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Uno de los agentes de la Guardia Civil del puesto principal de Roquetas sufrió este lunes uno de los peores episodios de su vida estando fuera de servicio cuando un delincuente habitual con un completo historial delictivo se presentó en su domicilio particular para amenazarlo y posteriormente agredirlo en presencia de su familia. Sobre las cinco de la tarde, estando ya franco de servicio en casa junto a sus dos hijos menores de edad, el descanso del agente se resquebrajó en mil pedazos al escuchar gritos por la ventana. Alguien estaba profiriendo todo tipo de amenazas e insultos desde la calle que también sobrecogieron al vecindario."Sal de tu casa, guardia cabrón, te voy a matar" fueron algunos de los improperios que tuvo que aguantar sin salir del inmueble.
Escuchó golpes en la persiana de su piso, situado en una primera planta, pero no se asomó para evitar la confrontación. En un primer momento, todavía sin saber quién era el que estaba provocando la angustiosa situación, el agente no quiso salir para esperar que el potencial agresor se calmara, haciendo caso omiso a injurias y provocaciones de todo tipo. Pero poco después escuchó como se colaba dentro del interior del bloque de pisos y se encontraba en la segunda planta en una actitud muy violenta e inestable. Ya sí sabía quién era, un conocido maleante de la zona con medio centenar de antecedentes policiales, incluidos delitos por atentado contra la autoridad.
Antes de que se enzarzara en una discusión o tomara represalias con otros vecinos, el guardia civil optó por salir al rellano para preguntarle que quería y qué hacía en su casa. Sin mediar palabra, el hombre exaltado saltó sorpresivamente por las escaleras del segundo hacia el agente y comenzó una violenta agresión con puñetazos y patadas y, lo más preocupante, empleando algún objeto cortante que llevaba en las manos y con el que apuñaló al agente en el costado izquierdo a la altura de la axila. Con ese mismo elemento cortante lo hirió en el cuello y la cabeza, pero afortunadamente no llevó a clavarlo con profundidad.
El guardia civil vio peligrar su integridad física por el ataque de una persona que estaba fuera de control, sin saber tampoco con qué objeto lo estaban apuñalando, y sacó fuerzas para levantarse y reducirlo pese a las agresiones sufridas. Una vez inmovilizado, llamó a los compañeros de la Guardia Civil para que le auxiliaran y completar la detención de este peligroso individuo. Antes de que llegaran los refuerzos, los propios vecinos salieron a socorrer al agente herido durante un breve periodo de tiempo que se hizo eterno por los insultos y amenazas que seguía profiriendo desde el suelo. En ese momento salió uno de sus hijos de la vivienda y el delincuente le advirtió al agente: "A ese que está ahí, a tu hijo, lo voy a matar y matarte a ti vale 5.000 euros".
Finalmente llegó la patrulla uniformada y procedió a materializar la detención. El guardia civil tuvo que ser asistido en el servicio de urgencias de la Policlínica de Roquetas de Mar y su hijo se encuentra en estado de ansiedad por el duro acontecimiento que había vivido en la tarde del lunes. Presenció cómo agredían a su padre en el portal de su casa y escuchó todo tipo de amenazas de muerte contra toda la familia. Además del parte médico, el agente notificó que la pared y persiana presentaban daños materiales por los golpes que había propinado el detenido, una persona que mantuvo ese estado de agitación y nerviosismo y resistencia a los agentes durante toda la tarde. De hecho fue internado en los calabozos del puesto principal y horas más tarde tuvo que ser trasladado al hospital porque se había autolesionado y su vida corría peligro.
Las agresiones a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no son ni mucho menos una excepción y en los últimos años han crecido exponencialmente. Víctor Vega, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), relata que los “ataques” a sus compañeros desgraciadamente son cada vez más frecuentes: “En la provincia es raro una semana en la que no se produzca alguna agresión contra los guardis civiles”. Pone de manifiesto la necesidad de dotar a las unidades de más recursos y materiales de defensa para protegerse ante situaciones violentas como pistolas táser y chalecos antibalas para todos y también reclama un mayor castigo para los agresores. “Las penas que lleva aparejado este delito de atentado son leves, perdiendo así el principio de autoridad”. Desde AUGC también llevan años reclamando que su empleo sea considerado profesión de riesgo al igual que los otros fuerzas y cuerpos de seguridad locales o autonómicos.
Hace menos de cuatro meses, a principios de junio de este año, seis guardias civiles y dos policías locales de Roquetas sufrieron un fuerte ataque de un hombre al que intentaron identificar después de agredir sin motivo aparente a una madre y a su hijo en un parque. En agosto de este año un juez de Almería imponía condenas que suman dos años de prisión (12 meses por delito contra la autoridad y 12 por el de lesiones) a tres hermanos que agredieron a cuatro agentes de la Guardia Civil durante las fiestas de Cuevas en noviembre de 2019. Estas penas impuestas fueron suspendidas durante el plazo de dos años a condición de que no vuelvan a delinquir, pero dos de los agentes necesitaron 25 y 61 días para curarse de las heridas.
En otro fallo de septiembre del pasado año se condenó a solo seis meses de cárcel a un hombre que agredió a tres guardias civiles que acudieron al Barrio Alto de Albox para mediar en una reyerta entre varias personas. A pesar de las heridas de consideración y los daños en el vehículo policial, la juez ha ordenado que se suspenda la ejecución de la pena de prisión durante dos años a condición de que el condenado no vuelva a delinquir y haga frente al pago de la responsabilidad civil que le ha sido impuesta. Una de las sentencias más contundentes, por la gravedad de los hechos juzgados, llegaba en enero de 2022 cuando la Audiencia Provincial de Almería imponía penas que sumaban 23 años y medio al acusado de agredir sexualmente e intentar matar a una agente de la Guardia Civil después de colarse en su vivienda de la Urba de Roquetas. Los hechos se remontan a una madrugada de principios de marzo de 2020 y poco después del suceso fue detenido e ingresado en prisión provisional y sin fianza.
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