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Almerienses ilustres

A Dios rogando

Esta recopilación es un recorrido personal sucinto por las vivencias anímicas de cada uno de ellos sin dejar de lado otras referencias de carácter externo

Carmen de Burgos 'Colombine'.
Rafael Lázaro

06 de julio 2024 - 22:59

El objeto de la serie de personajes almerienses que se presenta, viene a ser un deseo de reconocimiento de ilustres almerienses que dieron prestigio a nuestra provincia dentro y fuera de nuestras fronteras. Todos ellos fallecidos en el siglo pasado, salvo la Bella Dorita y Pérez Siquier, el más reciente de nuestros ilustres

Forzosamente el número ha de ser limitado a no más de quince en la pretensión de distinguir entre lo excelente y lo bueno, sin menospreciar lo segundo, y porque en esta selección se puede percibir la especial relevancia artística, cultural y social de los relacionados, tanto en el ámbito local, como en el nacional e internacional, en algunos casos.

El segundo criterio selectivo responde al ámbito temporal de los mencionados que, o bien han nacido en el s. XX, o han desarrollado la mayor parte de su actividad en dicho siglo, por lo que no han podido aparecer en la relación personajes de indudable prestigio que vivieron y realizaron su actividad en épocas anteriores. Intencionadamente no incluyo a político alguno, quizá porque no lo merezcan o porque ya fueron bastante “ilustrados” y reconocidos en su época.

Por lo demás, éste no pretende ser un reducido diccionario biográfico al estilo de la magnífica obra “Almería hombre a hombre” de Padre Tapia, insuperable, y de la que en ocasiones tomo algunos datos, sino más bien un recorrido personal sucinto por las vivencias anímicas de cada uno de ellos sin dejar de lado otras referencias de carácter externo. La exposición procederá en orden según fecha de nacimiento.

1) Carmen de Burgos Seguí. Colombine. (1867-1932). Una mujer libre y valiente

Probablemente el personaje almeriense de quien más se ha escrito en los últimos tiempos en el ámbito local y nacional, aupada por el fuerte movimiento feminista que domina todas las estancias de la vida social, política y cultural. Precisamente, fue en Almería donde se inició el reconocimiento contemporáneo de la mano de Elizabeth Starcevic con la publicación en 1976 de su obra “Carmen de Burgos, defensora de la mujer”. Poco tiempo después Ana Martínez Marín publicaba en el primer número del Boletín del Instituto de Estudios Almerienses un apasionado artículo donde, demuestra su conocimiento y amor por la figura de La Colombine. Posteriormente han proliferado estudios y monografías, que sería largo enumerar y que han contribuido a colocar en su justo rango el valor literario y social de su figura. Por no parecer excesivamente prolífico haré mención únicamente de la última obra de Asunción Valdés “Revivir, la nueva Carmen de Burgos”, obra presentada el 26 de abril de este año en el Ateneo de Madrid.

‘Colombine’ es el personaje almeriense de quien más se escribe en los últimos tiempos

En efecto, Carmen de Burgos constituyó en su momento la avanzadilla de lo que más tarde sería un torbellino imparable en la consecución de los objetivos marcados por el feminismo: no sólo igualdad en derechos y posibilidades frente al hombre, sino también, la capacidad de demostrar con su propia experiencia que ello era posible, luchando con todas sus fuerzas por romper los encorsetados moldes que imponía una tradición secular. Defensora del derecho al voto de la mujer y del divorcio, no se encastilló, no obstante, en un vacuo progresismo y publicó numerosos trabajos con espíritu marcadamente constructivo y formativo llenos de sabiduría, como correspondía a una mujer “liberada, colmada de sensatez, generosa, modesta, natural e imperiosa” como la definió su compañero Gómez de la Serna.

Periodista de reconocido prestigio, fue de las primeras mujeres en formar parte de la dirección de la Asociación de la prensa de Madrid donde desarrolló una amplísima actividad en muy diversos periódicos y revistas, llegando incluso a convertirse en la primera mujer corresponsal de guerra durante la de África en 1909.

Fue de las primeras mujeres en la dirección de la Asociación de la prensa de Madrid

Carmen de Burgos alcanzó un amplio reconocimiento internacional, impartiendo conferencias en instituciones científicas de Europa y América, provocando la admiración de los más destacados personajes, como el presidente de Portugal que le impuso el collar de Portugal, siendo recibida por presidentes de diversos.

De su obra literaria cabe decir que es inmensa y variada, pasando de la poesía a la novela, al cuento, al ensayo, a los libros de viaje o las biografías, llegando incluso a atreverse con la traducción de obras literarias extranjeras. En sus escritos, relata el crítico Cejador, “destaca su natural candoroso, plácido y crédulo, sincero y rebelde, alegre y ligero. Amiga de verlo, curiosearlo y saberlo todo…escribe impresionada de las cosas con sinceridad y pasión…”

Actualmente la figura de nuestra ilustre paisana ya es plenamente reconocida en España y fuera de ella. Y en Almería, para no ser menos, le hemos dedicado dos calles: una a La Colombine y otra a Carmen de Burgos. En que estaría pensando el concejal que hizo la propuesta.

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