Un tercio de Almería se ha vuelto árido en la última década
Desertificación
Las escasas precipitaciones han empeorado su catalogación pasando de semiáridas a áridas
Almería tiene ya 3.332 kilómetros cuadrados de este tipo l Cada vez avanza más rápido
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La superficie árida en la provincia de Almería ha experimentado un cambio drástico en su extensión desde la primera década del siglo XX, cuando abarcaba apenas 307 kilómetros cuadrados (en torno a Tabernas), hasta alcanzar los 3.332 km2 en la actualidad, representando un incremento diez veces mayor y ocupando un tercio de la superficie que abarca la provincia de Almería según un estudio de la desertificación en España elaborado por la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) liderado por Gabriel del Barrio.
Este aumento notable refleja una marcada transición hacia condiciones más áridas en la zona, lo que implica una reducción en la disponibilidad de agua y otros recursos hídricos.
Esto implica que en apenas una década, la provincia de Almería ha experimentado una transición significativa, pasando de contar con 3.000 kilómetros cuadrados clasificados como semiáridos a ser designados como áreas áridas. Este cambio de categorización se basa en el índice de aridez, el cual es utilizado por la Convención de las Naciones Unidas contra la Desertificación, así como por diversas instituciones a nivel mundial.
El índice de aridez es una medida que cuantifica el grado de sequedad o aridez de un territorio, y se calcula a partir de diferentes variables climáticas, como la precipitación y la temperatura. Por lo general, se expresa como la relación entre la cantidad de precipitación anual y la evapotranspiración potencial.
Un índice de aridez inferior a 0,20 indica condiciones extremadamente áridas, mientras que valores entre 0,20 y 0,50 se consideran semiáridos. En el caso de Almería, el índice de aridez ha aumentado significativamente en la última década, pasando de un valor inicial de entre 0,20 y 0,50 a menos de 0,2, lo que refleja un cambio hacia condiciones más secas y áridas en la región.
La expansión rápida de la superficie árida indica una presión significativa sobre el territorio, donde la demanda creciente de recursos naturales supera con creces su capacidad de regeneración. Este fenómeno evidencia la urgente necesidad de reconsiderar las prácticas de uso del suelo y los recursos, dado que mantener un nivel constante de explotación sin considerar la capacidad de recuperación del entorno conducirá inevitablemente a su degradación.
Es evidente que la sobreexplotación del territorio tiene consecuencias ambientales negativas a largo plazo. Por lo tanto, es crucial reconocer este indicador como una advertencia clara de la necesidad de adoptar medidas para reducir el ritmo de uso de los recursos naturales y promover prácticas más sostenibles. A pesar de esta urgente necesidad, persiste una tendencia contraria, donde las actividades económicas continúan expandiéndose sin un adecuado equilibrio entre la explotación y la conservación del medio ambiente.
El notable incremento en la extensión del área árida en la provincia de Almería, especialmente en Tabernas, subraya la importancia de implementar políticas y acciones que fomenten un uso responsable de los recursos naturales. Priorizar la conservación del entorno y buscar un equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente son fundamentales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la región.
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