Almería, referente en la mediación con menores: reparar el daño y atender a la víctima sin juicio

Es la provincia andaluza con más resoluciones extrajudiciales de conflictos y la única en la que las mediaciones superan a las medidas en medio abierto gracias a la apuesta de la Fiscalía de Menores y el trabajo del equipo de Justicia

Menores infractores y la mirada correctora de la discapacidad: “Son un ejemplo del que aprender”

Entrevista con la delegada y otros responsables de la Consejería de Justicia en Almería
Entrevista con la delegada y otros responsables de la Consejería de Justicia en Almería / Marian León

Cuando se cumplen 25 años de una Ley de Responsabilidad del Menor que cambió el sistema judicial de un enfoque punitivo a otro que, sin suprimir la sanción, priorizaba la reeducación de los infractores, la comunidad andaluza se ha situado a la vanguardia por los avances en rehabilitación y reinserción social y dentro de ese modelo de justicia juvenil hay una provincia que se ha convertido en referente nacional de la mediación como alternativa para la resolución de conflictos y reparación del daño sin necesidad de pisar un juzgado. Almería es la única provincia andaluza en la que se tramitaron más expedientes de mediación que medidas judiciales en medio abierto -no privativas de libertad- con 570 frente a 420 en el último año. Desde 2018 se han superado las 3.200 mediaciones con menores infractores almerienses, de las que 695 y 670 se han iniciado en los dos últimos ejercicios.

“El desempeño excepcional de los equipos de Justicia y la apuesta decidida de los trabajadores de la Fiscalía de Menores están detrás de los buenos resultados y de que se haya conseguido un 80% de éxito en los procesos de mediación juvenil" — Rebeca Gómez - Delegada territorial de Justicia en Almería

Almería acapara el 32% de las resoluciones extrajudiciales con estos adolescentes de entre 14 y 18 años en Andalucía y duplica e incluso llega a triplicar el volumen de los acuerdos materializados en otras provincias (Granada, Jaén y Huelva están por debajo de 200). La delegada territorial de Justicia, Administración Local y Función Pública, Rebeca Gómez, pone en valor los buenos resultados de la mediación en delitos leves o menos graves como una alternativa que está contribuyendo a agilizar la solución al conflicto y a aliviar la sobrecarga de los juzgados, lo que supone un ahorro de los tiempos y costes, que deja un impacto muy positivo para las partes implicadas (infractor y víctima), al conseguir un acuerdo en el 80% de casos, y presenta una tasa de reincidencia mínima, por debajo del 10% del total.

Actuaciones de reparación coordinadas por el Servicio de Mediación Penal de Menores
Actuaciones de reparación coordinadas por el Servicio de Mediación Penal de Menores / Consejería de Justicia, Adminitración Local y Función Pública

La delegada considera que este liderazgo en justicia restaurativa tiene nombre y apellidos y se debe a los profesionales de la Fiscalía de Menores que vienen apostando de manera decidida por este enfoque innovador y transformador y a un desempeño excepcional por parte de los técnicos de Justicia de la Junta y especialmente del Servicio de Mediación Penal que acaba de cumplir 15 años en Andalucía. En enero de 2010 iniciaba su periplo en la provincia con un total de 149 procedimientos, superando la barrera de los 400 en 2015 y durante los dos últimos ejercicios ha estado cerca de los 700. “Cuando la Fiscalía de Menores entiende que alguno de los expedientes que les llegan es susceptible de derivación, no duda en confiarlo a nuestro equipo”, asegura Gómez.

“A la víctima se le escucha siempre, es la protagonista de la intervención y la que decide cómo sentir reparado el perjuicio. Si no quiere ver al infractor se puede llegar a un entendimiento mediante una conciliación indirecta" — José Javier López Pastor - Coordinador del Servicio de Mediación de Menores

En ese momento se activa este servicio formado por cinco personas que coordina José Javier López Pastor y la eficacia va a depender de la voluntad de las dos partes implicadas porque “es un acuerdo voluntario” que nadie puede imponer y presenta varias fórmulas para la restauración del daño o perjuicio que hayan podido generar uno o varios menores en edad de responsabilidad penal (entre 14 y 18 años). En el último año en Almería se resolvieron un 62% de acuerdos con la reparación del agravio, un 36% mediante la conciliación y el 2% con tareas socioeducativas, según la estadística que ha facilitado la Consejería de Justicia a este periódico. La mediación sólo se concibe para los delitos leves y destacan los hurtos y lesiones. También trabajan con adolescentes que insultan y amenazan en redes sociales o acosan a compañeros en el instituto (bullying y ciberbullying), así como los relacionados con la seguridad vial.

Cambios significativos en el perfil del menor infractor

Andalucía cuenta con el primer Observatorio de Justicia Juvenil de España, un órgano de consulta, propuesta y participación adscrito a la Consejería que permite analizar la evolución de los menores infractores. En los últimos años han constatado "cambios significativos" en ese perfil. Tradicionalmente muchos jóvenes provenían de entornos desestructurados, pero actualmente es común encontrar jóvenes de familias estructuradas y de nivel económico medio-alto involucrados en conductas delictivas. Además, han emergido nuevos tipos de delitos relacionados con las tecnologías digitales y redes sociales, incrementándose también los de violencia filioparental y contra la libertad sexual. En cuanto a la mediación, el perfil es un adolescente de 14-15 años que cursa la ESO, tiene clase media y nacionalidad española, aunque ha habido un repunte de los que procedente de países del Magreb. Las varones siguen siendo mayoría, las chicas representan un 40%. Los delitos más comunes son hurtos y lesiones.

“No todos los casos de menores son susceptibles de esta mediación. Cuando el delito no es leve, como los abusos sexuales o los relacionados con la violencia de género, no se puede aplicar una solución alternativa por la propia gravedad del hecho delictivo que tiene que ser juzgado por un juez y porque implicaría una ‘revictimización’ de la persona que ha sufrido el daño o agresión”, explica Luz Verónica Ramos, jefa del Servicio de Justicia. El perfil del infractor en mediación es el de un adolescente de 14-15 años que cursa Educación Secundaria Obligatoria (ESO), de clase media y nacionalidad española (hay un repunte en los últimos años de los procedentes de países del Magreb). Siguen siendo más los varones (60%) y la motivación puede diferir por sexos: las chicas tienen más actividad en hurtos y los chicos en lesiones y amenazas.

José Javier López Pastor es el coordinador del equipo de mediación con menores
José Javier López Pastor es el coordinador del equipo de mediación con menores / Marian León

“A la víctima siempre hay que escucharla, tiene una actuación protagonista y es la que decide cómo sentir reparado o restaurado su perjuicio dentro de los parámetros establecidos para la mediación”, dice López Pastor. “En los casos de bullying hay veces que quieren simplemente que les pidan perdón delante de su grupo de amigos o que borren un insulto en redes sociales y se disculpen”. Y recuerda un episodio de un par de adolescentes que se pelearon en su instituto, en una riña bastante violenta, y fruto de la mediación compartieron un taller educativo. En el descanso salieron todos del aula y cuando no las vio fuera se preocupó de que hubieran tenido otro enfrentamiento. Pero nada más lejos de la realidad, en cuestión de minutos las dos chicas estaban pintándose las uñas y se habían reconciliado. “Los jóvenes son mucho más flexibles a la hora de perdonar y recuperar la relación después de un problema que los adultos”, argumenta López Pastor.

“Cuando el delito es grave, como en casos de violencia de género o abusos sexuales, no se concibe la mediación por la propia gravedad del hecho y porque implicaría ‘revictimizar’ a la persona que sufre la agresión” — Luz Verónica Ramos - Jefa del Servicio de Justicia de Almería

La mediación no sólo busca esa resolución del conflicto, sino que también pretende promover una reconciliación y restauración del tejido social. Y hasta la fecha, así lo detalla el coordinador del equipo, en torno al 80% de asuntos se han cerrado con “alta satisfacción” y la tasa de reincidencia de menores que han compensado su error sin tener que ir a juicio no llegaría ni al 10%. “La mediación ideal es la que se logra que se sienten, hablen y lleguen a un entendimiento sin que intervenga nadie más”, añade. Pero no siempre es posible porque hay damnificados que prefieren no encontrarse con la otra persona y se opta entonces por una conciliación indirecta en la que se contempla una carta de disculpa, la reposición económica del perjuicio causado (robos en las tiendas) y la participación del infractor en talleres de habilidades sociales y reeducación.

La delegada territorial de Justicia, Administración Local y Función Pública, Rebeca Gómez
La delegada territorial de Justicia, Administración Local y Función Pública, Rebeca Gómez / Marian León

Almería también lidera la mediación penal de adultos

La delegada territorial de Justicia ha destacado que “Almería está a la vanguardia y ha consolidado su posición como referente en mediación penal" con el Servicio de Mediación Penal (SEMPA) puesto en marcha por la Junta el pasado año. Este servicio, público y gratuito, funciona en toda Andalucía y casi la mitad de los 590 acuerdos logrados hasta enero lo han cerrado los profesionales que trabajan en la provincia, donde se evitaron 272 juicios. La creación del SEMPA, que comenzó a funcionar en mayo en cinco provincias (entre ellas Almería) y se extendió al resto en septiembre, es una de las medidas previstas en la Estrategia de Mediación de la Junta. “El plazo medio de resolución es de 30 días para casos que tardarían más de un año en ser resueltos, agilizando la solución al conflicto y mejorando la ejecución, al ser las partes y no un tercero quienes quedan comprometidas voluntariamente, lo que supone un ahorro significativo en términos de tiempo y costes para la administración y ciudadanía”, subraya Rebeca Gómez.

Cuando se producen daños a mobiliario, por ejemplo, la mediación fomenta el arreglo de los desperfectos por el menor que realizará trabajos sociales, al igual que ocurre con pintadas y grafitis en edificios públicos o privados. La administración andaluza ha firmado convenios con más de 220 ayuntamientos y entidades sociales de la región para la realización de prestaciones en beneficio de la comunidad o tareas socioeducativas cuando los jueces de menores entienden que esta actividad es más beneficiosa y adecuada que una medida de privación de libertad o de grupo educativo en medio abierto. En la mediación no se les impone un trabajo de determinadas horas de servicio, pero si se contempla con frecuencia la reparación, que suponen más del 60% de los expedientes resueltos en la provincia en el último año, cuando el delito está relacionado precisamente con daños a una propiedad ajena, ya sea pública (instituto) o privada (vivienda particular).

Más de 3.200 mediaciones con menores se han completado con éxito en la provincia desde el año 2018, 670 en el último ejercicio y 695 en el anterior

Los padres, según relata López Pastor, también son protagonistas en la mediación y tienen que hacer un trabajo previo en casa para que su hijo asuma su responsabilidad y se comprometa con el acuerdo de reparación o conciliación. “A veces nos reciben a la defensiva y les tenemos que explicar que todos estamos en el mismo barco, que es mucho mejor siempre buscar una solución voluntaria que sentarse ante un juez”, asegura. La mayoría desconoce la mediación, no saben si forma parte del procedimiento judicial y preguntan si tienen que acudir con un abogado. “Muchos llegan destrozados, es un golpe de realidad para el no se prepararon, pero pronto comprenden que su colaboración puede suponer un éxito en la reinserción de su hijo”. La mediación gana enteros en un modelo de justicia juvenil que prioriza la educación, la reparación del daño y la reinserción y Almería es un referente para el resto de provincias del país en volumen de casos y excelentes resultados.

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