Bar de risas

También de copas, pero estas son propias de un bar y las risas, aunque tampoco falten, pues pueden combinarse con aquellas, no suelen ser una consumición servida. Un bar, por otra parte, no es una consulta de psicoterapia, aunque la barra haga, figuradamente, de diván y los regentes o camareros hayan adquirido, por los gajes del oficio, una peculiar cualificación como psicólogos. La risoterapia, aunque todavía no cuente con expreso reconocimiento científico, procura benéficos efectos mentales y emocionales mediante la risa. Cierto es que esta, de manera natural o estimulada por la terapia, no cura enfermedades, pero sí puede ayudar en los tratamientos de los males. Los beneficios principales de la risa se obtienen en grupo, ya que reír solos es menos efectivo. No obstante, reírse de uno mismo es un ejercicio del todo recomendable, para así librarse de la severidad y la exigencia con las que, a veces, cada cual se castiga. La risoterapia grupal no es que venga a ser una ronda de chistes, pero el efecto del grupo hace que rían quienes no están acostumbrados a hacerlo. Y se dice reír, que no sonreír, puesto que esto último es reírse un poco o levemente, casi como insinuación, pero sin el ruidoso desahogo de las carcajadas, que liberan las endorfinas responsables de las sensaciones de bienestar. De manera que un bar de risas ha de ser risueñamente saludable.