Los almerienses respetan las medidas tomadas por Calar Alto durante las perseidas

Astronomía

Se habilitaron dos parkings, lo suficientemente alejados, para desviar a quienes pretendían instalarse en los alrededores del observatorio 

Las llamadas lágrimas de San Lorenzo no se avistan mejor desde este punto, cualquier lugar poco iluminado es suficiente, independientemente de la elevación

Consejos y lugares para ver las perseidas en Almería

Observatorio de Calar Alto.
Observatorio de Calar Alto. / D.A.

16 de agosto 2024 - 06:00

Las perseidas, o conocidas popularmente como lágrimas de San Lorenzo, son uno de los fenómenos astronómicos más populares, siendo sin lugar a dudas el más icónico de la época estival. No son pocos los curiosos que se lanzan a miradores y playas para observarlas detenidamente. 

Sin embargo, el Observatorio Astronómico de Calar Alto, lleva viviendo una batalla constante los últimos años durante este evento. Son muchos los almerienses que tienen la falsa impresión, que desde este punto podrán observar la lluvia de estrellas mucho mejor, cuando realmente no es así. 

El jefe del departamento de astronomía del observatorio, Jorge Iglesias, explica que en los observatorios necesitan mucha oscuridad. “Ya de por sí, las ciudades generan cada vez más contaminación lumínica. Si viene gente a la zona con los coches, provocan que los telescopios capten luz difusa, que no debería estar ahí y empeora notablemente las observaciones y los datos que capturan”, explica. 

“La gente piensa que desde aquí se van a ver mejores las perseidas, pero realmente no es así, de hecho nosotros no las avistamos con los telescopios, se observan a simple vista. Para ello solo es necesario estar en un lugar oscuro, ni siquiera hace falta subir a una montaña, cualquier playa poco iluminada es suficiente. Igualmente, si quieren acercarse a algún punto elevando, nosotros rogamos que no sea aquí”.

Además, relata que hace unos cuatro años, se formó una caravana de cerca de 100 vehículos, lo que generó un “problema muy gordo”. Por este motivo, desde el observatorio empezaron a tomar medidas, restringiendo el acceso. Este año, concretamente, entre el 9 y 13 de agosto, para no entorpecer su labor. También se habilitaron dos parkings lo suficientemente alejados del observatorio, para que la gente, una vez que se le explicase la situación, pudiese quedarse allí sin interferir en el trabajo de los científicos. 

“Este año la situación ha sido un poco mejor, gracias a las medidas y vigilantes que hemos incorporado. Estar aquí no le da a la gente ninguna ganancia, pero a nosotros nos perjudica gravemente. No hace falta venir hasta el observatorio, las perseidas se disfrutan a ojo”, concluye el astrónomo. 

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