La Catedral de Almería, refugio de la Misericordia

La Misericordia es el fiel reflejo de Cristo en la Cruz, fruto de su amor por todos nosotros. La Misericordia es bondad, son destellos de luz en la oscuridad, es la esperanza que todo ser humano, creyente o no, necesita en su transitar por la vida. La compasión y el perdón de Jesucristo son infinitas, pues de sobra conoce nuestras debilidades y nuestros más mínimos recodos impregnados de oscuridad. La imagen de la Cruz nos recuerda y alienta a recibir esa Misericordia, basta con alzar los ojos y encontrarnos con su dolor. Un sacrificio de muerte transmutado en vida eterna. La Misericordia aún siendo humana, es eminentemente divina. La justicia, sin embrago, aún siendo divina, es necesariamente humana. En ambos casos, debe de existir un precepto inicial: sin constricción, arrepentimiento y solicitud de perdón, difícilmente se alcanza la reconciliación. Luis Miguel Columna, Presidente de la Audiencia Provincial de Almería, está habituado a impartir justicia en su día a día, pero si algo destaca en él,- en una sociedad fatua, banal, dada a trivializar, cuando no a ridiculizar las creencias religiosas, - es su testimonio personal. Me sorprendió su humildad y deseo de pasar desapercibido acompañando al Cristo de la Escucha en sus traslados semanales por las distintas parroquias de la Diócesis almeriense.

Siempre el último, acompañando los pasos del Cristo por nuestras calles y plazas, y su mirada silenciosa dirigida a esa Cruz que, desde hace más de cinco siglos, Escucha e imparte Misericordia a Almería y los almerienses. Luis Miguel Columna entró muy prematuramente en la Catedral de Almería. Nació el 10 de marzo de 1961 en la calle Eusebio Arrieta (Ahora José Ángel Valente), llamada así en honor a un Canónigo de la Catedral, y el 13 de marzo lo bautizan en el templo catedralicio. Con toda seguridad esa fue mi primera salida a la calle, ni siquiera 100 metros desde la casa de mis abuelos maternos hasta la Catedral. Pero lo cierto, es que siendo niño poca relación tuve con la Catedral, no más allá de las clases que en mi Colegio Ave María del Quemadero, nos daba Don José Amat, quien fuera Párroco de Santiago desde 1964. Lo que recuerdo de aquella época es poco, no más allá de los comentarios acerca de que era una Catedral fortaleza, de las pocas que había en el mundo, y que tendríamos que ir algún día para recibir el Sacramento de la Confirmación. Y así fue, una tarde estando en octavo de EGB, toda la clase, chicas y chicos, nos acercamos a recibir éste Sacramento, quiero recordar que impartido por Don Manuel Casares Hervás.

Pasaron muchos años hasta que de nuevo volviese a visitar la Catedral, pues los años de estudio en Granada y mi posterior destino en los Juzgados de Guadix, hizo que hasta 1989 viviese fuera de Almería. De esa época sí que recuerdo ir con mucha frecuencia a la Catedral de Guadix, muy parecida a la de Almería. A partir de 1990, mis visitas a la Catedral aún siendo todavía pocas, sí que empiezan a frecuentarse, especialmente por la devoción que le tengo al Cristo de la Escucha. La talla que hizo Perceval en 1941, así como la historia de su aparición me tiene totalmente cautivado. Este año pasado fuimos unos afortunados cuando El Cristo fue llevado a todas las Parroquias de la capital, con un precioso Vía Crucis desde la Iglesia de Santiago hasta el Sagrado Corazón que preside nuestra capital en el Cerro de San Cristóbal. Últimamente me tiene entusiasmada la obra realizada por el joven, pero gran artista que es, José Carlos Esteban-Hanza y esa magnífica obra, “Sol de Villalán”, que ha compuesto para el V Centenario del comienzo de la construcción de nuestra Catedral. En los últimos años he descubierto el Claustro de La Catedral, otra auténtica maravilla ahora abierta para que la conozcamos y la disfrutemos todos los almerienses. El actual Dean, Don Juan José, fue mi párroco en la Iglesia de San José, y ahora le sigo siempre que puedo, que debería poder más, en su misa del sábado a las 19,30 horas, por lo que en la actualidad mis visitas son cada vez más frecuentes para disfrutar de la SAI Catedral de la Encarnación.