Cabo de Gata, un paraíso que hay que aprender a cuidar

Medioambiente

Un catamarán del proyecto Life A-Mar realiza travesías desde San José para mostrar a agentes sociales y vecinos la riqueza de las aguas del parque natural

Estas son las playas de Cabo de Gata-Níjar donde está prohibido navegar en verano

Ruta en catamarán por Cabo de Gata
Ruta en catamarán por Cabo de Gata

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es la gran joya de la provincia de Almería. Más de 50.000 hectáreas entre zonas terrestres y marinas donde la mano del hombre apenas ha transformado el paisaje (o, al menos, mucho menos que en otras zonas costeras del Mediterráneo) y que, por ello, mantiene una biodiversidad que es necesario preservar sea como sea.

Por ello, Cabo de Gata-Níjar cuenta con diferentes figuras de protección: es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Zona de Especial Conservación (ZEC), Reserva de la Biosfera, Geoparque Mundial y Zona de Especial Protección de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM). También es uno de los 25 espacios marinos de Andalucía perteneciente a la Red Natura 2000, gestionados tanto por la comunidad autónoma como por la Administración General del Estado.

Algunas maravillas del parque natural saltan a la vista: sus acantilados, las formaciones volcánicas, las calas... Otras, sin embargo, están sumergidas pero son también de un enorme valor. Por eso estos días ha atracado en el puerto de San José el catamarán del proyecto Life A-Mar con el lema de "Conocer para conservar los espacios marinos". El objetivo es difundir los valores del parque natural, la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en coordinación con la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, está organizando unas visitas guiadas en el marco del proyecto LIFE A-MAR, Conocer y amar los espacios marinos de la Red Natura 2000 para protegerlos. Primero fue para los medios de comunicación y estos días harán visitas para agentes socioeconómicos y la población local. El fin es generar una mayor apreciación por los valores de biodiversidad que alberga la Red Natura 2000 y promover prácticas responsables con la conservación del mar.

Una de las maravillas acuáticas que esconde el parque es la posidonia. Víctor Gutiérrez, coordinador de conservación y restauración de ecosistemas de la Fundación Biodiversidad, explica que las praderas de posidonia del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar están muy bien conservadas y "son el verdadero pulmón del Mediterráneo, ya que tienen la capacidad de absorber prácticamente 20 veces más carbono que un bosque". Por ello, son esenciales para la regulación del clima y, como destaca, "afortunadamente tenemos praderas en muy buen estado ecológico en la provincia de Almería".

¿Qué es la red Natura 2000?

La Red Natura 2000 es la red de espacios protegidos de la Unión Europea. Su finalidad es asegurar la conservación a largo plazo de especies y hábitats prioritarios para Europa, y contribuir a detener la pérdida de biodiversidad, a la vez que se garantiza un desarrollo económico respetuoso con estos importantes valores naturales. El Mediterráneo español se compone de 128 espacios marinos o marítimo-terrestres que abarcan el 16% de las aguas españolas en esta región marina.

Una de las particularidades de esta figura de protección es que en estos espacios se establecen medidas de protección y gestión específicas, de manera que las actividades humanas que se lleven a cabo sean compatibles con el mantenimiento de un estado de conservación favorable del patrimonio natural.

La protección de estos espacios marinos genera, además, múltiples servicios que contribuyen al bienestar, entre los que se encuentran la regulación del clima, la liberación de oxígeno, la alimentación, la generación de conocimiento y el mantenimiento de la biodiversidad, entre otros.

Frente a las costas de Andalucía se encuentran 25 espacios marinos protegidos en la Red Natura 2000, gestionados tanto por la comunidad autónoma como por la Administración General del Estado.

En cuanto a la fauna, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar también tiene una enorme riqueza: tortuga boba, delfines, calderón gris o la lapa ferruginosa son algunos ejemplos.

Aunque parezca que compaginar la actividad turística y económica con un espacio protegido es una tarea difícil, el experto de la Fundación Biodiversidad cree que "un espacio natural como este genera muchas oportunidades". La más evidente es que crea mucho turismo. Pero además "es una fuente de pesca, pero es fundamental que seamos conscientes de que el mantenimiento de todas las actividades socioeconómicas deben ser capaces de mantener la biodiversidad que alberga", explica Víctor Gutiérrez.

En ese mismo sentido, Salvador Parra, director del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, cree que uno de sus principales objetivos es hacer compatible esa conservación con el desarrollo sostenible, "y eso implica regular las actividades que se desarrollan dentro de él, cuando hablamos de actividades de turismo o de ecoturismo, algo que es más complicado en el verano por el número de gente que viene". Pero asegura que "ese es nuestro reto".

¿Cómo proteger el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar?

Salvador Parra, director del parque natural almeriense, valora proyectos como Life A-Mar presente estos días en el puerto de San José ya que cree que "es muy necesario que la gente conozca las buenas prácticas dentro del parque para su protección". En este sentido, señala que lo primero que debe hacer el visitante es informarse a través de los diferentes puntos de información y los centros de interpretación, así como en la web o con la cartelería presente en el parque. "Es muy sencillo, sobre todo consiste en respetar, que el turista que venga colabore activamente en esa protección, que aparquen en las zonas diseñadas para ello o usen medios de transporte sostenible; que no dejen basura, ya que hay muchas playas naturales, algunas de ellas de difícil acceso donde allí es muy difícil poner un contenedor y que vaya alguien a recogerlo; y que respeten ciertos sitios que son muy sensibles, por ejemplo la duna de Mónsul o la duna fósil de los Escullos, ya que ahí no se puede subir y a pesar de los carteles la gente lo sigue haciendo". A eso se añade la prohibición de la pernocta de autocaravanas o de navegar en algunas playas vírgenes.

Posidonia en las aguas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Posidonia en las aguas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. / Parque Natural Cabo de Gata-Níjar

En el caso de la posidonia, la mejor forma de protegerla es impidiendo los fondeos, ya que como explica Víctor Gutiérrez eso es lo que tiene un mayor impacto: "Las anclas que se tiran sobre praderas de posidonia, tanto por el propio anclaje como por el arrastre, destrozan buena parte de la pradera y son además ecosistemas que tardan mucho tiempo en recuperarse".

Por ello insiste en lanzar un mensaje claro para que las embarcaciones fondeen solo en aquellos sitios que están autorizados. "Está prohibido fondear en praderas de posidonia y desde las administraciones también estamos haciendo una labor para instalar fondeos ecológicos que permitan a la gran cantidad de turismo que acogemos en nuestras costas que pueda fondear en sitios donde no genere un impacto sobre esas praderas", explica.

Gloria García, asesora científica del geoparque, añade como una de las amenazas la sobreexplotación de actividades recreativas como pueden ser los kayaks o la presencia de motos de agua, que muchas veces golpean a las tortugas y cuyo ruido puede ser perjudicial para las aves. "Al final casi ninguna actividad es mala en sí misma, pero el problema es cuando aumenta mucho la capacidad de carga del espacio, es decir, que hay demasiadas empresas de kayak o de buceo, por ejemplo. Eso tiene un impacto que empieza a ser un problema, porque además cuando hay viento, por ejemplo, todos van al mismo sitio y podemos ver cientos de kayaks en el arrecife de Las Sirenas", aclara.

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