Mira cómo tatúa el almeriense Rodrigo Gálvez al futbolista Sergio Ramos
Sociedad
Ha viajado hasta París para dejar nuevamente su huella en el cuerpo del defensa sevillano

Rodrigo Gálvez es uno de los grandes tatuadores de este país. Y es almeriense. Su trabajo, de altísimo valor, ha hecho que las grandes personalidades nacionales (y de fuera) quieran pasar por sus manos.
Uno de sus clientes fijos es el central Sergio Ramos, en la actualidad en el PSG francés. Hasta París se ha desplazado Rodrigo para dejar nuevamente su huella, en forma de tinta, en el cuerpo del futbolista. A quien ha tatuado ya en numerosas ocasiones desde hace años.
El almeriense ha compartido unas imágenes en las que se le ve aplicando su magia sobre varios puntos del cuerpo del ex jugador del Real Madrid.
El tatuador de los famosos
Por sus manos y punteros han ido pasando en los últimos años cantantes de la consideración de Marc Anthony, Miguel Poveda y Antonio Carmona, estrellas de la NBA como Luka Doncic y Willy Hernangómez, la presentadora y actriz Pilar Rubio y el torero José María Manzanares. Por citar sólo unos nombres de una cartera de clientes del show business que no ha dejado de engordar. Sin embargo, el reto de Rodrigo, el tercer hijo de un mecánico y una costurera que pasó su infancia en El Zapillo, nunca ha sido canalizar exclusivamente su destreza y habilidades artísticas en los cuerpos de las celebrities.
Y todo lo ha conseguido en una década. Lo suyo fue una vocación tardía, aunque sus cualidades con el dibujo eran evidentes desde una edad muy temprana, bastante más que las académicas al no ser muy aplicado en el aula. Después de una juventud de escarceos con el mundo de la pasarela -representó a Almería en Míster España 2001- y el de la noche como camarero, en 2009 entró de lleno en el tatuaje con su primer estudio en Loja, el pueblo más occidental de Granada, al que se había traslado porque consiguió un puesto de trabajo en el Registro de la Propiedad. Comenzó con amigos y familiares, pero pronto fue creciendo la agenda hasta el punto de atesorar una lista de espera más larga que la del SAS.
Meses atrás se estaba preparando las oposiciones para ser bombero y se apuntó a un curso de tatuador para buscar ingresos. Y lo que iba a ser casi una afición de veinteañero, se ha convertido en su forma de vida, de éxito, porque su teléfono echa humo desde hace tiempo. Diez años más tarde de la primera aventura empresarial, ha decidido lanzar un nuevo centro coworking del tatuaje pionero en España. Y lo hará en su ciudad, en el bloque 35 de la calle Lepanto de Cortijo Grande. “Quiero tener a los mejores de Almería”. Y les ofrece un concepto difícil de rechazar.
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