Condenado por crear un clima de terror familiar cuando su pareja rompió con él

Una juez de Almería ha condenado a 21 meses de prisión a un hombre que creó un "clima de terror" familiar cuando la mujer que había sido su pareja rompió con él, golpeándola y amenazándola por esta ruptura.

La sentencia, dictada por conformidad, señala que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima durante tres años, que terminó en junio de 2020, y fruto de la cual ambos tienen un hijo en común.

El fallo subraya que desde que se produjo la ruptura, con "ańimmo de menoscabar la integridad física" de la víctima y ejercer sumisión y control sobre ella, el procesado creó un "clima de terror en la familia".

Todo ello con golpes a la mujer, a pesar de la presencia del hijo menor de edad de ambos, y siempre "en la intimidad del domicilio de la víctima", que no fue examinada por ningún médico en estas ocasiones.

Añade que además, le enviaba mensajes a través de WhatsApp en los que le decía que "más tarde, más temprano" la iba a encontrar, instándola a rezar porque "en lo que menos te lo esperes, estoy ahí"; entre otros, lo que provocaron un "gran temor y desasosiego" en la víctima.

Además, el fallo concreta episodios concretos de agresiones físicas, como el ocurrido de forma previa al día de Reyes de 2021, cuando la golpeó con el puño cerrado en la zona frontal superior del cráneo, u otro pocos días más tarde en los que le hizo un mataleón. También recoge la última agresión, ocurrida el 7 de enero de 2021, cuando le propinó un guantazo con la mano abierta.

Por estos hechos ha sido condenado a 21 meses de prisión por un delito de maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género; a tres penas de 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad por otros tantos delitos de maltrato en el ámbito de la violencia sobre la mujer, el pago de una indemnización de 3.000 euros, y otros penas accesorias que incluyen órdenes de alejamiento, etc.

No obstante la juez ha acordado la suspensión de la pena de prisión durante un plazo de dos años, a condición de que no delinca de nuevo y a que participe en programas formativos, culturales o de educación de igualdad de trato y no discriminación.