Me cambio de casa porque no aguanto más el ruido de los vecinos y del tráfico
Uno de cada cuatro almerienses admite que cambiaría de vivienda por estos motivos · El 70% de los encuestados ha hecho obras de reforma para mejorar las condiciones acústicas
No basta con cerrar la puerta para aislarse del mundanal ruido. Al menos así lo piensan uno de cuatro almerienses que incluso confiesan que cambiarían de casa por unos molestos, acústicamente, vecinos, según una encuesta realizada por tres empresas especializadas en la elaboración de mapas de ruido, que ha contratado el Ayuntamiento de la capital. Resultado también de las entrevistas efectuadas, se desprende que el almeriense prefiere hacer obras de reforma para aislar su vivienda, también de la contaminación acústica procedente del tráfico, antes que denunciar.
Durante las campañas de mediciones para la elaboración del mapa de ruidos de la capital, el personal de las empresas Tecnitax, Eygema y Acusttel efectuó una batería de preguntas a vecinos de Almería, siendo la fuente de ruido externa más molesta el tráfico (59%), por encima del ocio (20%) e incluso las obras (10%); y la interna, los vecinos (50%), más que las instalaciones del edifico (32%) o los propios electrodomésticos (20%).
Los almerienses que confiesan tener problemas con los ruidos vecinales los sufren, en su mayoría, en silencio. Tan solo dos de cada diez osa quejarse, mientras que el 80% asegura no haber protestado nunca. De los que prefieren comunicar a callar, solo el 16% lo ha hecho por escrito mediante la presentación de la pertinente denuncia.
El 25% de los encuestado afirma que cambiaría de vivienda por las molestias del ruido, procedentes, de forma equitativa, del exterior (tráfico principalmente), y del interior (vecinos), y el 12% ha llegado a mudarse a otro punto de la ciudad por este motivo.
La solución más recurrida frente a las mudanzas y las quejas son las obras de reforma. El 70% de los encuestados ha tenido que gastar dinero en protegerse del ruido y mejorar las condiciones acústicas de sus inmuebles ya que, en muchas ocasiones, la calidad de la construcción no es la idónea siendo innecesario el recurso del vaso para escuchar las conversaciones privadas del vecino.
Existe una ley que obliga a los edificios a tener un aislamiento adecuado, dependiendo de la zona de construcción, normativa que la mitad de los encuestados conocen. Además de los defectos de construcción, el 86% de los almerienses opina que los ayuntamientos no aplican correctamente la legislación existente contra el ruido y la mayoría contesta afirmativamente cuando se les ha preguntado si consideran que las administraciones públicas deberían destinar una mayor inversión para mitigar estas molestias de vivir en la ciudad. Eso sí, la respuesta mayoritaria se torna negativa con un rotundo no en el 40% de los casos cuando se les planteó si estarían dispuestos a pagar un incremento económico por manter en sus barrios unos niveles de ruido aceptables.
De todos los encuestados, 169 personas de todas las edades y con nivel de estudio variado, siendo la proporción de hombres y mujeres prácticamente la misma, el 81% vive en calles donde la fuente de ruido predominante es el tráfico, mientras que tan solo el 19% viven en calles peatonales. De todos ellos, algo más de la mitad, en concreto, seis de cada diez, considera que donde vive es una calle "bastante" o "muy ruidosa", mientras que tan solo uno de cada diez considera que "nada" o "poco ruidosa". El 30% de los encuestado asegura estar muy molesto por el ruido.
Con el objetivo de cambiar esta percepción y mejorar la calidad de vida en Almería capital, el Ayuntamiento contrató a las tres citadas empresas para, en respuesta a las exigencias de la Unión Europea y de la Junta de Andalucía, elaborar un mapa de ruidos, un diagnóstico de la contaminación acústica sobre el que partir para el desarrollo de un plan de acción de medidas correctoras.
El estudio arrancó en noviembre de 2010 y los resultados permanecen ahora en exposición pública. El trabajo de campo desarrollado desde diciembre de ese año a febrero de 2011 ha consistido en muestreos en calles aleatorias de Almería y en zonas de interés por su especial sensibilidad (hospitalarias, docentes o residenciales), así como las acústicamente saturas (centro histórico). Estos muestreos se han llevado a cabo mediante 120 mediciones de larga duración durante una semana (recogen el sonido que registran las calles cada 5 minutos), y mediante la técnica Short Time, con 500 puntos de medida cada 15 minutos, durante las 24 horas del día.
Los registros sonoros recogidos durante las 125 horas de mediciones han permitido conocer el clima acústico de la ciudad. Como cabe esperar, debido a la cantidad de tráfico soportado, los principales fuentes de ruido por el tráfico rodado son los accesos a la ciudad, siendo los principales agentes de contaminación acústica la autovía del aeropuerto, la carretera de Ronda y la travesía del Parque Nicolás Salmerón, vías a las que se suma en el listado las calles Manuel Azaña, Costa del Sol, Reina Regente y calle de la Marina. El estudio indica, no obstante, que de los grandes ejes viarios únicamente el tramo Torrecárdenas-A7 contribuye de forma destacada a la contaminación acústica al igual que el tramo de la N-332 de la Cañada San Urbano-Aeropuerto.
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