Más de 136.000 almerienses tienen un seguro sanitario privado
La cifra de asegurados representa el 18% de la población en la provincia. Es un sector al alza por el auge de las pólizas low cost con luces y sombras: menor gasto y colapso de los servicios públicos, pero la retribución de los profesionales deja mucho que desear
Los médicos de la privada también 'paran' en defensa del aumento de sus salarios
Un 18,6% de la población almeriense tienen contratado un seguro sanitario privado. Así lo recoge la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) en una estadística anual que evidencia la evolución favorable de un sector que ha ganado 42.951 pólizas en poco más de una década. Almería tenía 93.060 asegurados en 2011 y en 2022 ya son 136.011 personas las que tienen cobertura sanitaria privada. En 2016 se superó la barrera de los 100.000 y año tras año, con la excepción de 2012, esta proporción no ha dejado de crecer, especialmente durante el último lustro: 108.969 en 2017, 120.457 en 2019, 128.428 en 2020 y 133.355 en 2021. Los seguros de salud sólo alcanzaban a un 13% del censo provincial hace once años y presumiblemente superarán el 20% en este ejercicio o el próximo dado el incesante ritmo de crecimiento que vienen experimentando.
El 18,6% de asegurados de nuestra provincia está entre los porcentajes más bajos de la comunidad, sólo Granada y Jaén tienen menos pólizas en función del volumen de su población, por lo que Almería queda muy lejos de las cifras de contratación que presentan Málaga (28,9%) y Sevilla (25,7%). La media andaluza se ha situado en el último ejercicio en un 22% del padrón con 1,8 millones de asegurados con cobertura sanitaria en la privada. En España esa cómputo de ciudadanos que tienen contratado un seguro de salud supera ya los 12 millones, lo que representa un 25% de los habitantes del país.
Desde la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) relacionan este crecimiento paulatino de los asegurados con el de necesidades de salud de la sociedad que son muy extensas y los recursos limitados. "La sanidad pública y la privada no son rivales, sino que se complementan". En este sentido, explican que los seguros médicos tienen éxito porque son productos que se comercializan a precios competitivos y accesibles, la oferta disponible es amplia y plantea características diferenciales. "Los seguros de salud ofrecen tratamientos innovadores, permiten contar con opciones terapéuticas complementarias, acceder al especialista rápidamente y suelen tener coberturas en el extranjero. Estas características han motivado el crecimiento sostenido de la facturación del seguro de salud en las últimas tres décadas".
Pólizas de empresas y ahorro para el sistema público
UNESPA también pone en valor el uso recurrente, una "fortísima sensación de servicio" entre sus clientes y las relaciones de confianza que se generan entre los pacientes y los facultativos que conforman el cuadro médico de las aseguradoras. Desde UNESPA explican uno de los fenómenos que impulsa la contratación de estas pólizas es su creciente aceptación como mecanismo de pago en especie, es decir, cada vez más empresas incorporan el seguro de salud para sus trabajadores en concepto retributivo complementario. Es uno de los beneficios sociales más valorados entre las plantillas de las compañías que lo han incorporado en los últimos años y contribuye, según UNESPA, a la captación de talento y reducción de absentismo laboral.
Uno de los aspectos sobre los que incide la patronal es el ahorro de recursos, medios materiales y humanos, por parte de las administraciones sanitarias competentes, el SAS en el caso de Andalucía, además de ser una herramienta indispensable para evitar el colapso de lo público en determinados momentos. "Es importante tener en cuenta que las atenciones que presta la sanidad privada se las ahorra el sistema público, los asegurados pueden ir acudir a su centro de salud como cualquier contribuyente, pero suelen ir a la privada y alivian la carga de trabajo del sistema sanitario público. El ahorro de coste para la administración es evidente". UNESPA recuerda que millones de personas se hicieron las pruebas diagnósticas de la covid-19 y destaca el trabajo de los hospitales privados en la contención de la pandemia. Son las luces de un sector al alza que también tiene algunas sombras como la precariedad laboral de sus profesionales con salarios y tarifadas congeladas desde hace décadas.
Quejas y diagnóstico de la Competencia
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) viene realizando en los últimos meses una consulta pública a las aseguradoras, médicos, grupos hospitalarios y pacientes con la que chequear la situación en la que se encuentra este sector al alza hoy. Hay una serie de quejas y denuncias que pretende estudiar en profundidad antes de plasmar un diagnóstico que será votado por su consejo. Los facultativos contratados por la privada asegura que llevan tres décadas sin actualización de tarifas con consultas de medicina de familia que se pagan a 10 euros y a 20 euros con los especialistas como consecuencia de las pólizas cada vez más baratas que están proliferando entre las compañías. Pero no es solo una cuestión económica, también de dignificación profesional. La CNMC quiere velar por evitar una posición de dominio de las grandes empresas ante la indefensión de los facultativos por la concentración de las compañías aseguradoras y grupos hospitalarios que determinan las tarifas y cuadros médicos.
Médicos: “Ya no es rentable tener una consulta”
Desde el Colegio de Médicos de Almería también entienden que los profesionales de la sanidad privada atraviesan una situación cada día más difícil. De hecho, a finales de enero de este año los facultativos organizaron un paro para denunciar una mejora de las retribuciones por parte de las compañías aseguradoras. Los baremos no se han incrementado desde 1992, cuando se fijó una tarifa de 2.000 pesetas que es equivalente a los 8-10 euros que se siguen pagando hoy por una primera consulta de medicina de familia. Los sanitarios de la privada-concertada han tenido que soportar incrementos del IPC, aumento de costes energéticos, inflación, en muchos casos pagarse el autónomo y no tienen derecho a vacaciones más allá del tiempo que quieran dejar de cobrar.
No son sueldos acordes para personas que han tenido que dedicar una década de su vida a conseguir una alta cualificación, además de la formación permanente que requiere este ámbito. “No es rentable tener una consulta, los seguros se han hecho con la principal cartera de clientes y con esa posición de dominio los médicos están supeditados a sus condiciones que son indignas. Cada vez menos profesionales entran en la privada y ya se empieza a notar porque estamos viendo listas de espera y retrasos también en la privada cuando era su principal aval frente al sistema público”, ha argumentado el vicepresidente del Colegio de Médicos de Almería, Eduardo Amat. Los facultativos de la aseguradoras llevan años en pie de guerra por la congelación salarial de tres décadas y reclaman la actualización de los honorarios, así como la “dignificación” de su labor.
Eduardo Amat habla de un evidente desencanto y desmotivación de los profesionales de la privada que ven como las aseguradoras están ganando en clientes, facturación e infraestructuras, pero ese crecimiento sostenido no se ve reflejado en sus retribuciones. Otra de las cuestiones que preocupa al Colegio de Médicos de Almería es el aumento de los servicios de telemedicina vinculado al tirón de las pólizas ‘low cost’ porque este sistema para explorar a los pacientes es una “aberración”. “La consulta por teléfono sirve para hacer un seguimiento al paciente, pero no para que un médico desde una consulta de Madrid te haga un diagnóstico inicial”, añade. Eduardo Amat reflexiona sobra la profunda transformación que ha ido experimentado la salud en la privada donde antes casi todos eran profesionales en ejercicio libre (consulta particular) y ahora son la excepción en un sector en manos de las aseguradoras”.
Convenio colectivo paralizado desde 2019
A este segmento pertenecen en torno a 2.000 profesionales de la sanidad almeriense que luchan por actualizar y dignificar sus condiciones laborales. A finales de marzo se retomó la Mesa de Negociación para reactivar un convenio colectivo de trabajadores de la sanidad privada paralizado desde el 31 de diciembre de 2018. En 2011 se firmó el primero y se ha renovado en un par de ocasiones, pero ya lleva más de cuatro años a la espera de la respuesta de la patronal. Los sindicatos denuncian que la situación es insostenible y afecta a cientos de empleados de establecimientos sanitarios de hospitalización, asistencia, consulta y laboratorios de análisis clínicos que tienen los sueldos congelados desde hace años y siguen muy inferiores a los de otros compañeros de profesión que ejercen en la administración pública.
Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en Almería, que es uno de los integrantes de la mesa negociadora, aseguran que también reclaman la equiparación salarial de determinadas categorías en las que existen diferencias carentes de cualquier lógica. “Es un colectivo complejo que, al carecer de representación en las empresas más pequeñas, no puede instrumentalizar de la misma manera sus demandas laborales, por eso es tan importante actualizar un acuerdo que solvente la situación de los que se encuentran en un limbo jurídico”.
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