El arte en el CEIP Ave María del Quemadero como estrategia para el futuro de sus alumnos

Almería/El Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Ave María del Quemadero ha organizado una semana cultural con la que pretende abrir el centro educativo a la sociedad almeriense, lograr la implicación del barrio, así como trabajar con el alumnado distintas disciplinas artísticas de la mano del grupo de amigos ‘Indal-Ágora’. La iniciativa persigue el objetivo de acercar el arte a niños y niñas de 3 a 12 años buscando su desarrollo personal.

Como señala Francisco Ruiz, uno de los integrantes y colaboradores de Indal-Ágora, escritor de poesía y pintor, “este grupo de amigos se ha creado hace sólo unos meses y la primera actividad oficial que va a llevar a cabo va a tener como protagonista este colegio y su alumnado a través de la semana cultural”.

El director del colegio, Antonio Acosta, entusiasmado, explica que el hecho de instalar el arte en el CEIP Ave María del Quemadero pretende ser también el impulso para que el colegio se abra al barrio y recupere el rol de ser el motor social y cultural que hace años tenía, a la par que contribuya a crear un sentimiento de pertenencia. “Este centro educativo ha sido siempre un referente para todas las familias de El Quemadero, del Cerro San Cristóbal y La Fuentecica, y esto de alguna forma se ha ido perdiendo con el paso de los años, más acentuado aún desde la pandemia. Desde que llegué a la dirección me propuse contribuir en lo que fuera necesario para que los niños empezaran otra vez a tomar contacto con este tipo de enseñanzas, las manualidades, que por desgracia se han perdido en los colegios, y pueden ser un gancho con el que abrir horizontes de futuro. Y no solo a través de arte, sino también a través del deporte. El colegio tiene que ser un foro que de respuestas a los niños, a las familias y, en definitiva, al barrio”.

La meta de la escuela es capacitar a los niños y niñas para que puedan repensar y cambiar el mundo que se les ha enseñado, darles las claves para que sepan discriminar lo bueno de lo nocivo a través de un pensamiento crítico; enseñarles a elegir conscientemente sus valores y concepciones del mundo y de sus vidas, entendiendo los valores y significados que tiene cada sociedad, comunidad, cultura... Es precisamente en esta estrategia en la que se instaura la semana cultural de este colegio de la capital, que se va a celebrar el próximo mes de abril, desde el día 7 al 11, en horario de mañana y tarde, y en la que van a exponer sus obras 25 artistas de reconocido prestigio. Serán cinco días en los que el arte convivirá en el centro con el resto de asignaturas y materias didácticas obligatorias.

Gabriel Torres, Francisco Ruiz y Juan Miguel Maldonado, son tres de los impulsores del grupo de amigos del arte ‘Indal-Ágora’ que ha propuesto introducir el arte en las aulas y patios de este centro. También van a exponer sus creaciones en el foro que, como aseguran, “dada la gran acogida que ha tenido, ha nacido para continuar en los próximos años e incluso consolidarse”. Se presenta como una actividad imprescindible que puede ser la salvación para muchos niños y niñas cuya única expectativa es acabar la educación obligatoria y no continuar su formación.

Gabriel Torres Escoriza es ebanista y tallista de reconocido prestigio que ha expuesto sus obras a lo largo del mundo con gran éxito. Es además antiguo alumno del colegio centenario, por lo que su relación con el centro y con el arte han contribuido de forma notable para que Indal-Ágora inicie su proyecto de instalar el arte en las aulas precisamente por el CEIP Ave María del Quemadero. Advierte que vive estos días de preparativos con mucha ilusión. Su objetivo, como el del resto de artistas que conforman el cartel de la exposición, y el del propio director educativo, es despertar el talento de los alumnos de este barrio de Almería. “La idea es que muchos de ellos, el 80% de nacionalidades extranjeras, se interesen por formarse o tener una profesión que tenga que ver con alguna disciplina artística, con la artesanía, con algún oficio de los que hoy en día están abocados a desaparecer por falta de profesionales..., y que esto les haga continuar con sus estudios, que no abandonen de forma temprana. En la pintura, en el baile, en el trabajo de la madera, en el diseño, en las manufacturas..., puede estar el futuro de una generación que, además, también puede ser la salvación del barrio de El Quemadero. El colegio no se puede dedicar solo a hacer actividades regladas, hay que dar otro tipo de soluciones, que pasan por la educación emocional, por los hábitos de vida saludables, destrezas artísticas...”, como explica Antonio Acosta.

Patios, aulas y rincones con historias centenarias

Es el colegio más antiguo de la provincia y uno de los más antiguos de España, historia viva del desarrollo del sistema educativo y de las infraestructuras docentes. El CEIP Ave María del Quemadero, ubicado en el barrio que lleva su mismo nombre, es donde estudiaron o dieron clase como docentes almerienses ilustres como el presidente de la Audiencia Provincial de Almería, el juez Luis Columna; el diputado provincial del PP Eugenio Gonzálvez o la ex Secretaria de Estado del PSOE Consuelo Rumí..., por nombrar sólo algunos de los más conocidos.

Precisamente por la hazañas y acontecimientos que atesoran sus patios, su singular entorno y sus aulas, en las que hoy estudian 170 alumnos y alumnas de cinco nacionalidades el equipo directivo apuesta por abrir el centro al barrio y a la sociedad almeriense. El objetivo es enseñar las particularidades de un colegio en pleno proceso de transformación con el arreglo de las instalaciones haciéndolas más inclusivas, accesibles y aprovechadas. Sus rincones se convertirán del 7 al 11 de abril en salas donde se expongan trabajos en los que en estos días se están empleando los escolares. Vidrieras, pinturas con la técnica de la estampación, poesías, decoración de maceteros y otras manualidades..., que se mezclarán con las creaciones de artistas de prestigio.

El delegado provincial de Educación, Francisco Alonso, tras visitar el centro y conocer de cerca el proyecto de la semana cultural, entre otros, destacó “la encomiable labor educativa que se lleva a cabo con el alumnado de infantil y primaria en este centro, e incidió en la importancia de programas como el Programa PROA Plus Transfórmate para la optimización de los índices de éxito escolar y la reducción del absentismo, entre otros. Además, Alonso puso en valor la actividad cultural que se va a desarrollar en las próximas semanas y que va a ser crucial para el desarrollo de la competencia artística y cultural de los niños y niñas de este barrio de la ciudad.

El concejal delegado del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería, Diego Cruz, también ha visitado recientemente el CEIP Ave María del Quemadero y ha señalado que “es un centro educativo muy querido y asentado en un barrio también centenario y con mucha historia en la ciudad. Y lo es por toda esa capacidad que ha venido demostrando a lo largo de los años, adaptándose a las nuevas necesidades educativas con nuevos proyectos, y siendo además ejemplo de integración y convivencia”.

Antonio Acosta es el director y, junto a un equipo de 18 docentes, lideran proyectos tan trascendentales para la población de esta zona de Almería como el de ‘Bienestar y Protección Infancia y Adolescencia/Convivencia Escolar’, ‘Más Equidad ‘, ‘P.E.C. Frutas, Hortalizas y Leche’, ‘Prevención de la Violencia de Género’, PROA, PROA+ “TRANSFÓRMATE” , ‘Programa CIMA’, ‘Programa Fénix Andalucía’, Proyecto ‘Aulas Verdes Abiertas’ , ‘Red Andaluza de Ecoescuelas’, Red EPSA’, Red Escuela “Espacio de Paz” y ‘Transformación Digital Educativa’.

El colegio, ubicado en la calle Barranco Bolas, fue creado por el padre Andrés Manjón, quien lo puso en funcionamiento para atender de forma gratuita en tres habitaciones-cuevas a los niños y niñas de uno de los barrios más modestos de la ciudad. Eran los propios maestros quienes ponían dinero de su bolsillo para llenar la despensa de lo que hacía las veces de comedor escolar. Una de las cuevas era el almacén de zapatos donados, donde siempre había un par para renovar el calzado roto que llevaban los alumnos a clase. Un centro, en definitiva, donde además de educación y valores, también se enseñaba humanidad.