De Colegio de Jesús a Casa Comunicaciones

Comunicaciones

El reciente derribo del antiguo edificio de Correos y la actual búsqueda de nuevos usos para ese espacio traen a la memoria la historia de la llegada de las comunicaciones a la capital

A licitación el estudio para saber si el solar de Correos de Almería puede acoger un parking subterráneo

Instantánea del servicio de admisión de telegramas. Podemos observar la presencia de una de las auxiliares femeninas del Cuerpo de Telégrafos que prestaban su servicio en Almería en esos momentos / Luis Marín
Francisco Gutiérrez Gomiz

04 de agosto 2024 - 08:00

Otra vez el solar vacío. En este rincón tan querido por los almerienses se amontonan los recuerdos de una almunia de recreo, la algarabía infantil (incluida la de nuestro eterno Federico García Lorca) del Colegio Jesús, las rotativas del Diario la Independencia, las máquinas de escribir de las oficinas de la Diputación o el trasiego de cartas, paquetes y telegramas, de nuestro querido Correos.

El sol se abre paso, mostrándonos una imagen desconocida para muchos almerienses. Es una nueva oportunidad de hacer las cosas de otra manera. El Smart Green Cube se ha parado, no hemos apostado, como la última vez, por la modernidad. Bien. Este espacio libre puede unir su destino a las posibilidades que ofrezca el Plan Estratégico para la Revitalización del Conjunto Histórico de Almería. Apostamos por un concurso de ideas donde pueda participar la ciudadanía.

Mientras tanto, la inalterable Casa de los Rodríguez, orgullosa de haber sobrevivido, espera saber que se decide en esta ocasión.

En este artículo vamos a conocer la historia de la que fue la primera Casa de Comunicaciones de Almería, que se ubicó en el colegio Jesús. Este se encontraba en un edificio diseñado por Trinidad Cuartara y cuyo artífice y propulsor fue José María Navarro Dárax, deán de la Catedral. 

El edificio comenzó la actividad docente en el curso 1895/96. Pero por diferentes causas, en menos de dos décadas, dejo de hacerlo. Su siguiente inquilino fue la redacción, administración y talleres de diario La Independencia y después la presidencia y secretaria de la Diputación.

En enero de 1915 Correos publica en la Gaceta la relación de poblaciones en las que el Estado quería construir edificios para la administración de Correos y la sección de Telégrafos. Entre ellas se encontraba la de Almería. Las condiciones que se exigieron fueron que dispusiera de una superficie mínima de 750 metros cuadrados y un presupuesto global de 181.875 pesetas.

Una vez conocida la noticia, por parte de las autoridades locales, se apuesta por el edificio del Colegio de Jesús, por reunir la amplitud y condiciones necesarias para este servicio, así como, por su céntrica ubicación. 

En febrero de 1915 se realiza la apertura de un concurso para la adquisición por el Estado de solares o edificios a derribar o aprovechar para proveer a los Servicios de Correos y Telégrafos de uno adecuado en Almería. A este primer concurso se presentaron varias propuestas, entre la que se encontraba la realizada por Bernardo Bueso Castillo, ofreciendo el edificio donde están las oficinas de la Diputación provincial, frente al Paseo del Príncipe, en 252.000 pesetas.

El concurso se declaró desierto en junio de ese año y se abre otro nuevo con las mismas condiciones. El día uno de julio se procede a la apertura de las propuestas. Entre ellas vuelven a aparecer la de Bernardo Bueso, quien oferta la casa conocida por el Colegio de Jesús, ósea donde está la Diputación provincial, frene al paseo del Príncipe, en 181.857 pesetas. Justo el límite propuesto en la convocatoria.

Excepcional postal plano de 1964 en la que aparece la primera Casa de Comunicaciones de Almería. / D.A.

Se decide crear una comisión encargada de informar sobre los edificios y solares ofertados. De todos ellos, los elegidos son: el Colegio de Jesús y un solar (propuesto por la testamentaria de José González Canet) situado al lado de la Sucursal del Banco de España, con fachadas a la plaza de Emilio Pérez, y calles de Gerona y Arapiles; en 52.500 pesetas.

Este concurso también queda desierto. En el Boletín Oficial de la Provincia de Almería del 15 de enero de 1916 se publica una resolución para que las extensiones mínimas que se indican en el concurso para los solares o edificios que se adquieran se entienda como aproximadas y no de rigurosa y absoluta precisión, pudiéndose reducir en los casos de circunstancias especiales que lo aconsejen en provecho de los intereses de la Administración. Esto favorecía su elección, puesto que el edificio de Cuartara no llegaba a los 750 metros cuadrados solicitados.

El concurso también queda desierto y se convoca un tercero. El 10 de junio de 1916, una vez finalizado, entre las propuestas realizadas, aparece la suscrita por Bernardo Bueso en representación de José María Navarro, ofreciendo el edificio denominado Colegio de Jesús, de 62 2,0070 metros cuadrados de superficie por el precio de 150.000 pesetas, pudiéndose retener de esa cantidad las 62000 pesetas que importan las cargas que pesan sobre la finca hasta que esta se cancele.

La Junta Provincial recomienda sea elegido el Colegio de Jesús como la nueva sede de la Casa de Comunicaciones.

En los primeros días de enero de 1917 el arquitecto de Correos Luis María Cabello Lapiedra realizó la correspondiente inspección del edificio con el fin darle el visto bueno. El siguiente paso era adaptarlo a su nueva funcionalidad, ser las dependencias para Correos, Telégrafos, teléfonos públicos y Caja Postal de Ahorros (esta había comenzado a operar en Almería el 12 de marzo de 1916).

Gracias a un artículo publicado en el periódico la Independencia del 6 de enero de 1917 conocemos la propuesta que realizó el arquitecto:

La plata baja sería de las oficinas de Correos, para poder disponer de un hall adecuado a la actividad que se iba a desarrollar y prestar una buena atención al público, se modificaría la entrada del local eliminando el pasillo y los tabiques. En él se instalarían todas las ventanillas: Valores, Paquetes Postales, Certificados, Giro interior, Giro internacional, Caja de Ahorros, Apartados y Reclamaciones. Esta planta se completaría con los servicios de secretaria, despacho oficial del administrador y la sala de dirección de la correspondencia ordinaria. En el proyecto también figura un quiosco para la venta de sellos que se ubicaría a la entrada del local en un lugar preferente. El acceso al edificio se efectuaría a través de una cancela giratoria toda una tentación para cualquier niño de aquella época. Sorprende que no se indique nada sobre la ubicación de la cartería.

Desde el hall se habilitan dos alas, mediante escaleras, en la banda izquierda se quedaría una dependencia para la admisión de telegramas.

El servicio de locutorio de teléfonos (que comenzó a prestarse a principios de enero de 1917 y que permitía conferencias con: Dalias, Berja, Rábita, Albuñol, Ugíjar, Garrucha, Canjáyar, Laujar, Níjar y Adra), que dependía de telégrafos, no estaba decidida su ubicación, dudando entre añadirlo en el ala izquierda junto a telégrafos o llevarlo al entresuelo.

En el entresuelo estarían las oficinas y aparatos de servicio de telégrafos, para ello se instalaría un ascensor. Como curiosidad indicar que en el presupuesto se destina una partida con el objetivo de disponer de un cuarto de aseo para señorías. En 1909 se convocaron las primeras oposiciones a “auxiliares femeninas de 2ª clase”, en 1913 fueron destinadas a la Sección de Almería: María de la Concepción Benito y Núñez, María de la Purificación Álvarez, Ángeles Gómez Bordaj y Enriqueta Contreras Márquez.

La planta principal y el segundo piso, que ya estaban habilitadas para viviendas, serían utilizadas por los responsables de Correos y Telégrafos, y los conserjes de ambos cuerpos.

Tarjeta postal. Plaza del Cuerpo de Telégrafos. / D.A.

Se propone abrir una puerta nueva en la fachada de la calle de Beloy (Padre Luque) para evitar que las viviendas de los pisos tuvieran que utilizar la escalera central.

El nueve de febrero de 1917 el Gobernador civil remite a la Dirección General del ramo, copia de la escritura de compra y venta del edificio. El siguiente paso era asignar las obras de adaptación mediante la convocatoria de una subasta publicada en el boletín el 12 de abril de 1917. El presupuesto era de 26870,85 pesetas y el plazo de ejecución cuatro meses. Estas fueron adjudicadas al contratista Miguel Garbín Roldan. Comenzaron el día primero de junio y se comprometió en ejecutarlas en sesenta días, con lo que podrían estar terminadas en el mes de septiembre.

En un principio se pensó en instar casilleros americanos, pero se decidió sustituirlos por ordinarios, los que todos conocemos. La razón argumentada fue que, siendo el coste mensual de los primeros muy económico, serían muy demandados, lo que perjudicaba a la corporación de carteros, los cuales cobraban de los cinco céntimos por la entrega de cartas.

Todo parecían parabienes, pero pronto aparecerían algunos problemas con la distribución y organización que se había planificado.

Según recoge la prensa de septiembre de ese año, que las adaptaciones no estaban exentas de importantes errores. La cartería se ubicó en un departamento muy reducción, parecía un callejón, dificultado sus desplazamientos y trabajo. Así mismo, la mesa de dirección, donde se clasificaban las cartas, no disponía de ventilación y el local para los apartados, se había colocado en la mismísima puerta de los aseos. Y, por último, el buzón, el cual no figurando en ninguna parte de los planos de la reforma. Se les olvidó. Pero esto será motivo de otro artículo.

A primeros de diciembre se procede a la recepción provisional de las obras de adaptación ejecutadas en el edificio. En cuanto a la definitiva y traslado de las oficinas, el plazo que se señala es lejano, pues dependía de que la Dirección General la consignación para mobiliario, por estar agotado el presupuesto de ese año, y subsanar algunos problemas del alumbrado.

El 6 de diciembre de 1917, se da el visto bueno realizado por el arquitecto de la Dirección General de Comunicaciones.

A mediados de febrero de 1918, el director general de Correos y Telégrafos, Duque de Bivona, se desplazó, junto con el arquitecto Luis Alasia Tabello, para la recepción oficial de la nueva Casa de Comunicaciones.

El mobiliario ya estaba y las previsiones del traslado se preveían para el mes de marzo. Las necesidades de este cambio eran acuciantes, puesto que las instalaciones de Correos, son indicadas en la prensa como un “pestilente corral”.

Todo parecía que iba bien, pero el día 20 de febrero de 1918 los telegrafistas deciden platear una huelga de celo y el mismo día, la Junta Superior de Correos de Barcelona convoca huelga en todas las dependencias. Hay que destacar que el día 24, es decir, solo cuatro días después, se celebraban elecciones generales en el país.

Tras largas tensiones con el Gobierno, el 14 de marzo se militarizaba el servicio de Correos y Telégrafos, con la ocupación por la Guardia Civil de todas las oficinas de Telégrafos del país. Tres días después, aparecía en la Gaceta la disolución del Cuerpo de Telégrafos y un día más tarde el de Correos, aplicándose en ambos casos el Código de Justicia Militar ante cualquier contratiempo.

Postal antigua de Almería. Colegio de Jesús y rotonda de la Casa de los Sres. Rodríguez / D.A.

Finalmente, y tras la dimisión en pleno del gobierno de Manuel García Prieto, el día 20 de marzo, el nuevo gobierno presidido por Antonio Maura puso fin al conflicto, restituyendo al personal de Correos y Telégrafos a sus destinos.

El 20 de julio de 1918, se realizó la recepción definitiva del edificio, levantándose la correspondiente acta que firmaron el gobernador civil Viala y el contratista Miguel Garbín. El 20 de septiembre quedó inaugurado el servicio de Telégrafos al mando de su jefe de Sección, Antonio Márquez. El día 7 de octubre se traslada Correos al edificio, con su administrador Manuel Juárez López.

La Casa de Comunicaciones funcionó durante 49 años, hasta que mediante el Decreto 1403/1967, de 1 de junio se apruebe su demolición y construcción de otro nuevo en el solar resultante, en unión de otros anejos.

La empresa seleccionada para su ejecución fue la constructora Peñarroya S.L por un presupuesto de 28.232.000 pesetas. El seis de mayo de 1970 comenzaron los servicios de Correos y Telégrafos en su nueva dirección, Plaza Juan Cassinello número 1.

¿Pero por qué y quién decidió derribar un edificio tan bello como este? ¿Se barajaron otras opciones?

En los años 60 se instaló una “equivocada” idea de progreso, que permitirá gran libertad en las construcciones como símbolo de desarrollo, lo que constituirá un desastre urbanístico y un grave deterioro del casco antiguo. Siendo nuestro caso un claro ejemplo.

Por esta razón, no es de extraña que 1965 ya se plantee por parte de los responsables de Correos, Juan Sáez Álvarez, y de Telégrafos, Antonio Goy Cerezo, la realización de una nueva edificación “desde los cimientos”. Se podía sacrificar el tipismo de la ciudad por un edificio más moderno y funcional, era la evolución. Para aquella época la edificación estaba acorde con el crecimiento y desarrollo urbanístico de la ciudad, llegando a pensar que proporcionaba a esta privilegiada zona de la capital de una “gran belleza”.

Tras 57 años desde la demolición del edificio de Cuartara, la sociedad almeriense tiene la posibilidad de decidir que quiere hacer con este solar, hoy tenemos una sensibilidad distinta, quizás se nos haya dado una nueva oportunidad para hacer las cosas de otra manera.

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