"Tenemos billetes": así presumía la falsa cuidadora de ancianos en TikTok
Tribunales
Uno de los ancianos murió a causa de la ingesta masiva de benzodiacepinas y metadona, pero llegó a reconocer fotográficamente a la arrestada
Almería/"Tenemos billetes, Piquete, mujeres". Con esta canción convertida en reto viral en la red social TikTok se exhibía en pleno baile con un fajo de billetes en la mano M.C.L.F., la mujer que se encuentra en prisión provisional por drogar presuntamente a cinco ancianos con benzodiacepinas para robarles, lo que presuntamente provocó la muerte por intoxicación de un hombre de 90 años.
"Hago el pasaporte. Me cojo el dinero. Me voy pa Turquía y así me vuelvo con un cuerpo nuevo", es la letra de otra de las canciones con las que la mujer hace ostentación de los recursos económicos de los que dispone, en otro de los vídeos compartidos por la investigada en la famosa red social. Cabe recordar que los investigadores efectuaron dos registros domiciliarios en los que se intervinieron 22.385 euros en efectivo, numerosas joyas, una ingente cantidad de medicamentos depresores del sistema nervioso, recetarios de medicamentos, facturas de establecimientos de compra-venta de oro, un supuesto contrato de donación de 20.000 euros, diversos teléfonos móviles.
También encontraron libretas bancarias a nombre de terceros en las que se pudo verificar la existencia de múltiples transferencias y reintegros en efectivo de grandes sumas de dinero. En un de los registros, también se intervino gran cantidad de comprimidos preparados para su ocultación en cavidades corporales, un arma de fuego, munición y un chaleco antibalas.
Fuentes de la Policía Nacional han señalado que estos últimos elementos servían de protección, tanto porque su entorno está relacionado con la marihuana, como porque en su domicilio, ubicado en un barrio humilde de Almería, fueron encontrados objetos de "súper lujo".
La mujer cuesta con numerosas detenciones anteriores, con casos que parten desde 2012 y 2013, tanto por hurtos, como por estafas, robos con violencia o con drogas, así como que en ocasiones también ofrecía sus servicios sexuales a las víctimas, lo que provoca reticencias a denunciar por parte de éstos.
Según las fuentes, ha trabajado en varias ocasiones en empresas de asistencia a domicilio, la última vez durante unos meses y hasta marzo de 2023, y es ahí dónde habría conseguido el uniforme que utilizaba. A través de estos empleos habría obtenido asimismo los datos de las víctimas.
Según los indicios recopilados por la Policía Nacional, la detenida adaptó su modo de operar en el tiempo. Al principio, acompañada de una cómplice, llamaba a la puerta del domicilio de su víctima y manifestaba que conocía a algún vecino, tras lo que presuntamente buscaba excusas como pedir un vaso de agua o acudir al aseo para registrar el domicilio y buscar dinero u objetos de valor.
"Con el paso del tiempo la detenida comenzó a actuar en solitario perfeccionando su modus operandi", dice la Policía Nacional, que concreta cómo ésta consiguió el uniforme de una conocida empresa de ayuda a domicilio y se hacía pasar por asistente social, y así se ganaba la confianza de las víctimas para merodear por sus casas y hacerse con cualquier cosa de valor que encontrara.
"Finalmente decidió incluir medicamentos en su proceder". Con la excusa de compartir un café o un refresco, la detenida mezclaba barbitúricos en las bebidas de sus víctimas para aturdirlas y poder registrar las casas con tranquilidad, aunque "esta mujer no tenía conocimiento alguno sobre las sustancias que administraba o las dosis oportunas, poniendo en grave peligro la vida de los ancianos".
Los familiares de las víctimas o los trabajadores autorizados para su cuidado los encontraban "inconscientes o moribundos", y todos ellos requirieron de atención e ingreso hospitalario. Tras el pertinente examen toxicológico se concluyó que todas las víctimas resultaron intoxicadas por benzodiacepinas, medicación que ninguno tenía prescrita según la historia clínica de los pacientes.
La investigación se inició en marzo de 2023, tras recibir múltiples denuncias sobre una mujer que se hacía pasar por asistente domiciliaria y que, tras ganarse la confianza de distintos varones dependientes de avanzada edad, les confundía para hacerse con el dinero y los objetos de valor que encontraba en sus viviendas.
Uno de los ancianos murió a causa de la ingesta masiva de benzodiacepinas y metadona, pero llegó a reconocer fotográficamente a la arrestada antes de perder el conocimiento. El abogado de la familia de esta víctima, Juan Marfil, considera que la mujer cometió un homicidio doloso al suministrar estos medicamentos que afectan al sistema nervioso central para dejar inconsciente al anciano fallecido.
“Se ha dado la paradoja de que la ingesta no fue solamente suministrada al fallecido, sino que se ha demostrado que la suministró a más personas. Ella no es ningún técnico ni tiene una profesión sanitaria. Aquí se trata de ver si es una muerte por imprudencia o dolosa, y yo entiendo que fue totalmente dolosa”, asegura.
“Al no tener ningún tipo de especialidad o conocimiento a nivel científico, la combinación de esos medicamentos fue lo que hizo que este hombre, que estaba en perfectas condiciones, y lo vamos a demostrar porque hay médicos que lo estaban llevando, estuviese 21 días en el Hospital Torrecárdenas y falleciese. Con esa edad, esas dosis son mortales de necesidad, letales”, ha aseverado.
En esta línea, insiste en que la detenida pudo hacer lo que quiso al no tener oposición posible por parte de la víctima, y resalta que de forma previa ya cuenta con 36 antecedentes policiales por delitos contra el patrimonio, es decir, hurtos, robos o apropiación indebida.
“Esta señora ha estado trabajando en una entidad de asistencia domiciliaria. Con esos antecedentes mandan a una persona a asistir a ancianos. Es como darle un trampolín para que siga cometiendo esos hechos, me parece gravísimo, tiene que haber una reglamentación, con total prontitud, para que estas personas, al menos, acrediten que no tienen antecedentes”, ha afirmado.
No obstante, ha reconocido que una de las líneas a investigar es si logró el uniforme que usaba para hacerse pasar por asistente de dicha empresa, o si pudo obtener datos de la misma para elegir a sus víctimas, ya que “a algunas de ellas no las conocía con antelación, pero hay otras a las que sí. Es decir, manejaba documentación”.
Sobre cómo pudo obtener las drogas, ha dicho que también tendrá que investigarse la forma en la que consiguió más de 200 pastillas que, en su mayoría, precisan de receta médica, toda vez que en su poder se encontraron hasta 37 anillos y 27 pendientes. “Creo que esta actividad la ha desarrollado durante mucho tiempo”, ha opinado el letrado.
El hijo del fallecido, ha afirmado que su padre era una persona “que estaba bien de salud” y que no precisaba de una ayuda especial porque “hacía todas las gestiones de su vida, de su casa, de sus documentos”. “Mi padre tenía una vida normal hasta que le pasó esto. Sobre todo, estaba bien de salud”, ha precisado.
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