Los autocaravanistas, impunes ante los asentamientos ilegales en la costa

medio ambiente

Los vehículos estacionan en primera línea de playa por todo el litoral almeriense y en aparcamientos públicos de la capital

Las áreas reguladas no reciben apenas clientes

Una de las autocaravanas estacionadas en el Paseo de Ribera, situado en la desembocadura del Andarax.
Una de las autocaravanas estacionadas en el Paseo de Ribera, situado en la desembocadura del Andarax.
Jose Francisco Sánchez

05 de agosto 2019 - 06:00

La provincia es uno de los principales destinos del turismo de autocaravanas a nivel nacional y europeo. Las cifras hablan por sí solas: unos 800 vehículos de este tipo procedentes de todo el continente se encuentran asentados entre la capital, Roquetas de Mar y Cabo de Gata. Este dato no recoge las autocaravanas que eligen otros enclaves como San José, Aguamarga o Las Negras. Sin embargo, la gran mayoría de estos asentamientos no están regulados para este tipo de uso, por lo que las áreas acondicionadas se están viendo gravemente afectadas.

En Europa hay más de 3,5 millones de este tipo de turistas. La flota de autocaravanas es de 1,2 millones y en cada una de ellas suelen viajar tres personas, según marcan las estadísticas. En Francia existen más de 5.000 áreas de servicio de autocaravanas, mientras que en España no se han construido más de 70. Hasta estos destinos llegan anualmente 200.000 autocaravanas, que gastan 280 millones de euros de media. Se trata de un perfil de turista ecológico, que se autoabastecen, de un perfil socioeconómico alto y perseguidor del disfrute de la naturaleza.

Aguamarga, San José y la capital son los tres municipios en los que se ha dedicado una zona específica para el asentamiento de este tipo de vehículos. Estas áreas pueden ser de titularidad pública o privada y ofertan los servicios necesarios - aparcamiento, puntos de vaciado, etc. - por un determinado precio. No obstante, casi todos los autocaravanistas eligen otros enclaves en los que establecerse de forma gratuita e ilegal. Además, estas zonas suelen coincidir con primeras líneas de playa y áreas de uso y disfrute público. Los turistas han descubierto que en ciertos lugares de confluencia la Policía no actúa mediante sanciones económicas. Estas ‘colonias’ se comunican entre ellas para aconsejarse sobre los mejores enclaves donde estacionar sus autocaravanas.

Esta situación se desborda en verano, cuando los asentamientos se extienden a puntos estratégicos como La Fabriquilla o las playas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Los vecinos y comerciantes de estos lugares han denunciado la situación a las autoridades correspondientes, pero la realidad es que no existe una regulación a nivel provincial al respecto. Los autocaravanistas no solo ocupan zonas de aparcamiento a primera línea de playa, sino que también vacían el depósito de aguas en el alcantarillado.

En la capital, los principales asentamientos ilegales de estos vehículos se encuentran en el parking público del Auditorio Maestro Padilla y en la desembocadura del río Andarax, donde unas 70 autocaravanas se asientan cada día. Este enclave es especialmente conflictivo por la cantidad de desechos que se vierten al mar. Así, en el auditorio se concentran los turistas franceses, principales impulsores de los viajes en autocaravana.

Esta situación se agrava durante la temporada invernal, cuando los turistas prefieren permanecer en la capital, donde existe un área destinada al asentamiento de las autocaravanas, emplazada en la Carretera Cabo de Gata, con una oferta de 44 plazas. Este área cuenta cumple con la reglamentación provincial, es privada y ofrece a los autocaravanistas todos los servicios necesarios para el cuidado y mantenimiento de los vehículos. Sin embargo, las plazas están prácticamente vacías durante todo el año.

Durante los últimos años, han sido extraordinarias las multas que han recibido los autocaravanistas por su estacionamiento ilegal en parkings públicos y otras zonas de aparcamientos. Algunos turistas reportan que se les ha entregado un aviso advirtiendo que debían retirar su vehículo de asentamientos como el del Auditorio Maestro Padilla o el de la desembocadura del río Andarax. Así las cosas, han sido varias las reuniones de los gerentes de las áreas privadas dedicadas a las autocaravanas con las instituciones competentes, que han concluido sin acuerdos a corto plazo que pongan fin a los asentamientos de estos vehículos en enclaves idílicos de todo el litoral de la provincia.

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