Yoga para sobrellevar el encierro
CORONAVIRUS ALMERÍA
El centro Ohm Shanti traslada sus clases a directos de YouTube durante la cuarentena
Ser ‘youtuber’ es uno de los medios actuales con los que muchos jóvenes -y no tan jóvenes- se ganan la vida. Los vídeos que comparten llevan detrás, en la gran mayoría de ocasiones, horas de preparación y edición. Otra forma de serlo es mediante ‘directos’ en los que se interactúa con la persona que está al otro lado de la pantalla. Con la música se está haciendo estos días, por ejemplo, con el #YoMeQuedoEnCasaFest.
Pero no solo en ese ámbito. Muchas personas que han tenido que cerrar sus negocios de cara al público ante las medidas tomadas para prevenir el contagio del coronavirus han encontrado en la plataforma de vídeo de Google un aliado, o, más bien, una alternativa, para seguir ofreciendo sus servicios a sus usuarios.
Uno de estos casos es el de Luisa Sánchez, directora del centro de yoga Ohm Shanti en la capital almeriense. Luisa, cuyo nombre espiritual, además del de su canal, es Gianjog Kaur, llevaba ya algún tiempo con la idea de desembarcar en YouTube con un canal en el que compartir algunas sesiones gratuitas de kundalini yoga.
En Ohm Shanti, Luisa abarca público de todas las edades. Personas mayores, adultos, niños, bebés... Familias completas que acuden hasta sus instalaciones en la calle Canónigo Molina Alonso de la capital.
Ella también se desplaza a colegios y realiza talleres y cuentacuentos, y toda esa frenética actividad del día a día era la que le había impedido adentrarse en las nuevas tecnologías. “También porque todavía las entiendo poco”, cuenta. Hasta ahora. Las circunstancias le han dado ese empujón que le faltaba para lanzarse a la red.
“La propagación del coronavirus en España y la declaración del estado de alarma pilló a mitad de mes y quería seguir ofreciendo a los alumnos un servicio por el que ya habían pagado previamente”, comenta.
Es por ello que no puede hacer estos directos gratuitos. “Por mucho que me haya salido una pequeña alternativa haciendo las clases por internet y esté súper agradecida a todos los alumnos que siguen y a las personas nuevas que están interesadas, las personas mayores y los niños, sobre todo, no pueden hacerlo la gran mayoría. La franja principal de usuarios que se conecta a estas tecnologías son gente joven y adultos. Tampoco puedo hacer los talleres ni ir a los colegios, por lo que rentabilizar económicamente es imposible. Estoy temblando”, reconoce.
Luisa imparte sus clases en su centro Ohm Shanti Kundalini Yoga desde hace tres años. Dar las clases ahora en casa es, para ella, “una experiencia nueva”. “Prefiero mi sala y estar en contacto directo con los alumnos, pero esto también está bonito. Cuando acabamos la clase, hablamos un poco por el chat. Y hasta hay gente que viene dos veces por semana al centro que ahora está conectándose todos los días, también porque están en casa”, cuenta.
Apenas lleva una semana con el canal, que puso en marcha el lunes tras el anuncio del estado de alarma. La primera de las clases consistió en una meditación para calmar el corazón, subir la frecuencia vibratoria y estabilizar el sistema nervioso. “Todavía estoy haciéndome a él, pero no me puedo quejar”, explica.
“Hay una tarifa plana, se paga un dinero y da derecho a entrar a todas las clases en directo y si a alguna hay algún alumno que no pueda entrar, se le envía para que la pueda llevar a cabo en cualquier otro momento”, añade. Los domingos, además, realiza una meditación en abierto a la que puede acceder toda aquella persona que lo desee.
Como en todo, “hay personas que lo entienden más y otras que lo entienden menos, porque por lo general en internet hay muchas cosas gratis, pero hacerlo así es mi única fuente de ingresos ahora mismo tras las medidas que se han decretado”, narra.
Eso sí, “cuando acabe esta crisis sanitaria y económica, seguiré ya con el canal de forma gratuita, porque la experiencia me está gustando mucho”.
Más energía, fuerza y vitalidad contra la ansiedad y el descontrol
El kundalini yoga es, dice la wikipedia, una disciplina física, mental y espiritual basada en distintos senderos yóguicos como raya yoga, shakti yoga, kriya yoga y nada yoga (desarrollo de los nadi , o ‘ríos’ de energía dentro del cuerpo) —que están basados en los pilares del texto sánscrito Yoga sutra (de Patanyali, siglo III a. C.)— con agregados de bhakti (devoción a Dios) y tantra. Para los no iniciados, Luisa lo aclara:“Es uno de los yogas más antiguos que existen y es muy completo porque trabaja todo el cuerpo, la concentración, la meditación, el canto de mantras y la respiración. Lo engloba todo. Dicen que es el yoga más espiritual que hay, el yoga del despertar de la conciencia, de la kundalini. Tú despiertas y te beneficias a ti mismo de tu propia experiencia. Aunque una persona dirige la sesión, uno mismo siente los cambios y comienza a desarrollar herramientas nuevas para tener una vida con más control, más consciente y más llevadera. Es un yoga muy energético y de muchísima vitalidad. Es muy rápido y en dos clases ya notas cambios a nivel físico. Trabaja también el sistema nervioso y da fuerzas ante momentos de ansiedad y descontrol como los que ahora mismo se están viviendo de forma generalizada a causa de esta crisis”.
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