Almería da por controlada la población de gaviotas y aborda el proyecto piloto de las cotorras
Bienestar animal
El Ayuntamiento retira los huevos de las nidificaciones en azoteas de edificios privados
En El Toyo, los huevos de cotorras están siendo tratados con parafina
El Ayuntamiento de Almería ha dado por controlado el exceso de la población de gaviotas detectado el pasado verano, mediante las intervenciones realizadas en nidos y huevos de las comunidades de vecinos que se han puesto en contacto por las molestias de estas aves que, al margen del ruido y excrementos, son especies invasoras, que pueden transmitir enfermedades zoonóticas, territoriales e incluso agrevisas.
Las quejas en la capital almeriense, con casos como las ‘gaviotas ladronas’ de las meriendas de los escolares en el recreo, se multiplicaron el pasado año, empujando al Consistorio de la capital a tomar cartas en el asunto. Recibida la pertinente autorización por parte de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento ha podido retirar al menos una treintena de huevos en entornos como los de la plaza Virgen del Mar o Barcelona, dando así por controlada la población, aunque la campaña sigue activa.
Iniciada hace dos meses, se ha escogido el periodo de reproducción que, en teoría, finalizó este pasado mes de junio, si bien “el cambio climático tiene todo un poco alterado y se puede alargar un pelín”, ha explicado el concejal de Sostenibilidad Ambiental yEnergética, Antonio Urdiales, quien traslada la disponibilidad de este servicio a las comunidades de vecinos que hayan detectado nidos en las azoteas de sus edificios y la presencia de estas aves les esté generando problemas.
De manera paralela, el Ayuntamiento ha puesto en marcha el proyecto piloto para el control de la población de cotorras argentinas y de Kramer, cuya presencia en el término municipal se ha duplicado en los últimos cuatro años hasta aproximarse al medio millar. En colaboración con CECOUAL, el Centro de Investigación de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería, se está actuando en El Toyo con una plan de carácter experimental que combina varias técnicas que, en esta primera fase que se prolonga hasta agosto, aborda la esterilización de los huevos mediante su inmersión en parafina posibilitando la interrupción de su desarrollo. “Hay que intervenir porque se nos puede ir de las manos”, como ha ocurrido en otras ciudades, sostiene el responsable municipal.
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