Almería guarda dos ‘bombas de relojería’ bajo sus entrañas
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Un estudio del CSIC concluye que las fallas del Alto de Alborán y la falla de Yusuf han acumulado más energía de la que se pensaba
¿Cuáles han sido los terremotos más graves de Almería?
El Mar de Alborán baña una buena parte de la costa almeriense. Y en él se encuentra un sistema de fallas que desde hace milenios ha puesto en jaque no solo a la provincia de Almería, sino al norte de África y a todo el sur dela península ibérica.
El choque de las placas tectónicas africana y eurasiática, que une en cinco milímétros al año a África y Europa, trae consigo un concentración y despacho de fuerzas, a través de terremotos y maremotos, que durante siglos han provocado auténticas desgracias a un lado y a otro del mar Mediterráneo. De hecho, Almería ha sido escenario del mayor terremoto en la historia de España. Ocurrió en 1522 y se llevó por delante la vida de un millar de personas según el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Una investigación liderada por el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) y la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), en la que también han participado científicos alemanes e italianos, pone nombre a las fallas que mayor fuerza acumulan en el Mar de Alborán. Todas ellas a escasos kilómetros de la provincia, casi en sus entrañas.
La investigación ha detectado dos fallas, la del Alto de Alborán y la falla de Yusuf, que se encuentran en el límite de las placas Europea y Africana, “que han ido absorbiendo la mayor parte de la formación causada por la colisión de las placas Euroasiática y Africana”.
Que una falla o un sistema de fallas acumule energía significa que en algún momento, esta fuerza deba ser expulsada. Y lo hace a base de temblores. Normalmente, a mayor fuerza acumulada, más grande es el terremoto o el maremoto.
En su estudio, el CSIC también ha monitorizado la capacidad de provocar importantes terremotos que podrían traducirse en sunamis. Al respecto, los científicos explican que se trata de estructuras de gran profundad y que, posiblemente, llevan acumulando mucha más deformación que el resto de fallas que se encuentran en la región.
“Estamos ante fallas más grandes y continuas de lo que se creía. Hasta los resultados de esta investigación, pensábamos que la falla de Alborán era una falla en dirección, es decir, una falla que se mueve de un lado a otro sin desplazar tanto en la vertical. Sin embargo, hemos descubierto que la falla de Alborán es inversa”, señala Laura Gómez de la Peña, investigadora del ICM-CSIC, a El Español.
La falla que provocó el último gran terremoto
A estas fallas hay que sumar la de Al-Idrissi. enlaza hacia el norte con las fallas NSF del margen de Almería, y hacia el sur con las fallas del margen Norte-africano. En el medio del sistema, se encuentra el epicentro del sismo del 25 de enero de 2016, de magnitud (Mw) 6.4, el más grande registrado en el mar desde que se instalaron los primeros sismómetros, hace más de cien años. Un terremoto submarino (terremoto de Al-Idrissi) que sacudió el norte de la costa marroquí, afectando gravemente la ciudad de Melilla y numerosas localidades del sur de la península ibérica y del norte de África.
Un equipo internacional liderado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) demuestra el crecimiento de la falla. “Nuestro trabajo muestra, por primera vez, la estructura detallada de un sistema de fallas en su etapa inicial. Este sistema de fallas incipiente es una oportunidad única para estudiar el crecimiento y la evolución de una joven falla de movimiento lateral”, explica la investigadora del ICM-CSIC, Eulàlia Gràcia Mont, líder del proyecto.
El estudio empleó una metodología que combina datos de alta resolución batimétrica para obtener el relieve tridimensional de la falla Al-Idrissi con un elevado nivel de detalle.
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