Calar Alto y Michelin: medio siglo de excelencia científica y tecnológica en Almería

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Fotomontaje con imágenes del personal de Calar Alto y Michelin.
Fotomontaje con imágenes del personal de Calar Alto y Michelin. / DDA

El Observatorio de Calar Alto y el Centro de Experiencias Michelin de Almería cumplen 50 años de existencia, y ambos han dejado una huella significativa en sus respectivos campos. El Observatorio de Calar Alto, situado en la provincia de Almería, es uno de los observatorios astronómicos más reconocidos de Europa. Durante medio siglo, ha sido un faro de investigación y descubrimiento en el campo de la astronomía, permitiendo a los científicos estudiar y comprender mejor el universo que nos rodea.

Con una ubicación privilegiada en la Sierra de Los Filabres, el Observatorio de Calar Alto goza de condiciones atmosféricas excepcionales. La altitud y la falta de contaminación lumínica le otorgan un cielo oscuro y estable, ideal para la observación astronómica. Esto ha permitido llevar a cabo investigaciones punteras en áreas como la cosmología, la astrofísica estelar, la formación y evolución de galaxias, entre otros temas de relevancia científica. Además, el observatorio ha sido un valioso recurso para la comunidad científica internacional, acogiendo a investigadores de todo el mundo en busca de respuestas a los misterios del universo.

Por otro lado, el Centro de Experiencias Michelin de Almería también celebra su medio siglo de actividad. Este centro, dedicado a la investigación y desarrollo de neumáticos, ha sido un actor clave en la industria de los neumáticos y ha contribuido al avance tecnológico y la seguridad vial. A lo largo de estos 50 años, el centro ha sido pionero en la aplicación de tecnologías innovadoras en la fabricación de neumáticos, como el uso de materiales avanzados y técnicas de producción más eficientes.

Están ubicados en dos enclaves únicos: Sierra de los Filabres y PN Cabo de Gata-Níjar

El Centro de Experiencias Michelin de Almería ha desempeñado un papel fundamental en el desarrollo y mejora de los neumáticos, contribuyendo a la seguridad en las carreteras y la eficiencia energética de los vehículos. Además, ha sido un centro de investigación de vanguardia, trabajando en estrecha colaboración con universidades y otras instituciones científicas para impulsar la innovación en el ámbito de los neumáticos. Su compromiso con la excelencia y la sostenibilidad ha dejado una marca duradera en la industria y ha sido reconocido tanto a nivel nacional como internacional.

Calar Alto, investigación astronómica

El Observatorio de Calar Alto tiene sus raíces en la década de los 70, una época en la que los científicos alemanes se encontraban inmersos en el apasionante proceso de seleccionar el lugar ideal en la montaña almeriense. Durante aquellos días, compartían almuerzos junto a las rocas, analizando minuciosamente el terreno para determinar el emplazamiento perfecto donde se alzarían las icónicas cúpulas. Fue en ese contexto que Kurt Birkle, un visionario alemán, se convirtió en el primer director del observatorio, desempeñando un papel fundamental en su desarrollo y crecimiento hasta 1998.

El nacimiento de Calar Alto está ligado a la Sociedad Max Planck para la Promoción de la Ciencia. Fue en julio de 1975 cuando se inauguró el primer telescopio de 1,23 metros, marcando el inicio de esta notable institución científica. Posteriormente, se sumaron otros tres telescopios de gran importancia: el Telescopio Schmidt, el Telescopio de 2.2 metros y el Telescopio de 3.5 metros. Estas valiosas adiciones han consolidado a Calar Alto como un destacado centro de investigación astronómica, impulsando avances significativos en nuestra comprensión del universo.

Comida de los impulsores del observatorio de Calar Alto.
Comida de los impulsores del observatorio de Calar Alto.

En la actualidad, el puesto de director ha sido asumido por Jesús Aceituno, un talentoso científico natural de Huelva. Bajo su liderazgo, el Observatorio de Calar Alto ha continuado su legado de excelencia científica y avances tecnológicos en el estudio del universo.

Comida con varios de los impulsores del observatorio: Kurt Birkle, el primer director, preside la mesa, a su izquierda Teodoro Vives (codirector español) y junto a él Manolo Alises, uno de los observadores más experimentados de Calar Alto.

Atrás ha quedado aquel tiempo en el que los científicos se reunían alrededor de las rocas de la montaña almeriense. Hoy en día, el Observatorio de Calar Alto es reconocido internacionalmente como un centro de excelencia en la astronomía, impulsado por la visión de sus directores y el esfuerzo incansable de sus investigadores.

El terreno en el que se desenvuelve Calar Alto está alejado del ámbito humano, no solo en términos de la distancia que separa nuestras investigaciones de la Tierra (a años luz de distancia), sino también por la complejidad de comprender muchos de los avances científicos que se logran. Consciente de esto, Calar Alto ha organizado una celebración especial por su 50 aniversario, con el objetivo de mostrar a la sociedad en qué consiste su labor y el propósito que la impulsa.

La necesidad de más inversión

Los logros científicos muestran la vitalidad y la relevancia del trabajo realizado en Calar Alto. El astrofísico Gilles Bergond manifiesta El científico manifiesta que los telescopios de Calar Alto “se hacen mayores y pequeños”, pero aún así, son opto-mecánicamente hablando, inmejorables. Pero “para mantenerlos competitivos, hay que renovar su sistema de control e instrumentación de manera periódica. Cosa que estamos haciendo en el 3.5 m con los espectrógrafos CARMENES-PLUS y TARSIS, o en el 2.2 m con la cámara PANIC y el espectrógrafo CAFÉ (hermano pequeño de CARMENES en el visible) mejorados

Durante los meses de julio y agosto, se ofrecerán visitas guiadas al observatorio, brindando a los visitantes la oportunidad de descubrir el fascinante mundo de la astronomía. Estas visitas permitirán explorar las instalaciones, conocer los telescopios y aprender sobre los avances científicos realizados en Calar Alto a lo largo de su historia.

Además, a partir de finales de julio y hasta finales de septiembre, se llevará a cabo una exposición fotográfica en el Paseo de Almería. Esta exhibición ofrecerá un viaje visual por el cosmos, presentando impresionantes imágenes astronómicas capturadas desde el observatorio. Los visitantes podrán maravillarse con la belleza y la inmensidad del universo a través de estas impactantes fotografías.

En septiembre, se llevará a cabo un acto especial en la sede de UNED, donde se reunirán todos los antiguos directores del observatorio. En este encuentro, repasarán los momentos más destacados de la historia de Calar Alto, compartiendo sus experiencias y anécdotas. Será una oportunidad única para revivir la evolución y los logros del observatorio a lo largo de sus 50 años de trayectoria.

Michelin: compromiso e innovación

Un 2 de enero de 1973 abrió sus puertas el Centro de Experiencias Michelin Almería (CEMA). La multinacional francesa buscaba, por aquellos entonces, un lugar idóneo para un intenso y exhaustivo trabajo de innovación y experimentación con los neumáticos, para comprobar que estuvieran preparados para la salida al mercado. La elección de la ubicación no fue sencilla, ya que debía cumplir con una serie de requisitos: estar situado en Europa, contar con baja pluviometría, temperaturas altas y regulares durante todo el año, disponibilidad de miles de hectáreas en zona llana y de montaña, composición del suelo adecuada, y en las cercanías debía haber un aeropuerto internacional y una ciudad que pudiera proveer al centro de gran cantidad de mano de obra cualificada.

François Michelin era consciente de la importancia de la investigación y el desarrollo para la empresa, así que vio necesaria la creación de un centro de experiencias en el sur de Europa, para la vehículos de obras públicas y agrícolas, que sustituiría al existente en Fos-sur-Mer, cerca de Marsella, según recoge en su libro Jorge Giménez.

En 2021, en el CEMA se realizaron 2.900 ensayos sobre un total de 9.300 neumáticos

Tras un análisis exhaustivo de la zona por parte de Julio Pérez-Cela, a la postre primer director del CEMA, escogió un enclave privilegiado, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Los Pioneros (59 personas encargadas de que todo estuviera preparado para comenzar la actividad en enero del 73) estaban manos a la obra revisando la construcción de los primeros edificios, destinados a Laboratorio, Explotación y Mecánica, Dirección, Personal y Administración, el almacén de los neumáticos y la subestación. Se construyó, de la misma forma, una primera pista de 5 kilómetros de largo, que supone alrededor de un un tercio de la actual.

Durante toda la Navidad de 1972 se trabajó para cumplir los plazos. El 18 de diciembre llegaron a Almería en autocar gran parte de los trabajadores que había estado en Clermont formándose y el día 19 los vehículos procedentes de Francia desembarcaron en el Puerto de Almería y fueron en convoy hasta el CEMA. El martes 2 de enero de 1973 se llevó a cabo el rodaje inaugural, como bien recoge Jorge Giménez en su libro Centro Experiencias Michelin, 1972-2023.

Año tras año, el centro fue creciendo y convirtiéndose en una referencia para la multinacional francesa en tierras españolas. En su décimo aniversario, en el CEMA ya trabajaban 580 personas, rodaban 221 vehículos por 18 pistas y los terrenos comprendían 4.500 hectáreas.

Además de la eficacia en el trabajo, el centro almeriense también destaca por su interesante Asociación Cultural Recreativa Michelin, cuyo germen tiene como fecha 1974: el Club Deportivo Michelin Almería. Comenzó propiamente centrándose en deportes como fútbol o baloncesto, pero en 1978 daría un paso más y también apostaría por actividades más sociales y culturales, que llevarían a esta ACRM a convertirse en el nexo de unión de todas las familias de trabajadores del CEMA.

A lo largo de la década de los 90, el centro de experiencias fue creciendo y realizando diferentes tareas de renovación, como la del guiado de las Pistas Magic, que facilitó que los vehículos se automatizaran. Precisamente en esos años, concretamente en 1996, se firmó el primer convenio entre la Consejería de Medio Ambiente de la Junta y el CEMA para la conversación y protección del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Desde su creación, las iniciativas de regeneración y conversación del entorno han sido y seguirán siendo fundamentales en la política medio ambiental del centro. Baste de ejemplo que uno de sus iconos es el drago centenario, que muy posiblemente llegó a estas tierras cuando venían a tierras almerienses a trabajar en la minería obreros desde las Islas Canarias.

Ya en el nuevo siglo, el CEMA se ha convertido en uno de los buques insignia de la provincia, primero de la mano de Javier Deleyto y en la actualidad con Jorge Pato en la dirección. El CEMA tiene 53 pistas, que suponen más de cien kilómetros de longitud. El parque móvil está formado por más de 200 vehículos, dispone de 33 máquinas rodadoras y tres celdas climáticas para ensayos. En 2021 se realizaron en el CEMA 2.900 ensayos sobre 9.300 neumáticos, que recorrieron 18 millones de kilómetros. Todo ello gracias a 170 personas, más los trabajadores de las empresas de servicios.

Jorge Giménez Garrido recoge la historia del CEMA en un volumen

Dentro de los eventos y actos realizados por Michelin para conmemorar el aniversario, la compañía presentó un libro convertido en un manual de referencia del CEMA, escrito por Jorge Giménez Garrido. Se trata de una recopilación de informaciones y fotografías históricas que desgrana la historia de este hito. Son casi 150 páginas en las que el autor explica cómo fue la concepción inicial del centro y cómo ha ido evolucionando a lo largo de estos años. Además del trabajo propio del centro, el autor también refleja todas las iniciativas sociales y deportivas.

A grandes rasgos, éstas son las historias del Observatorio de Calar Alto y del Centro de Experiencias Michelin Almería, que viene a ser la mejor demostración que en esta tierra hay mucho talento. Sólo hace falta de empresarios que decidan apostar por ella. Es cierto que faltan buenas comunicaciones, sí. Ante esas penurias, el carácter almeriense es el de no rendirse y convertirse en un ejemplo de innovación y eficacia en todos los campos que le toca explotar laboralmente.

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