El contrabando de tabaco se lleva 30 millones de Almería
La cifra ronda el 23% del total que mueve el sector en la provincia, que durante 2016 se situó en 200 millones de euros
El contrabando de tabaco se convirtió en una actividad residual en la provincia de Almería durante muchos años. El Estado vivió momentos de tranquilidad durante la primera década de este nuevo siglo. Pero en los últimos años, en Almería se ha ido creando un nuevo mercado al que las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, y de forma prioritaria la Guardia Civil, están plantando cara. De hecho, hace escasos meses se incautaron de una ingente cantidad de tabaco de contrabando (en Benahadux y Huércal), preparado para ser enviado a todo el país, valorado en 14 millones de euros. Su trabajo es efectivo, pero los contrabandistas también reinventan sus fórmulas.
Durante 2016, el contrabando de tabaco en la provincia alcanzó cifras del 23%, lo que supone una cantidad equivalente a los 30 millones de euros. En total, el sector generó en la provincia 200 millones de euros.
El Gobierno endureció el régimen sancionador de las infracciones de contrabando del tabaco aprovechando el proyecto de ley de reforma de la Ley General Tributaria. Y fue así debido al aumento del contrabando, que según el nuevo reglamento se debe a varios condicionantes, tales como el incremento de precios del tabaco, la situación socioeconómica en determinadas partes del país y las limitaciones jurídicas en la regulación de las franquicias aduaneras y fiscales en relación con los regímenes de viajeros y pequeños envíos. ESo están provocando un "crecimiento sustancial" del contrabando de tabaco, sobre todo en las zonas de frontera con territorios que no están incluidos en el área aduanera de la UE.
En cuanto al consumo, este ha venido descendiendo progresivamente desde la entrada en vigor de la ley en 2006, con la que se intentaba controlar su hábito. Así lo ponen de manifiesto los datos relativos a la venta de este producto facilitados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, que reflejan una caída del 20% en 2015 en comparación con 2005, ejercicio en que todavía se podía fumar en cualquier zona. Al cierre del pasado año, a fecha de 31 de diciembre, las 223 expendedurías de la provincia, concentrando la capital 52, comercializaron 68.425.217 unidades de cajetillas de cigarrillos, cigarros, tabaco de liar y para pipa frente a las 86.928.085 unidades de 2005.
El descenso de consumo no se ha visto reflejado en todos los tipos de tabaco. Mientras las ventas de cajetillas de cigarrillos han bajado aproximadamente la mitad desde 2005 (-48,37%), desde los 76,26 millones de unidades a los 39,4, la comercialización de cigarros se ha disparado, de tal modo que el incremento de sus ventas ha sido del 201,8%, pasando de los 9,56 millones de unidades a las 28,87. Por su parte el tabaco para liar, a pesar de ser más económico, también se ha desplomado de forma que su comercio ha caído un 88,65%, pasando de las 970.009 unidades a las 110.005. Igual sucede con el destinado a pipa, cuyas ventas han bajado en una década un 46,45%, de las 32.738 unidades en 2005 a las 17.531 en 2015.
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