El cine de las dos perras gordas sale de la lista del olvido con planes de rehabilitación

Patrimonio

El antiguo Katiuska deja de estar a expensas de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana improbable y se convierte en pieza clave de CAMINA, una nueva oportunidad

El Cine Katiuska, con puertas y ventanas tapiadas / Rafa González

Sin lucimientos arquitectónicos o sin atesorar relevantes retazos de historia, sin estar, en definitiva, catalogados para su debida conservación, hay edificios que poseen un valor sentimental a tener en cuenta. Uno de ellos es el antiguo Cine Katiuska, la sala de las dos perras gordas, conocida también como el ‘Cine Rojo’, que en el barrio de Pescadería-La Chanca vuelve a asomarse a la ventana de las oportunidades. En esta ocasión, bendecida por la ayuda de 4,3 millones de la Unión Europea, dentro del proyecto CAMINA.

Al final de calle General Luque, se levantó este edificio, que sigue en pie, pero en estado deplorable con puertas y ventanas tapiadas y una fachada más que desvencijada sobre la que llegan a asomar unas chumberas crecidas en la azotea. Esas sí se mantienen y como única señal de vida de este inmueble, construido junto a la primitiva Puerta del Socorro, en la muralla árabe que descendía de la Alcazaba por la hoy avenida del Mar.

Los vecinos llevan años reclamando al Ayuntamiento, que expropió el inmueble hace dos legislaturas, obras de rehabilitación para crear un espacio vecinal de este edificio con poco espacio, pero con sobrado encanto y una estupenda ubicación. Los planes municipales, que dejan a un lado la pretendida dotación de una biblioteca –está contemplado en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, si bien su aprobación es, a día de hoy, una quimera–, han variado, sacando al Katiuska de esa lista de espera de rescate patrimonial.

Es una de las piezas clave del proyecto CAMINA que, mediante la cultura y las actuaciones urbanísticas y de carácter tecnológico, pretende unir socialmente el Pescadería-La Chanca, el casco antiguo y el centro. Junto con la aportación municipal, en total serán invertidos a lo largo de estos tres próximos años cerca de cinco millones y medio, un pellizco de los cuales está destinado a sacar del olvido a aquel cine de precio módico que abriera su taquilla el 4 de mayo de 1936, con la película sobre la Gran Depresión Rayos de Sol.

Detalle de la chumbera, en mejor estado que el edificio / Rafa González

El Ayuntamiento afrontará su rehabilitación con idea de situarlo a la altura del Museo Doña Pakyta, constituyendo un triángulo cultural junto al Mesón Gitano que ofrezca a la ciudadanía esa anunciada ruta circular. Los planes, según explicó el alcalde durante la presentación del proyecto hace escasos días, tienen que cuajar con la concreción de las intervenciones, si bien las bases están definidas.

El Mesón Gitano estará ligado a la música, principalmente al flamenco, y el Museo de Doña Pakyta albergará la programación relacionada con las artes plásticas, mientras que el Katiuska vuelve, en parte, a su raíces audiovisuales, sin cerrar puertas en el futuro a otros usos que, como la biblioteca, el centro vecinal o incluso el propuesto en su día por IU de “lugar de la memoria”, han venido siendo contemplados.

A comienzos de los años cuarenta, su función como sala de cine fue abandonada. La sociedad López Guillén lo utilizó como almacén de abonos y, más adelante, pasó a manos de Talleres Oliveros, quien lo ocupó con hierros y chatarra. Su actividad comercial concluyó, de una manera y otra, pero ya de forma definitiva, en la década de los 60-70 de la pasada centuria, como recoge el historiador Antonio Sevillano.

No es un edificio de grandes dimensiones, si bien cuenta con una ubicación perfecta y, con esa historia vinculada a las primeras películas visionadas en Almería, lo convierten en un inmueble de interés que, sin estar catalogado, es digno de beneficiarse de las inversiones públicas.

Un proyecto de ‘lazos’ y con acento cultural

Cultura y Patrimonio son los dos pilares sobre los que se sustenta el proyecta CAMINA que tiene por objetivo poner en comunión social Pescadería-La Chanca, el casco antiguo y el centro de la ciudad mediante una ruta circular con tres sedes principales: el Museo Doña Pakyta, el Mesón Gitano y el Cine Kaituska, y a las que se sumarán otras importantes bases como el Hospital Provincial o la Alcazaba. El proyecto, a desarrollar hasta 2013, cuenta con un presupuesto de 5.455.864,70 euros, de los cuales 4.364.691,76 euros (el 80 por ciento), van a ser financiados por la Unión Europea.

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