Cinco años de internamiento para la acusada que intentó llevarse a dos niños en Almería

La Audiencia de Almería ha impuesto el internamiento en un centro psiquiátrico, durante un máximo de cinco años, a una mujer que este lunes ha reconocido durante el juicio que intentó llevarse a dos niños en distintos momentos del año pasado, aunque lo hizo con sus capacidades mentales anuladas.

La procesada ha mostrado su conformidad con la petición de la fiscal, que ha considerado que concurre la eximente completa de trastorno mental transitorio en los dos delitos de detención ilegal en grado de tentativa por los que acusaba a la mujer, que además deberá indemnizar con 1.500 euros a los padres de cada menor por los daños morales ocasionados.

Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso EFE, el primer caso tuvo lugar sobre las 11:40 horas del 2 de mayo del año pasado, en una perfumería de la calle Altamira de la capital almeriense.

Al parecer, la acusada aprovechó un descuido de la madre y la abuela de un niño de seis años y cogió a éste del brazo para, acto seguido, llevarlo apresuradamente hasta la puerta y así intentar abandonar el establecimiento, aunque no lo consiguió porque el menor avisó a su progenitora.

La procesada se marchó de allí y se dirigió al exterior de una tienda de juguetes, dónde se cruzó con una mujer que paseaba con el carrito a su bebé, que en ese momento tenía un año.

“Actuando con la misma intención de apoderarse del menor”, paró a la madre con la excusa de verlo y, cuando pasado un tiempo ésta reinició la marcha, se interpuso en su trayectoria para que no pudiera continuar.

La madre afeó la conducta de la acusada, quien comenzó a perseguirla, por lo que optó por llamar al 112 para alertar de lo que ocurría.

Cuando la procesada se dio cuenta de esta llamada, comenzó a golpear a la otra mujer en la cara y otras partes del cuerpo, aprovechando su desconcierto para coger el carrito con el niño, aunque los transeúntes que se encontraban en la zona impidieron que se fuese con él.

La fiscal destaca que la acusada padece un trastorno esquizoafectivo con predominio de “sintomatología negativa y mala evolución”, con “nula adherencia a tratamiento y nula conciencia de enfermedad”, desestructuración y deterioro de la personalidad y de la capacidad funcional, y una grave alteración conductual, lo que “determina” una anulación de sus facultades volitivas.