Árabe, inglés y rumano: las lenguas extranjeras más habladas en Almería

Más de 125,000 almerienses comprenden y hablan inglés con fluidez

El saldo migratorio de Almería: pierde con España pero gana con el extranjero

Descienden del autobús extranjeros en la localidad almeriense de Mojácar.
Descienden del autobús extranjeros en la localidad almeriense de Mojácar. / Javier Alonso

Las calles de Almería son un reflejo de su diversidad. Es común escuchar inglés en comercios y hoteles, árabe en mercados y barrios, o francés y rumano en conversaciones cotidianas. La provincia ya no es solo un destino turístico, sino un punto de encuentro de distintas lenguas y culturas. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) lo confirman: el dominio de idiomas extranjeros está en auge, impulsado por la globalización, la migración y la necesidad de competir en un mundo cada vez más conectado.

Aunque el castellano sigue siendo el idioma más hablado en Almería, la realidad es que no toda la población domina perfectamente la lengua. De acuerdo con los datos, 699.255 personas entienden el castellano, pero 3.897 personas presentan dificultades para comprenderlo. Esta diferencia refleja que, aunque la mayoría de los almerienses se comunican en castellano, hay un número significativo de personas que provienen de otros países, quienes, por diversas razones, no tienen el castellano como lengua materna.

La lectura en castellano: un desafío para algunos

En cuanto a la lectura en castellano, 673.937 personas de la población lo hacen con fluidez, pero 29.215 personas encuentran barreras para leer en este idioma. Esta diferencia también está vinculada a la presencia de inmigrantes que, aunque residen en la provincia, no han adquirido plenamente las competencias de lectura en castellano debido a la diversidad de sus lenguas nativas.

El castellano y la diversidad extranjera

El hecho de que en Almería haya más de 750.000 habitantes implica una población muy diversa. A lo largo de los años, la provincia ha experimentado un aumento en el número de personas provenientes de países como Rumanía, Marruecos y el Reino Unido, entre otros. Esto ha dado lugar a una población que, aunque se encuentra integrada socialmente, sigue manteniendo sus lenguas maternas, como el rumano, el árabe o el inglés. Así, el castellano no es la única lengua utilizada en la vida cotidiana de muchos almerienses.

El inglés se posiciona como el idioma extranjero con mayor presencia en Almería. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 125.000 almerienses lo comprenden y una gran mayoría lo habla con fluidez. No es casualidad: el sector turístico y las oportunidades laborales han impulsado su aprendizaje, convirtiéndolo en una herramienta clave para la proyección internacional de la provincia. Desde hoteles y restaurantes hasta empresas exportadoras, el dominio del inglés ya no es un valor añadido, sino una necesidad.

Pero el inglés no es la única lengua que deja su huella en la región. El árabe, hablado por más de 61.000 personas, ha crecido en los últimos años gracias a la llegada de inmigrantes del norte de África. Su impacto no se limita al idioma: se percibe en la gastronomía, en la música y en una rica fusión de tradiciones que han encontrado su espacio en Almería.

El francés y el rumano, con más de 40.000 y 23.000 hablantes respectivamente, completan el mapa lingüístico de la provincia. La presencia de comunidades francófonas provenientes de países como Senegal y Mali, junto con el arraigo de la población rumana, ha consolidado estas lenguas dentro del paisaje sonoro de la provincia.

El alemán, aunque con menor número de hablantes, sigue teniendo un papel relevante en sectores como el turismo y el comercio internacional. Con casi 11.000 personas que lo dominan, se mantiene como una lengua clave para las relaciones empresariales con el mercado europeo.

Más que una simple coexistencia de idiomas, Almería está viviendo una transformación cultural profunda. Cada lengua es una puerta abierta al mundo y un reflejo de la diversidad de sus habitantes. En un momento en el que la globalización borra fronteras, la provincia se presenta como un espacio de integración, donde la riqueza lingüística no solo es un puente de comunicación, sino un motor de oportunidades y crecimiento.

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