Condenado por intentar matar de una pedrada a un vecino de chabola en Atochares

La Audiencia de Almería ha impuesto seis años de prisión a un procesado que intentó matar de una pedrada a un inmigrante que residía en una chabola próxima a la suya en el municipio almeriense de Níjar.

La sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, declara probado que el acusado, una marroquí en situación irregular que reside en la zona chabolista del núcleo nijareño de Atochares, mantuvo una discusión con uno de sus vecinos, otro magrebí.

En mitad de la riña, el procesado cogió una piedra del suelo y, con intención de acabar con la vida de su vecino, golpeó a éste fuertemente en la cabeza. 

El impacto provocó en el perjudicado un traumatismo craneoencefálico grave, fractura hundimiento parietal derecha con gran hematoma epidural, craneotomía y evacuación, por los que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia para salvar su vida.

El agredido sufre en la actualidad un síndrome postconmocional/trastorno cognoscitivo leve y parestesias de partes acras, así como un perjuicio estético moderado por cicatrices, como secuelas.

Los magistrados subrayan que "es evidente que los hechos, nunca pudieron ocurrir como relata el acusado, esto es, las lesiones son de tal gravedad, que no pudieron causarse por lanzar una piedra de pequeñas dimensiones contra la cabeza del perjudicado", que fue la versión exculpatoria ofrecida por el procesado durante la vista oral.

"La gravedad de tales lesiones, objetivadas en los partes médicos aludidos, solo pueden ser consecuencia de una fuerte agresión; bien con el golpe de una piedra de grandes dimensiones lanzada contra la cabeza del perjudicado; bien

empleando una piedra de menor tamaño pero golpeando fuertemente con ella en la cabeza del perjudicado. En ambos casos, la conducta del acusado evidencia una intención de golpear la cabeza y causar un daño", inciden.

Por estos hechos, ha sido condenado a seis años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que también se le impone una orden de alejamiento de 500 metros durante siete años, y el pago de una indemnización de casi 25.000 euros al perjudicado.