La Armada vigila a un submarino ruso y una fragata con misiles hipersónicos en el mar de Alborán

Las fragatas Victoria y Blas de Lezo, así como el Buque de Acción Marítima (BAM) Tornado, han realizado en las primeras semanas de enero el seguimiento de buques de la flota rusa y de un submarino de tercera generación en la escolta de cargueros y petroleros durante su tránsito por espacios marítimos de interés para España en el mar de Alborán, golfo de Cádiz y la fachada atlántica. Desde el comienzo del conflicto bélico en Ucrania hace casi tres años, los buques de guerra de la Federación de Rusia son seguidos muy cerca en cada uno de sus movimientos a través del Mediterráneo por la Armada española que realiza tareas de seguridasd marítima en el marco de las operaciones de presencia, vigilancia y disuasión (OPVD) encomendadas por el Estado Mayor de la Defensa.

A finales de diciembre se hundía frente a la costa de Almería el carguero Ursa Mayor, el barco más grande operado por Oboronlogistika con capacidad de carga de 1.200 toneladas y 142 metros de eslora, en un accidente que se investiga como posible atentado terrorista que le costó la vida a dos personas. Una explosión en la sala de máquinas provocó el naufragio del buque insignia de la naviera cuando transportaba grúas portuarias de 380 toneladas cada una y fueron rescatados con vida 14 tripulantes que fueron trasladados al puerto de Cartagena. Y sólo una una semana después, el BAM Tornado de la Armada localizaba al submarino de tercera generación Novorossiysk al sur de las islas Baleares y no lo perdió de vista en su desplazamiento por el mar de Alborán hacia el Estrecho, un seguimiento que concluyó cuando esta unidad naval equipada con misiles de crucero Kalibr y tubos lanzatorperdos de 533 milímetros, con capacidad para ataques de alta precisión a larga distancia, alcanzaba la zona de responsabilidad portuguesa para continuar hacia el norte de Europa.

Este submarino destaca por su tecnología stealth que lo hace prácticamente invisible, pero aún así fue detectado por el patrullero de altura de la Armada que incluso lo llegó a captar en alguna de sus salidas a superficie. También fue seguido muy de cerca por la fragata Blas de Lezo que lo localizó y monitorizó frente a la frontera marítima con Portugal y tras cumplir su cometido y abandonar aguas españolas transfirió la responsabilidad de vigilancia a un buque francés. Posteriormente, la fragata Victoria salió a la mar con el cometido de localizar y monitorizar a la fragata Golovko, equipada con misiles de crucero hipersónicos Zirkon, durante su permanencia en aguas del sur de la península, donde escoltaba al buque mercante Lady Maria de pabellón ruso. En esa búsqueda, avistó también al buque Altay, un petrolero que realiza el aprovisionamiento de las unidades rusas en las proximidades de la bahía argelina de Orán, atravesando el Mediterráneo oriental.

Tras finalizar el seguimiento de estas unidades rusas, las fragatas Victoria y Blas de Lezo regresaron a sus puertos bases en Rota y Ferrol, mientras que el Buque de Acción Marítima Tornado continúa desde finales de diciembre y durante dos meses con sus cometidos de vigilancia marítima en los espacios marítimos de soberanía nacional en la zona del estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán. La presencia de estos buques de guerra en la zona no es nada nuevo al tratarse de una autopista marítima de paso obligado en la ruta que conecta los puertos del Báltico con los del Mar Negro y las bases rusas en Siria. En cada una de sus incursiones aparece la Armada que realiza labores de vigilancia y seguridad marítima en aguas del sur peninsular con el objetivo de mantener presencia y garantizar los intereses nacionales en los espacios de soberanía española. La vigilancia de buques de otros países es un procedimiento habitual, si bien la presencia de buques rusos en aguas próximas a la península adquiere una especial relevancia en un momento de máxima tensión entre la OTAN y la Federación Rusa por la guerra de Ucrania.

Mando Operativo Marítimo

El equipo operativo de seguridad del BAM Tornado realizaba a finales de octubre ejercicios de tiro para mantener un alto nivel de adiestramiento en las inmediaciones de la isla de Alborán. Durante las operaciones de presencia, vigilancia y disuasión, en el marco de las cuales se realizan estas tareas de seguimiento, los buques permanecen integrados en el Mando Operativo Marítimo y bajo control operativo del Mando de Operaciones. La Fuerza de Acción Marítima, integrada en la flota, está formada por el conjunto de unidades que tienen por cometido principal prepararse para proteger los intereses marítimos internacionales y el control de los espacios marítimos de soberanía e interés nacional, encargándose, con un enfoque integral, de asegurar la cooperación permanente con los diversos organismos de la administración con competencias en el ámbito marítimo, lo que constituye la contribución de la Armada a la Acción del Estado en la mar.

El Mando Operativo Marítimo es el órgano de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas, subordinado al jefe de Estado Mayor de la Defensa responsable, a su nivel, del planeamiento, conducción y seguimiento de las operaciones permanentes de vigilancia y seguridad de los espacios marítimos de soberanía, responsabilidad e interés nacional. Se encuentra bajo el mando del almirante de Acción Marítima y tiene sede en Cartagena. Las operaciones de presencia, vigilancia y disuasión son una herramienta eficaz para mantener una vigilancia de los espacios de soberanía, lo que permite detectar anticipadamente amenazas y facilitar una respuesta inmediata y viable ante una potencial crisis. Los Mandos Operativos Terrestre (MOT), Marítimo (MOM), Aeroespacial (MOA) y Ciberespacial (MOC) conforman la estructura de Mandos Permanentes. Diariamente, hay unos 3.000 efectivos de las Fuerzas Armadas involucrados en este tipo de operaciones bajo control operativo del Mando de Operaciones.