hasta la semana pasada que se comunicó de forma definitiva a los ocupantes de las chabolas que debían de "abandonar voluntariamente" la finca y entregar las llaves de acceso al demandante, ya que en caso contrario se procederá al lanzamiento "sin prórroga ni consideración", "teniendo por abandonados los bienes que sean encontrados en la finca".
Este asentamiento era pequeño comparado con otros de la comarca. Se dividía en un almacén en el que viven nueve hombres, seis mujeres y seis niños; unas casetas interiores con un número oscilante de varones, junto a una mujer y dos menores; otras exteriores con diez hombres, una mujer y un menor, y una zona de chabolas con otras 13 personas.
Principalmente marroquíes, aunque con algún subsahariano entre ellos, la mayoría ya lo habían abandonado antes de que se compliese el plazo dado por el juzgado. A primera hora, apenas una veintena de ellos permanecía en este poblado, ya que el resto había buscado ya otras alternativas con amigos y familiares, incluso fuera de los límites de la provincia almeriense.
Nieto critica que la Junta no se sienta “concernida” por la tragedia del desalojo
La portavoz del Grupo Parlamentario Por Andalucía, Inma Nieto, ha criticado este martes a la Junta de Andalucía por no sentirse “en ningún momento concernida” por la “tragedia” sufrida por unos 60 migrantes que han sido desalojados a primera hora de este martes en el asentamiento del Cortijo El Uno.
Durante su intervención en Sevilla junto a portavoces de la Plataforma Andaluza por la Mayoría Social, Nieto ha querido que sus primeras palabras fuesen de “solidaridad” y de apoyo por parte de su formación a estas personas que hasta ahora residían en una chabola.
“Chabolas que ahora también les van a ser arrebatadas, quedando al raso, incluso con niños y niñas a su cargo, sin que la Junta de Andalucía se haya sentido en ningún momento concernida por esta tragedia, que no es la primera vez que sucede”, ha dicho.
En su opinión, el desalojo “vuelve a poner el foco a una situación insoportable en la que viven miles de trabajadores y trabajadoras que sacan adelante la producción agrícola de las dos zonas más pujantes de nuestra economía agraria en Andalucía”.
Ha subrayado que además de este desalojo en Níjar, en Huelva también se han producido incendios “muy recientemente”, incidiendo en que en uno de ellos falleció un trabajador.
“La Junta de Andalucía sigue mirando para otro lado, sigue presumiendo de las formidables cifras económicas que hay detrás de las explotaciones agrícolas de esta zona, pero sigue también desentendido de la situación que viven estas personas, sin las cuales no se podría presumir de esa producción ni de ese modelo exitoso para quienes sí que reciben un beneficio de él”, ha añadido.
La plataforma Derecho a Techo ha colocado unas precarias barricadas con bloques de hormigón en los acceso al asentamiento, las mismas que una grúa municipal ha derribado mientras la Guardia Civil y la Policía Local aguardaban a la llegada de la comitiva judicial. Comitiva que a las 09:40 horas en punto, tal y como estaba establecido, ha accedido junto a las palas mecánicas al recinto del Cortijo El Uno. Una hora más tarde, abandonaba el lugar mientras las palas proseguían con el derribo de las chabolas. Los servicios sociales no han hecho acto de presencia.
El director de la delegación en Almería del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Daniel Izuzquiza, ha afirmado a los medios que "es un día muy triste, con sensación de decepción y de impotencia: la gente está nerviosa, desgarrada, con mucha incertidumbre, sin saber dónde va, la gente buscándose la vida por un sitio u otro". "Todas son soluciones hiper precarias y provisionales, es el caso de un familiar que le deja un colchón, o un sillón, o un garaje, o gente que está pensando en rehacer la chabola en otro lado", añade.
Movilización para el 13 de abril en el Campo de Níjar
La Plataforma Derecho a Techo. presente en el desalojo, ha asegurado que no va a parar en continuar exigiendo y luchando por una vivienda en condiciones y a precios razonables para toda la ciudadanía de la provincia almeriense. "En ese sentido, vamos a comenzar a preparar una gran movilización para el 13 de abril en el Campo de Níjar, en la que vamos a convocar a todos los trabajadores, independientemente de su origen o actividad laboral, para reclamar el derecho a techo, el derecho a una vivienda digna", han explicado.
El portavoz del SJM subraya que este mismo lunes "hubo una resolución del Defensor del Pueblo Andaluz, con carácter de urgencia, invitando, no sé si exigiendo o pidiendo al Ayuntamiento que haga responsabilidad de las funciones que tiene atribuidas, que en este caso son elaborar los informes de vulnerabilidad social y trasladarlos al juzgado". Una resolución que, además, también instaba a actuar ante una situación de "emergencia y de desamparo", en la que se han visto inmersos menores. "Sin embargo el Ayuntamiento, amparándose en que hay una orden judicial y que es una propiedad privada, está haciendo dejación de sus funciones", ha lamentado.
"Los únicos que tenían un poco de hueco es Almería Acoge, que tiene un recurso con unas ocho plazas a las que posiblemente vayan a ir. Y nosotros estamos barajando, metiendo un poquito con calzador en uno de nuestros recursos a ver si podemos meter a una o dos personas, de las que están en situación más frágil", una decena de migrantes.
Por su parte, José García, de la Plataforma Derecho a Techo y el SOT-SAT, ha aseverado que 25 años después de los incidentes xenófobos de El Ejido (Almería), "después de aquellos ataques fascistas y racistas que fueron producto de la situación que vivían miles de trabajadores", la "patronal que representa Coexphal, y otras, que se comprometieron a desarrollar planes de vivienda junto a las administraciones, ofrecen como única alternativa ponerlos en la calle".
"Nos encontramos con trabajadores que han estado viviendo ahí en esas empresas, que trabajan en empresas BIO de la zona, que supuestamente tienen una responsabilidad social y tienen unas certificaciones, que tienen unos compromisos con los consumidores en Europa de que esta hortaliza se produce respetando los convenios laborales, que los trabajadores viven en condiciones decentes, pero cuando rascamos un poco lo que nos encontramos es más de lo mismo. Explotación, infravivienda y humillación de miles de trabajadores", ha incidido.
En el propio asentamiento se encontraban pintadas junto a mensajes contra Coexphal, la explotación y la vivienda precaria, junto a patinetes y bicicletas cargados con maletas y el deseo de encontrar un alojamiento digno en una tierra en la que, afirman los migrantes, nadie quiere alquilar una vivienda a un marroquí.
Una radiografía de los asentamientos chabolistas
El primer invernadero de plástico, con una superficie de 500 metros cuadrados, se construyó en 1961 en la provincia almeriense, una tierra que gracias a este modelo de producción ha vivido un “milagro” económico que también ha llevado aparejada la aparición de numerosos asentamientos chabolistas en los que residen jornaleros extranjeros.
Comarcas eminentemente agrícolas como las del Poniente o la de Níjar han acogido a miles de migrantes, muchos de ellos llegados en patera, que bajo plástico han intentado labrarse un futuro mejor, aunque la falta de alternativas residenciales ha sido tradicionalmente uno de los principales problemas para este colectivo.
De hecho, según el informe ‘Derechos Humanos en la Frontera Sur 2024. Las fronteras internas en Andalucía: las vulneraciones de derechos en los asentamientos de Huelva y Almería’, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), unas 16.300 personas con una situación laboral “en la opacidad" trabajan en el sector agrícola almeriense.
En este sentido, la APDHA señala que, según los datos de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía (2022), en Almería hay un total de 32.800 hectáreas cultivables, de las cuales, los municipios de Níjar y El Ejido cuentan con un 18 y un 39 %, respectivamente (6.087 Níjar y 13.112 El Ejido). Ambos son los más afectados por el chabolismo.
Por su parte, según el informe ‘Situación de las personas residentes en asentamientos agrícolas en Andalucía: Hitos desde 2023’ de Andalucía Acoge, en los poblados chabolistas en los que trabaja Almería Acoge en Níjar viven unas 3.537 personas, de las cuales 3.038 son hombres y 499 son mujeres. Entre estas personas se encuentran 83 menores, que están escolarizados.
En la resolución remitida este lunes al Ayuntamiento de Níjar por el Defensor del Pueblo Andaluz para reclamar que actuase ante el desalojo de este martes en el poblado ubicado en el Cortijo El Uno de San Isidro, en este municipio perviven unos 32 asentamientos chabolistas, y “se ha podido comprobar que algunas de esas personas llevan más de 15 años asentados en estos núcleos”.
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