20.000 años de historia en la cueva de Ambrosio
El arqueólogo Sergio Ripoll sumerje en la historia del abrió a más de un centenar de visitantes que no han querido perderse las explicaciones
A las 8:30 horas de la mañana en punto, varias decenas de vehículos han salido de Vélez Blanco y han enfilado hacia cueva Ambrosio. En un recorrido de algo más de medio hora se han adentrado entre los pinares del parque natural Sierra María-Los Vélez, hasta llegar a la cortijada de Ambrosio, a unos quinientos metros del abrigo.
Allí, el profesor Ripoll, ataviado con gafas de sol, sombrero y su característica pipa de fumar en la mano esperaba a las varias decenas de visitantes, entre los que se encontraban muchos niños, que quieren acercarse y conocer más de Ambrosio. Han comenzado las explicaciones de Sergio Ripoll y lo primero es su ubicación. La cueva de Ambrosio se encuentra en la cabecera del arroyo del Moral que desemboca en el río Caramel. Y está flanqueada por la Sierra Larga, el Cerro Gordo, los calares de Leria, todo dentro del parque natural.
La cueva de Ambrosio se trata de un yacimiento arqueológico del paleolítico superior, declarado por la Junta de Andalucía, monumento natural en marzo de 2010 con una extensión de 114.967 metros cuadrados. La importancia del mismo radica en sus valores que tiene el espacio como paisaje de oquedades kásticas utilizadas como refugio de los antiguos pobladores.
Y de ahí, al abrigo, donde Ripoll ha detallado como fueron las diferentes catas iniciadas primero por su padre Eduardo Ripoll en los años cuarenta del siglo pasado. Tras una serie de idas y venidas en el estudio de la cueva, estas dieron fruto en el año 1986 cuando apareció el primer arte mueble y posteriormente en 1992 con la aparición de las pinturas. El último descubrimiento aparecido en la cueva, fue presentado el año pasado en el II Congreso del Solutrense, se trata de un grabado que representa un rostro humano de perfil hecho hace más de 23.000 años, y conocido cariñosamente como "pepillo".
Tanto las pinturas como los grabados que aparecen en Ambrosio son de periodo solutrense medio para las pinturas y del solutrense superior los grabados.
Sergio Ripoll piensa que puede existir en la cueva un solutrense inferior y por ello va a plantear a la UNESCO un proyecto para continuar con las excavaciones que daría trabajo para unos cuarenta años, si "estimamos que aún quedan unos 6 metros hasta llegar a la roca madre"
La cueva de Ambrosio es un abrigo natural de 38 metros de ancho y 17 de profundidad que se abre en un acantilado de más de cien metros.
Cueva Ambrosio cuenta en la actualidad con el máximo reconocimiento y protección en el ámbito nacional e internacional. Fue declarada bien de interés cultural en 1985 y el año 1998 fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
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