Almagrera, un sueño minero
El grupo de investigación de Historia Económica y Desarrollo de la UAL pone en valor el enorme impacto que tuvieron los yacimientos de Cuevas del Almanzora con un documental y una exposición de la minería española de los siglos XIX y XX
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Un importante hallazgo cambiaría en el año 1938 el destino de Sierra Almagrera. Un rico filón de galena argentífera afloraba en barranco del Jaroso dando paso a un siglo de intenso laboreo minero en el que Cuevas del Almanzora, que llegaría a acoger a más 30.000 habitantes por la demanda abundante de mano de obra, se conocería en todo el país como la “tierra de la plata”. Todavía hoy, pese a no tener actividad, siguen muy presentes las huellas de ese pasado en las montañas y la costa con esqueletos de las instalaciones para el procesado del mineral, los pozos y escombreras, cargaderos y tecnologías de vanguardia en aquella época como la máquina de vapor del barranco del Chaparral. Sierra Almagrera se convirtió en uno de los principales escenarios para la minería española del siglo XIX, un enclave singular que generó una intensa conmoción especulativa, financiera y productiva que se iría extendiendo al resto del país.

“Fue un acontecimiento extraordinario, de gran impacto para este sector, como la fiebre del oro americana, pero aquí se inició ocho años antes que en California”. Así lo explica el catedrático de Historia Económica de la UAL Andrés Sánchez Picón y uno de los artífices del proyecto que ha puesto en valor este legado. Con una exposición didáctica de paneles informativos con contenidos accesibles e imágenes y el proyecto audiovisual de 81 minutos titulado “Almagrera, un sueño minero”, el Grupo de Investigación de Historia Económica y Desarrollo (HEDES) de la Universidad de Almería ha querido contribuir a la difusión del conocimiento sobre el progreso minero e industrial que propició la aparición de la galena argentífera desde el noroeste de la desembocadura de río Almanzora hasta el litoral cuevano.
Sierra Almagrera fue un acontecimiento que tuvo un impacto extraordinario al contagiar ese fervor por la minería al resto del país"
Este mes la muestra se trasladaba hasta la biblioteca Villaespesa, después de hacer escala en el campus de la UAL, y el jueves se estrenaba en el salón de actos el documental, que ya tuvo un primer visionado en el Teatro Echegaray de Cuevas, con un coloquio en el que participaron los investigadores, protagonistas de los testimonios históricos -familiares de los que en su día recorrieron la galerías- que se recogen y el rector José Céspedes. La Universidad ha impulsado un “mayo minero”, como lo definió la profesora Lola Haro Gil, coordinadora del montaje en Almería de esta exposición que hace un recorrido por la minería de los siglos XIX y XX en España como potencia que abasteció a la industria británica, alemana y francesa. Permanecerá hasta el 29 de mayo en la sala de exposiciones de la Villaespesa y ha sido comisionada por Eva María Trescastro y Lluís Torró, docentes e investigadores de la Universidad de Alicante.

Con la participación de una veintena de investigadores, es una oportunidad para explorar este capítulo fundamental de la historia económica y social porque contribuyó a la apertura española al mercado de Europa y compensó la balanza comercial tras perder las colonias. El documental, que en breve estará disponible en Youtube, forma parte del proyecto de transferencia LEGAMIN para la puesta en valor del legado minero y fue filmado por la productora de Equipo Funámbula. En el estreno participó el director y productor Manuel Rodríguez, que también es profesor asociado de la UAL, y otros autores como Sánchez Picón, José Joaquín García, Lola Haro y Enrique Fernández Bolea, así como los hijos de los mineros del pasado siglo que relatan sus propias vivencias en la cinta.
Los investigadores asocian la actividad de aquellas galerías, que sumaron más de 400 kilómetros a través de los barrancos de Sierra Almagrera, a las transformaciones urbanas de la arquitectura del XIX en la provincia, como el ensanche burgués de la capital fruto de los grandes beneficios empresariales de una cultura especulativa con las acciones en la que se vendieron más expectativas que realidades. De ahí lo del “sueño minero”. El catedrático Sánchez Picón explica que “el descubrimiento de Sierra Almagrera provocó una efervescencia por la minería descomunal y aquí se abrieron miles de pozos y se constituyeron más de 300 sociedades pero sus acciones se venderían a inversores de todo el país”.

Ese “fervor minero” se contagió al resto de provincias desempeñando un rol clave para la economía. En Almagrera se extrajeron plomo, plata y hierro a través de más de 1.700 concesiones que se irían perdiendo con el paso de los años, permaneciendo algo más tiempo la barita en Las Herrerías. En la actualidad es poco probable que se retome la actividad, tal y como apunta el catedrático Sánchez Picón, pero sí se podría aprovechar la riqueza patrimonial poniéndola en valor para que pueda ser visitada para atraer turismo como ocurre con la geoda de Pulpí. Hoy en el Chaparral se puede visitar la mina Encantada y una máquina de vapor única en su género por su antigüedad -declarada Bien de Interés Cultura- y la de La Mulata en Bédar.
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