Seis proyectos industriales para Gádor sin posibilidad de salvar la cementera

Cemex continuará con el proceso de reestructuración en las plantas de cemento de Gádor y Lloseta la próxima semana una vez que la mesa de trabajo constituida con las administraciones públicas y los sindicatos llegó a su fin ayer con una última reunión en la sede del Ministerio de Industria.

Desde el departamento que preside la ministra Reyes Maroto se notificó un principio de acuerdo que entra ahora en la fase de redacción final para poner en marcha hasta seis proyectos de reindustrialización en la fábrica almeriense y ocho en la mallorquina que se conocerán a principios de año orientados al mantenimiento de los empleos y la actividad económica en la zona.

Las alternativas de negocio al cemento, en las que estará Cemex y otras empresas, llegarán con los Reyes Magos y permitirán salvar todos los puestos de trabajo que se perderán cuando el expediente de regulación de empleo (ERE) que se había aplazado hasta final de año retome su curso y se culmine.

La multinacional con sede en Suiza ha formado parte de esta mesa de trabajo constituida el 6 de noviembre con el objetivo de buscar soluciones para minimizar el mazazo sobre el empleo -100 trabajos directos y en torno a 400 indirectos-, también el impacto económico en el Bajo Andarax de alrededor de 20 millones de euros y el retroceso para la industria en la provincia, pero desde el primer momento dejaron claro en todas las reuniones y encuentros que el cierre de la planta era irreversible al menos como cementera.

Y así será con la total oposición de los trabajadores representados por el Comité de Empresa que mantiene en firme su lucha para extinguir el ERE después de haber conseguido posponerlo 45 días, todo un hito para el sector. El Ministerio de Industria no ha precisado las seis alternativas de funcionamiento para la fábrica de Gádor y comparecerá la próxima semana junto a las instituciones, Cemex y terceros para detallar el nuevo tiempo de la instalación que perteneciera a Holcim hasta principios del año 2015.

La mesa de reindustrialización celebrada ayer fue presidida por el secretario general de Industria y Pyme, Raúl Blanco, y contó con representantes de los gobiernos andaluz y balear, así como de los trabajadores y la empresa que ha vinculado el cese de actividad a la drástica y continuada caída de la demanda del cemento al pasar de vender 60 millones de toneladas en 2007 a sólo 12 el último año, al incremento de los costes por los combustibles y energía eléctrica, al cambio de normativa europea del dióxido de carbono (CO2) y a la pérdida de competitividad.

Los empleados de la cementera han sostenido en todo momento que la fábrica de Gádor es una de las más efectivas y rentables de las que ocho que tiene Cemex en España y consideran que es un problema de gestión que sólo produzca un tercio de su capacidad. De hecho, la cementera almeriense y la de Lloseta han cumplido objetivos en los últimos ejercicios, por lo que el anuncio de cese de actividad fue un mazazo inesperado para toda la plantilla y para la comarca del Bajo Andarax.

Durante un espacio de hora y media, los integrantes de la mesa de trabajo consensuaron, como ya venía sucediendo en las reuniones previas, que existen alternativas para evitar el drama del despido generalizado. Pero todo apunta a que será un paso obligado antes de que arranquen las fórmulas de negocio planteadas que vienen a salvar los empleos desechados por Cemex. Y ha sido la unión de la plantilla y el respaldo que han encontrado en las instituciones de la sociedad almeriense, desde el Ayuntamiento de Gádor hasta el de la capital, Diputación, Junta y Gobierno, los que han paliado la crónica de una muerte anunciada.