Capacitarse digitalmente en las aulas de ‘El Acebuche’

Instituciones Penitenciarias

Alumnos del CEPer Retamar participan en una acción formativa que les permite aprender a usar un e-mail, cómo trabajar en la nube, etc.

Es “una gran necesidad que tiene la población reclusa, porque las nuevas tecnologías evolucionan muy rápidamente y aquí es con lo que menos contacto tienen”

Los alumnos del curso que se desarrolla en las clases de 'El Acebuche'.
Los alumnos del curso que se desarrolla en las clases de 'El Acebuche'. / D.A.

Almería/Manuela tiene 70 años y se encuentra privada de libertad en el centro penitenciario ‘El Acebuche’ de Almería. Podría parecer paradójico, pero es una de las alumnas que en estos momentos utiliza un portátil para aprender a moverse en la red de redes y a utilizar las nuevas tecnologías gracias a uno de los cursos de la Red de Centros de Capacitación Digital que imparte la profesora Margarita Barrios en las aulas del Centro de Educación Permanente (CEPer) ‘Retamar’.

“El correo, la nube… Vemos todo lo básico. Ahora vas a hacer los mandados y te dicen: Esto va por aquí, tienes que hacerlo por aquí. Así que yo ya puedo hacerlo con la máquina”, explica mientras señala el portátil.

Miguel es otro de los internos de la prisión almeriense que busca aprender “la base de cómo funcionan en la calle con este tipo de tecnologías”. “Con la edad que tengo, pues he ido un poquito lento, me he quedado un poquito atrasado con la tecnología de hoy y con esto por lo menos voy aprendiendo lo básico para funcionar en la calle. Por ejemplo, voy a hacer un correo electrónico, meto archivos en la nube para poder guardarlos… Estamos aprendiendo como funciona el teclado, a escribir bien…”, explica este reo.

Verónica es otra de las asistentes de un curso en el que “aprendemos muchísimo”. “Aprendemos muchísimas cosas de internet, que hoy en día todo va por internet y es básico conocerlo, así como a utilizar todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición sobre los ordenadores. Me interesa para mi reinserción laboral. A la hora de mi reinserción laboral es bastante bueno”, asevera la presa.

Junto a la pizarra, Margarita Barrios y, en la puerta, Rosario Martínez.
Junto a la pizarra, Margarita Barrios y, en la puerta, Rosario Martínez. / D.A.

La profesora del curso revela que éste está enmarcado en la Red de Centros de Capacitación Digital, en el marco de la Red Nacional de Competencias Digitales, “un programa de cooperación territorial que trata de impartir acciones formativas para capacitar a la ciudadanía en la competencia digital básica”.

“El objetivo principalmente está enfocado en colectivos en riesgo de exclusión social y la lucha contra la brecha digital y la brecha de género. La formación se imparte por docentes funcionarios, como en mi caso, fuera del horario laboral. Para ello nos han equipado con ordenadores y unas pizarras táctiles colaborativas. Los objetivos principales de este curso van centrados en algo muy básico, como es conocer que existe un certificado digital con el cual podemos hacer muchas gestiones; identificar, localizar lo que son todos los medios informáticos, crear contenidos digitales, etc.”, abunda.

El mayor problema, reconoce la docente, es que no disponen de línea de Internet como tal, por lo que parte del contenido se tiene que abordar desde vídeos de forma más teórica. No obstante, siempre queda espacio para aprender dándole a la tecla cómo trabajar con documentos de Word u Open Office; escribir un currículum, conocer los peligros de la web, etc.

Cada curso conlleva 30 horas de formación, que en el caso de la clase de Margarita se imparte a razón de tres sesiones a la semana, dos de de tres horas y media y otra de una hora. Cómo ésta, habrá seis clases en total, que desarrollarán su actividad de aquí a finales de noviembre, revela por su parte la directora del CEPer ‘Retamar’, Rosario Martínez.

La profesora Margarita subraya, en cualquier caso, el cambio por el que pasan personas que llegan con “miedo a enfrentarse a un ordenador y un teclado” y que poco a poco se sienten cada vez más cómodos con esta actividad.

Por su parte, la directora Rosario, afirma que la capacitación digital es “una gran necesidad que tiene la población reclusa, porque las nuevas tecnologías evolucionan muy rápidamente y aquí es con lo que menos contacto tienen, por la imposibilidad de contar con Internet”. “Aunque se utilizan ordenadores en las clases y los materiales educativos se ponen a su disposición, todo cuenta con un formato cerrado. Y este también se desarrolla en formato cerrado, pero se pone a su disposición vídeos y otros elementos que simulan el uso del correo, por ejemplo”, apostilla.

Para ella, uno de los apartados más importantes es el relativo al uso correcto de las redes sociales. En general existe un desconocimiento del uso adecuado, pero para ellos es aún mayor porque están encerrado y no han tenido contacto con este mundo. Estos cursos tratamos de que vayan dirigidos a todos los colectivos, con una una especial atención a las mujeres. En todos los cursos procuramos que haya una presencia de mujeres. En primer lugar, por darle esta oferta y para fomentar la igualdad y que exista una convivencia entre hombres y mujeres”, desvela.

Cuando acaben estos cursos, serán 75 los alumnos que contarán con un certificado que acredita estas capacidades digitales y que “es válido para las acreditaciones profesionales”.

De forma general, asegura la directora, los ordenadores son una herramienta de trabajo diario en sus clases. “Están todos conectados en una pequeña red. Entre ellos hay un ordenador que es el servidor y otro es el del maestro. Y en el servidor se ponen todos los materiales educativos que tienen en la Junta de Andalucía, y también otros que nosotros vemos de interés para ellos. Tenemos libros, bajamos la Wikipedia, les ponemos varios recursos educativos, tanto en formato audiovisual, como de texto, mapas, documentales…”, relata finalmente.

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