Almería recupera su Casa Consistorial tras la eterna espera de dos décadas

La manida expresión política de “día histórico” es, en esta ocasión, más que pertinente. La capital almeriense ha recuperado la Casa Consistorial con la rehabilitación y adaptación interior de los tres edificios que la integran en un, a veces, desesperante proceso que se ha comido literalmente 23 años. Pero, como suele decirse, la espera ha merecido la pena, pues el resultado devuelve a los almerienses un inmueble fuerte estructuralmente, con patrimonio recuperado y hasta con elementos antes ocultos, y un diseño que conjuga modernidad con el realce de los valores históricos en un perfecto equilibrio que consigue ese efecto wow.

Imágenes de la casa consistorial de Almería

Como máxima autoridad regional ha sido el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el encargado de hacer girar esa hipotética llave de reapertura con una “satisfacción especial por este reestreno, que llega por fin”. Este por fin lo apuntaba Moreno por los años absorbidos, más de dos décadas, desde la firma de aquel primer convenio de colaboración entre el gobierno municipal y autonómico para compartir gastos, al 50%, en este “edificio que forma parte de la historia profunda de los almerienses” y que devolverá al centro histórico el corazón administrativo y, por ende, actividad económica y social a la zona, como ha ensalzado la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, en el acto inaugural en el que han estado presentes los distintos alcaldes y concejales de Urbanismo que han tenido su parte correspondiente de responsabilidad, junto a la consejera de Fomento, representantes de la actual Corporación, subdelegado del Gobierno y subdelegada de la Junta, autoridades militares, Fuerzas de Seguridad, representantes sindicales y vecinales. También antiguos trabajadores del Ayuntamiento que han vivido con emoción la transformación de la Casa Consistorial que, con esta segunda fase, ha dejado de ser un edificio grimoso, que tuvo que ser desalojado urgentemente por derrumbes en el año 2004, a encontrarse con un espacio que ha resucitado en nobleza con el proyecto del estudio de arquitectura Ordaz. E incluso la intervención ha logrado realzar su señorío.

Uno de los retos en el diseño de esta rehabilitación ha sido conjugar espacios con un alto contenido patrimonial, con otros mucho más actuales, de forma que la transición entre unos y otros resulte armónica. Los nuevos elementos están diseñados con un lenguaje contemporáneo dando, eso sí, protagonismo al contenido histórico-artístico del edificio, que ha sido cuidadosamente recuperado y restaurado al más mínimo detalle. A su vez, este dialogo entre arquitectura contemporánea y tradicional “nos facilita la lectura y la comprensión del edificio y su historia”, explica la arquitecta Susana Ordaz. 

Con esta filosofía de intervención, conviven la recuperada escalera principal de mármol de la Casa Central con de la escultural escalera de acero de la Casa Prats, la enorme lámpara del Salón de Plenos con otras de diseño y focos ocultos para realce de elementos como las antiguas columnas de piedra caliza del acceso principal desde donde pueden contemplarse la figura restaurada del Sagrado Corazón, los retablos de la Virgen del Mar y San Indalecio, entre otras piezas históricas como el vítor del siglo XVII, paredes a la vista de la época y, sobre todo, el Archivo Municipal Histórico o el artesonado del Salón Noble.