¿Sabes cuántos cementerios hay en Almería?

Es tradición católica visitar los cementerios el día 1 de Noviembre, festividad de Todos los Santos, aunque el día de los Fieles Difuntos es el 2; pero es laborable... En el término municipal de Almería hay cinco cementerios: el de la capital, llamado ‘San José y Santa Adela’ y los de las barriadas de La Cañada, El Alquián, Cuevas de los Medinas, Cabo de Gata y ese medio al que aludo en el título. Vamos a conocerlos mejor.

Todos conocemos el de la capital. Se inauguró el 5 de diciembre de 1867, en fechas cercanas a otras muchas necrópolis románticas, ya que en esta época se empezó a dejar de enterrar a las personas en las iglesias para evitar la propagación de enfermedades. El proyecto se encargó a Joaquín Cabrera y las obras se adjudicaron a Antonio Rull . En 1903 Trinidad Cuartara diseñó la monumental portada de corte romántico por la que se accede al recinto. Esta es el elemento más característico de la necrópolis capitalina.Destacan algunos imponentes mausoleos, como el de los Cassinello, Quesada, Orozco, Clemente, Moreno, Góngora, Cano, Rodríguez entre otros. Posee una planta irregular por las numerosas ampliaciones que ha sufrido en sus 157 años de historia.

El más cercano es el que hay en La Cañada de San Urbano. Está situado en la zona llamada Paraje de Cintas, por el paso aéreo que hay sobre la Autovía. Abre de 9 de la mañana a 8 de la tarde. Cierra sábados y domingos. Ocupa 1’7 km2 de superficie.

El cementerio de El Alquián está situado a espaldas de la plaza del mercado de la barriada, a la izquierda de la carretera que la cruza. Se accede a él por el llamado Camino del Cementerio.

Muy chiquitito es el de Cuevas de los Medina, cercano a la Autovía, al salir de la cual hay que coger el Camino del Cementerio para acceder.  

El de Cabo de Gata es el más lejano a la capital. Absolutamente blancos sus muros, se ubica saliendo por la carretera del Faro, frente al torreón de San Miguel. Curiosamente hace unos años se levantaron más sus muros para no verse los nichos desde la playa. Lagarto, lagarto.

Nos falta aún el ‘medio cementerio’: es el cementerio británico. Les cuento. En 1812 las tropas francesas de ocupación se retiran pero el asentamiento de extranjeros constituye un núcleo considerable entre la población autóctona a partir del Trienio Liberal. En continuo crecimiento conforme avanza el siglo XIX y aumentan las exportaciones de esparto, barrilla, plomo, uva y mineral de hierro. Una clase social dedicada preferentemente al comercio exterior, descritos en sus modales y costumbres con fino trazo por Pedro Antonio de Alarcón. Mayoritariamente de religión protestante, ante las dificultades para su repatriación desean ser enterrados en lugar diferente al cementerio católico. En 1877 el Ayuntamiento acepta la petición del cónsul británico Felipe Barrón de adquirir terrenos para protestantes. Pero hasta febrero de 1906 no se firma la escritura de inscripción en el Registro de la Propiedad. El Municipio fijó la venta a Gran Bretaña e Irlanda en la simbólica cantidad de 880 pesetas, una por metro cuadrado. Incluso tuvieron su propia entrada, independiente del cementerio católico. En la parcela del 4º tercio se calculan unas mil inhumaciones, entre ellas la familia Fischer, marineros, el primer ingeniero del Cable Inglés, el médico almeriense José Litrán... El último enterramiento en este ‘medio cementerio’ data del 18 de junio de 1986 y fue Harold Arbeiter, londinense judío residente en la urbanización La Parra.