Un almeriense en la Edad de Piedra

Almería

Un artesano almeriense fabrica arcos y flechas igual que lo hacían nuestros antepasados en el Mesolítico

Ilde Molina trabajando en un arco
Ilde Molina trabajando en un arco / D.A.

Almería/Su trabajo es simple: un palo de madera que se arquea por mediación de una cuerda sujeta en cada uno de sus extremos, nada más. Esto lo descubrió el hombre de Cro-magnon hace aproximadamente 30.000 años, aplicando la invención a sus técnicas de caza: las flechas con puntas de sílex o hueso lograban abatir desde una prudencial distancia animales, sin exponerse al cuerpo a cuerpo con ellos, como se había cazado hasta entonces usando lanzas.

Arquería Ilde Molina tiene ubicado su taller en la localidad de Benahadux, donde talla con mimo genuinos arcos de madera, tal como se hacían en la Prehistoria, a partir de troncos rústicos y siguiendo escrupulosamente ancestrales técnicas constructivas. La cuerda la teje a mano con fibras naturales, como el cáñamo o el lino; y la flecha es un vástago de madera que monta plumas naturales de ave y cuya punta puede tener incrustaciones de sílex o hueso. El resultado de su trabajo se traduce en magníficos ejemplares perfectamente aptos para la caza, aunque lo cierto es que todos ellos acaban en manos de deportistas que practican el tiro con arco prehistórico, disciplina de la cual Benahadux es un referente a nivel nacional y europeo. No en vano los socios del Club de Tiro Prehistórico local están en la élite de este deporte en nuestro país, ocupando el podio en la práctica totalidad de pruebas en las que participan en España y contando con una corona continental en categoría femenina. La normativa que rige en todas las competiciones que se celebran en Europa prohíbe el empleo de metales, plásticos y materiales sintéticos en la fabricación de las armas que, además, han de responder a ejemplares prehistóricos o etnográficos conocidos.

Ildefonso Molina, realiza la mayoría de sus arcos basándose en el tradicional arco longbow galés. “Ya me gustaría a mí poder hacerlos de madera de tejo, como antiguamente, pero ese árbol está protegido y no se puede usar, ahora se utiliza el fresno, el almez, el castaño o el ratán; todo lo hacemos de manera artesanal, y se necesitan muchas horas para finalizar una pieza; yo hago los arcos adaptados y personalizados para usuarios entre 5 y 95 años, no los fabrico en serie, cada uno es único”, nos dice con una media sonrisa, “fue un orgullo ver que, en Chinchón 2018, los tres primeros hombres y las tres primeras mujeres tiraron con arcos míos”.

El artesano Ilde Molina en su taller de Benahadux
El artesano Ilde Molina en su taller de Benahadux / D.A.

Ilde Molina lleva en el mundillo de las armas prehistóricas una década, cuando procedente del sector de la automoción, se fue a Valencia para formarse en los secretos de la arquería tradicional de la mano del maestro David Antolín. “Él me enseño todo lo que sé, desgraciadamente, ya no está entre nosotros”, nos dice. “La arquería prehistórica es una afición, no es un negocio, los artesanos que nos dedicamos a esto en España se pueden contar con los dedos de una mano”. De su pequeño taller, además de los clásicos longbow, han salido maravillas como algún horsebow mongol o asirio, porque ”siempre hay quien te encarga una pieza especial, por capricho”.

Los amantes de las armas de la Edad de Piedra tienen una cita los próximos 22 y 23 de abril en Benahadux, que acoge el XXIII Campeonato Europeo de Tiro con Arco y Propulsor Prehistóricos, la cita más importante en el calendario de nuestro país. Allí, arqueros venidos toda la geografía nacional y de más allá de nuestras fronteras podrán a prueba su habilidad para hacer blanco en urogallos, cabras o ciervos, todos ellos de corcho reciclado.

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