El antiguo tinglado del Puerto de Almería albergará conciertos, mercados y otros eventos bajo 16 millones de combinaciones lumínicas

Parece un vieja pérgola pero es un símbolo de la actividad portuaria de Almería. Con más de cien años de antigüedad, bajo su estructura se protegían mercancías como la uva, el esparto y minerales, así como los intercambios de compraventa de estos productos que entonces eran base de la economía de la provincia. Los tiempos modernos lo dejaron en el olvido, si bien su peculiar nombre, el tinglado, volverá a ser utilizado por los almerienses, ya que será punto de encuentro social con el proyecto de rehabilitación que ha presentado la presidenta de la Autoridad Portuaria, Rosario Soto.

 “Es historia del Puerto de Almería y, por tanto, historia de la provincia, y vamos a recuperarlo con el objetivo de que puedan disfrutarlo todos los ciudadanos a partir de la Navidad de 2025”, convertido en un espacio donde se celebrarán conciertos, mercados, ferias gastronómicas o de libro, entre otros posibles eventos, con un espectacular sistema lumínico que permite 16 millones de combinaciones cromáticas que vestirán el monumento de color.

No hay fechas precisas que daten la construcción de esta estructura con años diferentes en función de las fuentes que el Puerto ha consultado a la hora de abordar el rescate de esta pieza singular, que se convertirá también en un icono de la profunda transformación de la capital almeriense que traerán consigo las intervenciones previstas en el Puerto-Ciudad. Soto ha detallado que, durante gran parte del siglo XX, este tinglado servía como enclave comercial y para acopio de mercancías, como la uva, para su exportación. Con el paso de los años, debido a los cambios productivos y comerciales en la provincia y, en definitiva, del contexto económico con su impacto en los tráficos portuarios, así como debido al desarrollo de nuevas infraestructuras portuarias, el tinglado.

Con su rehabilitación como patrimonio cultural portuario, que la APA prevé licitar antes de finales del presente año con un presupuesto estimado de 1,6 millones de euros, según ha explicado Soto, se habilitarán más de 2.600 metros cuadros para eventos de interés para la ciudad. En este sentido, además de rehabilitar la estructura, el proyecto contempla la incorporación del mencionado sistema de iluminación y se dotará de tomas de electricidad y sonido para la celebración de eventos, tales como conciertos o mercadillos al tener capacidad para medio millar de puestos.

Rehabilitación de la estructura

Tal y como ha detallado Susana Ordaz, del estudio Ordaz Arquitectura encargado de la redacción del proyecto de recuperación del tinglado, aparte de la iluminación y la adecuación para el sonido, la actuación incluye la rehabilitación de toda la estructura metálica, con sustitución de las piezas afectadas por la corrosión producida por el ambiente marino en el que se encuentra y la sustitución de sus más de 2.400 metros cuadrados de cubierta actual de fibrocemento por una cubierta de chapa de aluminio inoxidable. Respecto al pavimento, será de hormigón fratasado e incorporará un diseño de cuadrícula con piezas de Dekton, para dar continuidad al resto de actuaciones de urbanización en la zona de levante y el tinglado quede completamente integrado.

La OPE y amianto, dos complicaciones

La Operación Paso del Estrecho (OPE), está muy presente en el calendario de actuaciones que tiene preparada la Autoridad Portuaria. Los proyectos, como el del tinglado, cuentan con un plan de trabajo en el que se ha tenido muy encuentra la OPE. Es la “gran dificultad” a la hora de emprender obras en el Puerto, como apuntaba Rosario Soto en rueda de prensa, aunque sorteables. “No es como la reforma del Paseo de Almería donde hay muchos factores implicados como el comercio, vecinos, el transporte urbano...”, por lo que es un handicap salvable. En el caso de la recuperación del tinglado para su uso ciudadano, la arquitecta Susana Ordaz ha contemplado tres fases en su actuación, correspondiendo la intermedia a la OPE y durante la cual se concentrarán todos aquellos trabajos que tengan que desarrollarse en talleres como la creación de la parte de nueva de la estructura o la perchas. 

Además de la Operación Paso del Estrecho, otra dificultad añadida al proyecto de restauración y rehabilitación funcional del tinglado es la presencia de amianto, que ha requerido un anexo completo con las intrucciones, acordes con la normativa vigente, para proceder a su retirada, siendo necesario también que la empresa que resulte adjudicataria de los trabajos presente un plan de actuación complementario a la memoria del proyecto. En el antiguo edificio del Varadero, en obras, también hay presencia de amianto y, de igual modo, su retirada se realiza bajo estricto protocolo y supervisión.