La capilla de San Antonio de Padua del barrio de Los Molinos recupera su esplendor
El Obispado completa la restauración de la fachada de la ermita de finales del siglo XIX
Comienzan las obras para hacer un barrio más atractivo con 2,5 millones de inversión

El barrio de Los Molinos ha visto como una de sus reivindicaciones históricas se cumplen con las obras de restauración de la fachada de la capilla de San Antonio de Padua, que es el patrón de los molineros. Después de años de un deterioro progresivo tras su cierre al público y la oración, la ermita presentaba su peor imagen, pero ha sufrido en las últimas semanas un lavado de cara que le ha devuelto a su pleno esplendor como cuando fue creada a finales del siglo XIX.
La capilla de San Antonio de Padua acogía la imagen del santa que lleva su nombre hasta 2006, año en el que la imagen fue trasladada junto al altar y resto de tallas a la iglesia de Santa María Magdalena también ubicada en el barrio de Los Molinos. Todo un símbolo de su ocaso, cerrada a cal y canto desde entonces, en contraposición al sentir vecinal que siempre ha querido visitar su ermita y que recuperara el culto, además de su lucha durante años para frenar la constante merma y deterioro físico y estructural del inmueble religioso que era icono de la barriada junto al Molino de los Díaz.
El Obispado de Almería se ha puesto manos a la obra y ha dado un primer paso para resucitar su antiguo esplendor una primera fase de intervención en la fachada que se completa estos días. El barrio de Los Molinos deViento era una zona agrícola que sufrió un duro revés con la riada del 11 de septiembre del año 1891. Tan sólo unos años después dos hitos de carácter social se convirtieron en un revulsivo para la barriada. La construcción de la Escuela de Los Molinos y la de la ermita de San Antonio de Padua en la zona sur del barrio de la Misericordia, en la actual Plaza de Fátima. En ese momento se forjó una férrea alianza entre los vecinos y el que sería su nuevo patrón.
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