Así está actuando Almería frente al cambio climático: sus cinco pilares
medioambiente
La provincia se ha convertido en un laboratorio contra el cambio global por sus características
Cabo de Gata, el desierto, Sierra Nevada o los Filabres, distintos escenarios de la lucha
Por sus características, la provincia de Almería es idónea para desarrollar estrategias de cara a la lucha contra el cambio climático, una ‘enfermedad’ a escala mundial que también muestra sus raíces en esta tierra.
De carácter semidesértico, el desierto de Tabernas amenaza con mostrar su dureza en el futuro y, consecuentemente, amenaza con su expansión. Una Almería desierta, tal y como luce en la actualidad, es bella, pero agudizar este concepto no debería estar en los planes de nuestra mente.
Luchar contra la industria contaminante es paso inicial. Huir de los plásticos y las sustancias que contaminan tanto los suelos como el aire es una tarea propia de todos los estados, aunque en la mayoría de los casos luzca más en la teoría que en la práctica.
Y ya no son avisos, son muchos los estudios que indican que Almería está sufriendo los efectos del cambio climático. Los hay incluso del Gobierno que pronostica la subida del nivel del mar, la temperatura y épocas de grandes y graves lluvias con otras de sequía inmensa. Y eso no hace bien.
Son varios los proyectos que se vienen realizando en la provincia de Almería para contribuir con la causa, con el fin de frenar este cambio global que amenaza a la vida del planeta. aunque algunos de los proyectos nacen directamente de la tierra, forman parte de ella, caso del azufaifar, el elemento verde por antonomasia de los ‘secarrales’ de Almería.
El azufaifar
El azufaifar, que en verano es completamente verde y durante el resto del año va perdiendo ‘luz’, es clave. Gracias al gran dosel vegetal que generan son muy activos en la mitigación del cambio climático en zonas áridas a través de la fijación del carbono en sus hojas. Además, ofrecen hábitat para numerosas especies animales, siendo de particular importancia los insectos que albergan y que pueden ser beneficiosos para la agricultura. De la misma forma, contribuyen al control de la desertificación al permitir el desarrollo de la vida bajo condiciones ambientales muy rigurosas y a las avenidas en ramblas. Además, los azufaifares regulan el ciclo ya que participan de las transferencias de agua desde el suelo hasta la atmósfera mediante la evaporación de agua a través de sus hojas.
El proyecto Life Adaptamed vela por la conservación del azufaifar en la provincia de Almería. La estructura espacial del ecosistema es completamente diferente al resto. Los ecosistema áridos tienen una distribución en el espacio parcheada. Y aquí nunca se verá aglomeraciones de bosquetes, las islas de azufaizo están dispersas en el espacio. Ahí hay un choque cultura con respecto al movimiento conservacionista. Lo que entendemos por paisaje aquí es diferente y eso viene determinado por la disponibilidad de agua. Las plantas ingenieras del ecosistema no pueden estar juntas porque compiten por el agua”, explica Javier Gallego, quien argumenta que “ya teníamos estudios previos que esta planta era dependiente de las aguas subterráneas, entonces una de las acciones que se plantearon en el proyecto fue la creación de una red de pozos para el monitoreo y seguimiento del acuífero”.
Los balates
Otra actuación de Life Adaptamed consiste en la adaptación de balates, un propósito que tiene consecuencias positivas sobre el ecosistema, la biodiversidad y la retención del carbono.
Como muros de mampostería, los balates son construidos en seco, encajando las piedras entre sí sin emplear argamasa y rellenando el interior con pequeñas piedras o ripios a modo de carga. Las piedras, que habitualmente supondrían un escollo para cultivar el terreno, son en cambio aprovechadas en esta construcción.
El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar cuenta con uno de los índices de precipitación más bajos de la Península. La escasez de recursos hídricos y de suelo cultivable junto con la poca profundidad de sus suelos y los fuertes procesos erosivos están provocando un abandono de los cultivos tradicionales, en favor de la expansión de la agricultura intensiva y los invernaderos, centrados en el cultivo del tomate, el calabacín, los pimientos y melones.
En este sentido, la restauración de los balates como parte del proyecto LIFE Adaptamed pretende proteger el suelo del Parque Natural, no sólo por sus beneficios para la agricultura, sino también por contribuir a la capacidad de este ecosistema de secuestrar dióxido de carbono y regular los ciclos de agua, tan importantes en el actual escenario de cambio climático. Próximamente, el proyecto LIFE Adaptamed pondrá en marcha técnicas de manejo agrario y pastoreo tradicionales como medidas complementarias.
En Sierra Nevada se trabaja en cuidar el proceso del agua, tratando de conservarla.
Acequias de riego
Life Adaptamed hace hincapié en el trabajo de los acequieros y la importancia de su trato a este elemento. Hace siglos los pobladores de la sierra encontraron una forma eficaz y fascinante de ejercer un control sobre las aguas del deshielo de la nieve. Con este propósito surgió la red de acequias de careo que teje el paisaje de la sierra dibujando elegantes y verdes líneas. Estas acequias conducen el agua según la guía y el buen criterio de los acequieros, consiguiendo que en lugar de recorrer impetuosamente el camino que separa la montaña del mar, el agua se retenga y acumule en el subsuelo de las laderas de la Sierra para ser aprovechada en cotas más bajas a través de las acequias de riego que discurren por los campos de cultivo.
Biocostras
El suelo de la provincia también pone de su parte mediante las biocostras. Estas se pueden encontrar en la mayoría de los ecosistemas de la provincia de Almería. Viven sobre la superficie del suelo. Casi todos los espartales están llenas. Son comunidades bióticas complejas formadas por organismos fotoautótrofos (cianobacterias, algas, líquenes y briófitos), que coexisten en íntima asociación con las partículas de la superficie del suelo y con el resto de organismos descomponedores que habitan en él, como bacterias, hongos y arqueas y otros organismos heterotróficos que se alimentan de ellos (protozoos, nematodos y microartrópodos).
Poseen una serie de adaptaciones que les permiten vivir en condiciones de sequía durante largos periodos de tiempo. La mayoría de los organismos que forman parte de la biocostra permanecen inactivos durante los periodos de sequía y se reactivan rápidamente incluso con cantidades muy pequeñas de agua como las que aportan las lluvias pequeñas o incluso de la niebla o el rocío.
Las biocostras son la piel del desierto. Previenen la erosión eólica, hídrica, y fijan el carbono y nitrógeno atmosférico. Afectan a numerosas propiedades de la superficie del suelo como la porosidad, la estabilidad de los agregados o la microtopografía, controlando de esta forma la infiltración y, por lo tanto, la disponibilidad de agua para la biota del suelo, los ciclos de nutrientes y la vegetación vascular.
La Universidad de Almería está trabajando en varias líneas para conservar y recuperar las biocostras, llegando incluso a crear jardines experimentales y creando el la primera colección de biocostras a nivel mundial. Con ello se pretenderán establecer medidas de protección para que las biocostras de Almería no cedan ante las distintas fuerzas de la naturaleza y el cambio climático y su influencia no solo no se reduzca, sino que consiga ampliarse.
Situación de los pinares
Las plantas coníferas de la provincia de Almería se encuentran en un estado de alarma. A esta situación la han llegado factores como la pobreza de los suelos, la incidencia de agentes biológicos nocivos, plagas como la procesionaria, la dificultad de adaptación a episodios prolongados de sequía o a la propia competencia de los árboles por los recursos hídricos, la luz y los nutrientes.
La culpa también la tiene el clima. No hay duda. Y hay quien, cada vez más, que culpa a la mano del hombre de que esto sea así.
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha informado al Consejo de Gobierno de la inversión de 2,5 millones de euros que va a llevar a cabo para hacer frente al decaimiento de coníferas en 811 hectáreas de áreas de la Sierra de los Filabres y del Espacio Natural de Sierra Nevada, en la provincia de Almería.
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