Almería madruga: ciudad de atascos
Circulación
La capital al borde del colapso por el impacto de las obras de grandes proyectos sobre la circulación
En vídeo los itinerarios alternativos en Almería por los cortes producidos por las obras del soterramiento

Madrid, Barcelona, Valencia y Gijón son las cuatro ciudades españolas cuyos habitantes conviven con los atascos: forman parte de la rutina diaria. Almería desde luego no figura en las primeras posiciones de este ranking de la templanza ante las retenciones estresantes, si bien la tensión al volante comienza a ser palpable en muchos conductores de una población , además, poco habituada a las colas y mucho al uso del vehículo particular . Y es que las obras parecen haber sitiado la ciudad, existiendo dificultades también en las principales vías de comunicación con el resto de la provincia en las que el tiempo, de igual modo, se detiene. No rueda.
“No es Madrid, pero lo parece”, comenta Antonio Jesús Peralta quien, desde el puente de la Constitución, vive inmerso en la incertidumbre de saber si llegará o no a su hora. Ha adaptado su ruta habitual, desde la Vega de Acá –donde reside–, hasta el centro –donde trabaja–, a las calles alternativas que reconducen el tráfico en la ciudad por las obras de la segunda fase del soterramiento de las vías del ferrocarril. Y, aún así, asegura que conduce pendiente del reloj. “Hay días que es imposible”, comenta.
El derribo del puente de la autovía sobre el aeropuerto y la supresión del paso subterráneo de La Goleta han aturdido la fluidez vial. Especialmente, en las horas punta con rotondas a punto del colapso. “La rotonda del Estadio es un infierno”, apunta María del Mar Domingo. “Una locura –dice–, atasco tras atasco”.
Se comparece de las compañeras que a diario tienen que llegar y regresar del Parque Industrial y Tecnológico de Almería (PITA). Tardan 45 minutos extra por el tráfico, por lo que las alarmas suenan antes en la madrugada y los frigoríficos de casa se han decorado con imanes de teléfonos de comida a domicilio.
El trayecto que a María Encarnación Esteban antes le ocupa desplazarse desde su domicilio, también la Vega, a su oficina, se ha multiplicado. Explica que antes tardaba apenas diez minutos y “ayer (el viernes), desde Calzada de Castro hasta mi casa fueron 25 minutos. Todas las rotondas son un infierno en las horas punta. La del Rafael Florido es mortal”.
Mercedes Trillo explica que “la rotonda que baja de El Puche a la autovía es horrorosa. Desde la rotonda del Sector 20 entras en atasco, porque los dos carriles se convierten en un solo al poner los pivotes verdes en la rotonda de abajo para los que vienen de los Molinos. El bus no ayuda porque los coches huyen de ese carril y colapsan el izquierdo”.
El puente de la avenida del Mediterráneo se ha resentido con una circulación capaz de sacar de quicio hasta al más cachazudo de los almerienses. Es más notable, si cabe, por las tardes. Le ocurre lo mismo a la avenida de Cabo de Gata, que puede sorprender al conductor vespertino al convertirse en una trampa.
Tampoco está afectada de forma directamente por las obras, transformándose en ocasiones en una opción equivocada frente a la avenida de Sierra Alhamilla, ya que los conductores escogen otras rutas para no adentrarse en zonas de trabajos y desvíos. Así puntos, como la rotonda del Cable Inglés (“la del Ego”, como ahora le llaman), que de por sí eran considerados negros ponen a prueba los conocimientos básicos de cómo entrar y salir de las rotondas en las que confluyen hileras de vehículos.
A esta glorieta llegan también conductores procedentes del Poniente. Ya llevan lo suyo. Las obras iniciadas este mes de enero para la construcción del acceso directo de la N-340 al Puerto de Almería no han hecho más que comenzar, pero solo un pequeño tramo que esta semana ha visto reducido sus dos carriles a uno ha tenido su impacto con retenciones tanto en la carretera de El Cañarete y como en la autovía.
El AVE y los cortes de tráfico en el nudo de Viator
No solo hay que echarle buen ánimo a conducir en el interior de la ciudad. Se requiere también templanza al volante a la hora de acceder a la capital desde el levante, por las obras del soterramiento, y desde el poniente, por las obras del Puerto, recién iniciadas. Pero la circulación por la red de autovías presenta otras complicaciones. Las obras de remodelación del nudo de Viator que une la A-7 y la A-92 se han prolongado al mes de febrero. La ejecución de cuatro nuevos ramales directos entre las autovías A-7 y A-92 y el rediseño de los cuatro ramales del enlace actual ha requerido programar cortes las mañanas laborales hasta el próximo día 21. Las obras del AVEestán afectando a la A7 con momentos de vehículos parados en los dos carriles dirección Murcia a Almería y en la incorporación desde la carretera de la costa N-344 (Retamar). “En esta ocasión se añadió un alcance por lo que ha sido media hora parados”, comenta L.G.D.
Lo peor está por llegar. Las obras del Puerto no han hecho más que empezar, con el Paseo de Almería en obras y la Zona de Bajas Emisiones que, ya señalizada y pronto activará las cámaras de vigilancia, se pondrá seria de cara a los vehículos no autorizados con un puente, el de la avenida del Mediterráneo, a derribar este verano.
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