Los apartamentos 'El Palmeral': 50 años
Se trata de la obra más singular del arquitecto Fernando Casinello, situada en Aguadulcel El autor siempre se situó en la mediana que une la Arquitectura con la Ingeniería
Medio siglo, media vida. Este mes se cumplen 50 años del proyecto de la obra más singular del arquitecto almeriense Fernando Cassinello (1928-1975): los apartamentos 'El Palmeral' (1968) situados en el paseo del mismo nombre de la urbanización de Aguadulce.
La normativa urbanística de la urbanización, que exigía que la planta baja fuera diáfana, justificó la posibilidad de encontrar la solución original de los tres grandes arcos rebajados sobre los que se disponía la estructura superior de pórticos de cada bloque. Es decir, los apartamentos descansan sobre seis grandes arcos, produciendo una imagen semejante a la de un puente habitado. De este modo, se diluían los límites entre el espacio público de la calle, el jardín de la parcela y el espacio cubierto privado -pero abierto- que, literalmente, atravesaba el edificio en su nivel inferior, produciendo un lugar fresco de sombra, un lugar genuinamente mediterráneo.
Fernando Cassinello, en su doble condición de Catedrático de la Escuela de Arquitectura de Madrid e investigador del Instituto Eduardo Torroja -del que llegó a ser Director precisamente entre 1968-1970- siempre se situó en la mediana que une la Arquitectura con la Ingeniería. En algunas de sus obras, siempre florecía una derivada infraestructural, una condición intemporal que le permitía que el desgaste producido por el paso del tiempo se incorporara con naturalidad en el proceso creativo. El uso del hormigón armado, material del que era experto, favorecía que su superficie quedara tatuada como consecuencia del proceso de construcción. Ahí reside el interés de su obra arquitectónica, en saber introducir, incluso en proyectos privados de vivienda -colectivas o unifamiliares- aspectos estructurales singulares: bien fuera en el modo en el que sus edificios se relacionaban con el suelo o bien fuera en las escaleras, tantas veces expulsadas fuera del volumen construido sobre las que recaían funciones más allá de facilitar el movimiento vertical. En el caso de 'El Palmeral', unas escaleras en voladizo cuya enérgica expresión las hacía formar parte del paisaje urbano y que, situadas en la parte trasera, permitían el acceso a las viviendas a través de una galería abierta al exterior. La estructura de 'El Palmeral' se calculó con uno de los pocos ordenadores instalados en España en aquel momento (1968), el NCR-Elliott 803B, adquirido por el Instituto Eduardo Torroja en Madrid, siendo el primer edificio de la provincia -quizá de Andalucía- cuya estructura fue calculada con la ayuda de medios informáticos.
Los apartamentos, promovidos por Rafael Sánchez Bretones, están formados por dos bloques iguales -pero no simétricos- unidos por uno de los testeros. Se realizó un proyecto independiente para cada bloque, construyéndose primero el situado más al sur. Cada uno cuenta con cuatro niveles de viviendas -4 por planta y 16 por bloque- quedando el conjunto total formado por 32 apartamentos. Se distinguían de dos tipos: de uno o dos dormitorios según sean los centrales o los de los extremos de cada bloque. En las viviendas que disponen de doble dormitorio, situadas en los extremos, éstos ventilan al testero lateral, en una de las viviendas. En todas las viviendas, el estar-comedor se orienta hacia la fachada principal, quedando la cocina abierta a aquél; salvo en los apartamentos extremos del conjunto que dispone de una ventana que se aprecia en las fachadas laterales. Las terrazas del estar-comedor vuelan sobre el plano de la fachada y de la línea estructural que fija el arco de hormigón. Y tienen una disposición en planta semejante a un 'diente de sierra', produciendo terrazas triangulares cuya privacidad con sus contiguas se consigue mediante una celosía cerámica de color siena.
El pasado mes de abril, la asociación 'Unidos por Turaniana' -liderada por Juan Miguel Galdeano- organizó una ruta sobre los orígenes de Aguadulce: desde la fuente del puerto, pasando por la antigua ermita del Carmen, la nueva Iglesia, la Urbanización surgida como consecuencia de la declaración de Aguadulce como el primer 'Centro de Interés Turístico Nacional' (1964) y, finalmente, los apartamentos 'El Palmeral' (1968). Recibí con gusto el encargo de explicar esta singular obra de Fernando Cassinello. En primer lugar porque la arquitectura moderna en general -y la vivienda en particular- tantas veces, y en parte causado por su cercanía en el tiempo, resulta difícil que la sociedad la pueda llegar a considerar como un elemento más del patrimonio construido; y en segundo lugar porque tampoco se puede despreciar la arquitectura vinculada al desarrollo económico y turístico de los años 1960, ya que en muchos casos merece el reconocimiento, más allá de la simple crítica derivada de su altura, forma o materialidad. Por lo tanto, se hace necesario, al menos, poner en valor esta y otras obras de Fernando Cassinello, un trabajo que gracias a la colaboración de Pepa Cassinello -profesora titular en la Escuela de Arquitectura de Madrid e hija de Fernando- y del Colegio de Arquitectos de Almería, estamos realizando Miguel Centellas y quien les escribe. Aunque más pronto que tarde, y más allá de los estudios e indagaciones, será necesario proteger, preservar y restaurar este patrimonio arquitectónico moderno cuya vigencia teórica no puede soslayar el posible desgaste de su confort.
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