100 años en la milenaria historia de nuestro Indalo
Almería
En 2024 se cumple el primer centenario de la declaración de La Cueva de los Letreros como Patrimonio Histórico Nacional y uno de los mayores signos de identidad de la provincia
Almería/Hace miles de años, unas anónimas manos humanas sellaron sobre la piedra, en el Abrigo de la Colmena, muy próximo a la Cueva de Los Letreros, un sencillo dibujo que se convertiría en “marca” de la provincia de Almería y signo de la buena suerte: el Indalo, formado con los trazos de la imagen de una persona, sus brazos extendidos hacia arriba y un arco sobre sus manos.
En 2024 se cumplirá el primer centenario desde que La Cueva de Los Letreros fuera declarada Patrimonio Histórico Nacional reconocimiento que, sumado al de 1998 de la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, dan una muestra de la importancia de estas manifestaciones del arte rupestre en la provincia de Almería. La Cueva tiene pinturas distribuidas en 7 paneles con figuras de animales, de hombres y mujeres con brazos y piernas arqueadas. De todas ellas, destaca el brujo Hechicero de Los Letreros y un conjunto de figuras triangulares enlazadas que muestran una forma social con vínculos familiares. Se calcula que se plasmaron alrededor de unos 5.000 años a.C.
Lo que querían representar no lo sabemos con certeza, quizás un hombre cazando, una ofrenda a los dioses, una mirada al cielo; únicamente tenemos intuiciones basadas en estudios de la forma de vida de nuestros antepasados del Neolítico. Ellos, con sus manos, usando pelo de animal unido a hueso, a modo de primitivo pincel, o, incluso, con plumas de aves o simples palos, dibujaban sobre las rocas representaciones hechas con mineral de hierro y óxido junto a otras sustancias trituradas. De esta forma, sus sentimientos, inquietudes y deseos quedaban inmortalizados.
Las paredes de la montaña del Maimón, en el Parque Natural Sierra de María-Los Vélez, a escasos 2 kilómetros de Vélez-Blanco albergan numerosas pinturas rupestres, como el mencionado Indalo, el brujo o chaman, diferentes animales (cabras, ciervos...), formas humanas, escenas de caza y formas de organización social; todas ellas de forma muy esquemática.
La Cueva de Los Letreros tiene 25 metros de ancho, una profundidad de 6 metros y una altura de unos 10 metros, lo que supone un espacio no demasiado grande. Un lugar donde se podía reunir un reducido grupo de humanos desde un punto elevado de la montaña con una visión privilegiada del paisaje y cuya orientación, al amanecer, les permitía realizar rituales u ofrecimientos “divinos”.
El Indalo y otras pinturas rupestres de la montaña del Maimón fueron descubiertas alrededor de 1868 por el arqueólogo almeriense Manuel de Góngora y Martínez (Tabernas). Desde su hallazgo, fue símbolo de la buena suerte en el norte de la provincia, sobre todo en Mojácar, pero no fue hasta el siglo siguiente cuando e Indalo saltaría a la “fama” y extendería su imagen protectora y de representación de Almería.
En buena medida, debemos atribuir este hecho al movimiento indaliano, con pretensiones artísticas y culturales, creado por el pintor y escultor almeriense Jesús de Perceval, en 1943. Y fue su amigo y entonces presidente del Museo Arqueológico de Almería, Juan Cuadrado Ruiz, quien eligió el Indalo como imagen fundamental del movimiento. Esta decisión resultó ser clave para la futura identificación del Indalo con Almería.
En la actualidad, San Indalecio, patrón de la ciudad, que sirvió de inspiración para su nombre, puede ver como su Indalo es la imagen del Servicio Provincial de Turismo de la Diputación de Almería y logotipo de la marca ‘Costa de Almería’. Está presente casi en cualquier lugar u objeto: esculturas, camisetas, llaveros, artesanía, carteles… En definitiva, cualquier persona cuando lo ve, en lo primero que en lo que piensa es que hay algo relacionado con Almería. Almería es Indalo, Indalo es Almería.
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