El cine que amamos (I). “La niña del abrigo rojo”

Cine

Veinticinco años después, Steven Spielberg supervisó la restauración digital de la que considera su obra maestra, su personal homenaje a las víctimas del Holocausto

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El único detalle de color que tenía la película era la chaqueta roja de la pequeña
El único detalle de color que tenía la película era la chaqueta roja de la pequeña / D.A.

“Pocos meses después del estreno de E.T., me entraron muchas ganas de rodar ‘La lista de Schindler’. Quería informar al público de aquello, pero tardé diez años en desarrollar la madurez necesaria para decir: estoy listo para rodarla”, confiesa Spielberg sobre la que es su obra más personal, con la que consiguió su primer Óscar al mejor director, la segunda estatuilla llegaría cinco años después con “Salvar al soldado Ryan”.

Basada en la novela “El arca de Schindler” (1982), del escritor Thomas Keneally, ganador del premio Booker, recrea la historia real de Oskar Schindler, representado por el actor Liam Neeson durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). “La lista de Schindler” (1993), coproducida también por –el hombre que siempre ve las cosas de forma diferente a los demás- es una leyenda del cine. Recibió doce nominaciones al Óscar, concretadas en siete estatuillas, además como hemos dicho, de mejor director y mejor película, también lo lograron la mejor música, al mejor guión, a la fotografía, a los diseñadores, a los productores y al montaje. Justa recompensa a una obra que reúne las mejores esencias del cine de Spielberg en su deseo de brindar un filme que lo alejara de su encasillamiento en el cine de evasión, inclinado hacia el género fantástico, y buscando también desprenderse de su cliché de “director para todos los públicos”.

Rodada en blanco y negro, entre marzo y mayo de 1993, en exteriores de Cracovia, incluida la fábrica y el apartamento auténticos del señor Schindler, además se construyó una réplica exacta del campo de trabajo de Plaszow, con siete torres y treinta y cuatro barracones, para poder rodarlo desde cualquier ángulo, recreando los documentales de campos de concentración, con un extenso reparto, este largo y sobrio film es el más arriesgada y personal de director y no tiene parecido a ninguna otra: “Lo que me atrajo del libro fue que era la mirada insensible al Holocausto, que no intentaba arrancarme un grito emocional”.

Escalofriante escena de la película
Escalofriante escena de la película / D.A.

Al rigor del proyecto y su explícita dureza se sumó su deseo de no rodarla en color, respondiendo al hecho de que… “Prácticamente todo lo que he visionado sobre el Holocausto es en blanco y negro. Mi visión es lo que he podido ver en documentales y libros: en general, imágenes en blanco y negro muy austeras”. Por esa razón, se eliminó del vestuario toda referencia al verde y a los colores semejantes a la piel, además de pintar los decorados a tono para lograr que destacaran los rostros en blanco y negro.

A partir de la invasión de Polonia por los nazis, cuenta el genocidio de los judíos internados en guetos y enviados a campos de concentración.

El protagonista, Oskar Schindler, un empresario católico alemán que, durante la guerra mundial, buscaba hacer fortuna, aprovechando su amistad con los jerarcas nazis, cuya ideología compartía y la mano de obra barata que le proporcionaba la perseguida comunidad judía. Logró la cesión de una fábrica confiscada en Cracovia, después de la invasión de Polonia por las tropas hitlerianas en 1939. “Quería imaginar los acontecimientos casi por completo a través de los ojos de Schindler, su encanto, la forma en que las mujeres le quieren, su fuerza, un hombre rotundo”, diría el director.

Liam Neeson protagoniza con maestría el largometraje
Liam Neeson protagoniza con maestría el largometraje / D.A.

Acabó convirtiéndose en un héroe, a costa de arriesgar su vida por mil cien judíos polacos (297 mujeres y 801 hombres) a los que –en pleno exterminio nazi- preservó de morir, empleándolos como trabajadores de sus fábricas. Los empleó para mantenerlos alejados del campo de trabajo de Plaszonw, en donde imponía su terrible ley el sádico comandante Amon Goeth. Murió casi arruinado en 1974.

El punto de inflexión se produjo cuando, en pleno desalojo de Podgórze –un gueto de Cracovia donde vivían unos quince mil judíos, hacinados en treinta calles- el señor Schindler, del que Spielberg dijo “pasó de ser un gran Gatsby a un gran salvador, y eso me fascinó”, observó el horror desde lejos y vio a la niña del abrigo rojo, caminando entre una multitud liderada por los hombres de las SS. Más tarde ese abrigo se ve entre los cadáveres. Esta es una de las secuencias más conmovedoras de la historia del cine. En apenas unos minutos, la niña se convirtió en un icono que ha pasado a la historia por ser la única nota de color en una película de 3 horas y 15 minutos en blanco y negro. El personaje de Oliwia Dabrowska guarda un gran parecido con Ligocka Roma, una niña judía superviviente de la Segunda Guerra Mundial, conocida por su “capa” roja en el gueto de Cracovia, que escribió un libro de memorias sobre sus experiencias.

El empresario busca mano de obra para su fábrica
El empresario busca mano de obra para su fábrica / D.A.

Para el director americano que, de joven, se sentía avergonzado de ser judío, “siempre era consciente de que destacaba por mi condición de judío”, la niña simboliza la inanición de los gobiernos de la Unión Soviética, Gran Bretaña y los Estados Unidos durante el Holocausto, por desgracia, ignorado durante años.

Con el paso de los años, la imagen de la niña polaca del abrigo rojo –ajena a los horrores que ocurrían a su alrededor- pasó a ser un símbolo internacional de la esperanza en medio de una realidad dura y cruel por culpa de la invasión, si lo extrapolamos a estos días… que ha llevado a millones de ucranianos a dejar atrás toda su vida, perder sus hogares y seres queridos y buscar refugio seguro al otro lado de sus fronteras, huyendo de persistentes bombardeos rusos. Una situación triste y devastadora que deja un sentimiento triste en la niña del abrigo rojo… “incluso si estoy haciendo todo lo que puedo, nunca será suficiente”.

Esta oscarizada cinta recorre la condición humana: desde el odio irracional de unos pocos que quieren imponer su visión radical del mundo, hasta aquellos que sufren las consecuencias, pasando por el amor, la esperanza y la lucha por la supervivencia, en un mundo en el que seguir con vida es prolongar la agonía. La alegoría resulta inevitable.

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