Una aventura única para quemar adrenalina saltando cañones

El sábado se celebró en Río Verde (Granada) el primer descenso de barrancos que oferta el Secretariado de Deportes en su programa de actividades en la naturaleza

El grupo de aventureros que el pasado sábado hicieron barranquismo en Río Verde (Granada).
El grupo de aventureros que el pasado sábado hicieron barranquismo en Río Verde (Granada).

El sábado pasado se celebró el primer descenso de barrancos del año que oferta el Secretariado de Deportes de la Universidad de Almería en su programa de actividades en la naturaleza. Esta actividad tuvo lugar en el municipio granadino de Almuñecar, en concreto, en el barranco de Río Verde. El motivo de desarrollar aquí esta aventura es que este barranco del Parque Natural de las sierras de Tejeda, Alhama y Almijara -una zona de gran belleza y poco poblada- es el más famoso y conocido de Andalucía por mantener el caudal de agua constante incluso en verano, aunque esta primavera su caudal ha aumentado ligeramente debido a las abundantes precipitaciones del invierno.

Una vez en la entrada a la pista, los participantes hicieron la aproximación a la entrada del barranco en el coche de apoyo hasta la fuente de las Cabrerizas, donde se repartió el material necesario: mochila especial y bote estanco para la comida y casco, arnés, escarpines y neopreno, Vestuario que los participantes llevaron puestos desde ese instante.

Uniformados los aventureros se dispusieron a realizar un pequeño recorrido a pie de unos cinco minutos que les condujo a la entrada del barranco… En ese momento los guías dieron la información necesaria y las instrucciones de seguridad a los participantes, sin olvidar de revisar que el material esté correctamente colocado.

Aquí empezó la diversión. Nada más entrar un fraccionamiento que les obliga a rapelar. Seguidamente llegan diversos toboganes hasta la siguiente cascada, que por decisión técnica se realizó mediante tobogán y donde se ensayó la técnica del salto. Un poco más adelante, el primer salto y casi seguido otro divertido tobogán que conducía a una bonita y caudalosa cascada que bajaron en un tobogán frenado.

En este punto, los participantes más arriesgados realizaron un salto de nueve metros, donde descargaron la poca adrenalina que les quedaba. A partir de aquí, explican desde la organización, casi todo parecía poco, pero "Río Verde no da tregua y todavía sorprenderió con un bonito tobogán volado, una gran cascada y un último salto". En total unos 200 metros de desnivel en 1,5 kilómetros de recorrido aproximadamente.

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