Apuestan por la introducción gradual del contenedor marrón en Almería

Solo hay medio centenar distribuidos en tres barrios pilotos y el mismo número de mercados de abastos, pero a la vuelta de la esquina se encuentra la llegada de más de medio millar de contenedores marrones, que obligará a la totalidad de los residentes en Almería capital a un cambio de hábitos en su relación cotidiana con la basura. Estos contenedores marrones, aún desconocidos por muchos, son los futuros receptores de los restos orgánicos y de poda domiciliaria, si bien no aterrizarán en el término municipal de golpe. Aunque hay en marcha un contrato para una compra única, el Ayuntamiento ha decidido realizar una introducción gradual, prácticamente barrio por barrio, respaldada de una campaña informativa y de concienciación ciudadana para que el marrón cale en la sociedad y no sea, como su color, una pesadilla.

Sustituyen a los grises como receptores de residuos orgánicos y obliga, en los hogares, a disponer de una papelera de separación más, así como a la compra de bolsas compostables (biodegradables), para estos restos de comida que acabarán transformándose en compost. “De nada sirve instalar 560 contenedores (500 de carga lateral y 60 de carga trasera), si luego no sabemos qué echar en ellos o tiramos la basura en las bolsas de plástico habituales”, admite el concejal de Sostenibilidad Ambiental y Energética, Antonio Urdiales, quien se decanta por esa introducción gradual. Los datos, además, son los que son.

Hace dos años, el Ayuntamiento instalaba los primeros contenedores en tres barrios como experiencia piloto, escogidos además por mostrar sus residentes sensibilidad hacia el medio ambiente. A los 50 repartidos en Cortijo Grande, Nueva Almería y Vega de Acá, le siguieron después otros 23 en la Plaza y en los mercados de Los Ángeles y La Cañada.

En 2021, según los datos facilitados por el Ayuntamiento, se recogieron de estos contenedores marrones 1.640 kilos, una cifra que bajó en 2022, con 109.140 kilos de residuos retirados, y que ha descendido en este año a 86.520 kilogramos, aunque esta cantidad puede ser más halagüeña ya que el cómputo está cerrado en el mes de agosto. Sea como sea, la idea es lanzar un campaña que implique a la sociedad.