Un almeriense diagnostica, por su mano, que Jesús no murió en la cruz
El delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, explica en su nuevo libro que Cristo sufrió una herida irreversible que le dejó la mano atrofiada con varios dedos inmovilizados

Son muchos los misterios sobre la vida de Cristo y más sobre el momento de su muerte. El almeriense y delegado de del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, publica mañana su libro La mano del predicador donde se indica que, entre otras conclusiones, no murió en la cruz.
Según señala El Mundo, del domingo 9 de mayo, en su suplemento Crónica, el libro es un trayecto de 213 páginas que está plagado de referencias a los Evangelios, tratados de arte, documentación científica que avala la muerte en la cruz y lo contrario... donde todo se funde en una hipótesis intrigante.
Miguel Lorente quiso dejar bien claro a esta publicación que "no debe ser considerada como una crítica a las posiciones religiosas, sino como elemento para ser interpretado junto al resto de información existente. Desde su nuevo planteamiento habría que valorar si muchos de los acontecimientos revertidos de excepcionalidad y significado pudieron tener una base más racional".
En el libro se cuenta que un tiempo después de que el nervio mediano se lesione, los dedos pulgar, índice y corazón no se pueden flexionar. A Jesús le atravesaron ese nervio con un clavo enorme y probablemente sucio. La agitación durante el enclavamiento y en la cruz y la posibilidad de una infección agravaron la herida.
Tras sobrevivir a la cruz por una serie de circunstancias -los soldados no quebraron las piernas, lo que le habría provocado la asfixia; la anzada no le mató; la prisa de los romanos para que no llegara el sábado hizo que no comprobaran su muerte y dejaran a sus familiares bajar el cuerpo-, Jesús fue lavado y envuelto en la Sábana Santa.
Tras ver que seguía vivo, sus allegados lo cuidaron y lo escondieron en gravísimo estado. Así, Jesús volvió con sus discípulos en citas secretas lo que otorgaba la bendición con su mano derecha.
Antes de ser delegado del Gobierno, Miguel Lorente fue forense y ha sido marcado por las influencias religiosas durante toda su vida. El forense señala que Jesús no sólo sobrevivió en la cruz, sino que tomó su tarea como mensajero de Dios.
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