El aeropuerto de Almería renueva el contrato a la ‘patrulla halcón’ para garantizar la seguridad aérea

La Sociedad Andaluza de Control de Fauna seguirá prestando el servicio con técnicas de cetrería para minimizar la presencia de avifauna en el recinto y sus inmediaciones

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Las aves rapaces trabajan en el aeropuerto de Almería desde hace más de quince años
Las aves rapaces trabajan en el aeropuerto de Almería desde hace más de quince años / Aena

Aena ha renovado un año más el contrato con la empresa Sociedad Andaluza de Control de Fauna para la observación, seguimiento, expulsión y captura de animales silvestres como las aves, liebres, conejos, jabalíes y zorros que pueden invadir el recinto aeroportuario de El Alquián poniendo en grave riesgo la seguridad de las operaciones aéreas. En esta ocasión el servicio se ha agrupado en una adjudicación compartida para los aeropuertos de Almería y Federico García Lorca Granada-Jaén por un importe de 235.000 euros. El contrato se firmó a finales de abril con la única empresa que se había presentado a la licitación que es precisamente la que puso en marcha la halconera y las técnicas de cetrería para minimizar la presencia de la avifauna en el aeropuerto almeriense y sus inmediaciones en febrero de 2009.

La Sociedad Andaluza de Control de Fauna, que tiene sede en la localidad de Huétor Vega y presta también sus servicios en Murcia, volverá a gestionar la 'patrulla halcón' para ahuyentar todo tipo de aves como gaviotas, palomas, gorriones, garzas y alcaravanes de las proximidades del aeropuerto de El Alquián empleando una quincena de rapaces como águilas, azores, harris y halcones peregrinos, además de un perro adiestrado que también contribuye a la intimidación de la avifauna, además de ser imprescindible para localizar los restos de los animales. La cetrería es una actividad que tiene miles de años de antigüedad, una sinergia entre ave y hombre que ha tenido una aplicación práctica desde finales del siglo pasado a la hora de garantizar la seguridad del tráfico aéreo. En los últimos años se están incorporando drones a las labores de intimidación de la fauna en algunos aeropuertos europeos.

Una quincena de aves rapaces tienen presencia habitual en el aeródromo almeriense
Una quincena de aves rapaces tienen presencia habitual en el aeródromo almeriense / Almería Aérea

Los vuelos de las aves rapaces se programan de forma aleatoria porque si tuvieran un horario preestablecido perderían eficacia. Los cetreros recorren las instalaciones y cuentan con la colaboración de la torre de control que avisa cuando detecta movimientos de bandadas de pájaros. El uso de las técnicas de cetrería para el control de fauna comenzó a aplicarse en los aeropuertos comerciales hacia 1970 y el artífice de la idea fue Félix Rodríguez de la Fuente. En los recintos aeroportuarios costeros es muy común la presencia de gaviotas, en los de interior predominan las aves esteparias o de llanura y las cigüeñas. En Andalucía y la franja mediterránea son frecuentes las garzas.

Intimidación de las rapaces

En España son una treintena de aeropuertos los que tienen contratos de técnicas de cetrería, un sistema basado en la intimidación que producen los rapaces al volar y no en la caza o eliminación de los pájaros. Se ha convertido en un servicio esencial dada la especial relevancia por la situación geográfica, el clima y la diversidad paisajística del territorio que dan soporte a una de las auvifaunas más ricas del continente. La empresa pública estatal adjudicó el pasado año el contrato para garantizar la seguridad de las operaciones aéreas en el aeropuerto de Almería a la Sociedad Andaluza de Control de Fauna por importe de 67.760 euros y un periodo de ejecución de ocho meses que se inició en agosto.

La Sociedad Andaluza de Control de Fauna trabaja en Almería desde febrero de 2009
La Sociedad Andaluza de Control de Fauna trabaja en Almería desde febrero de 2009 / Javier Alonso

En abril ha adjudicado un nuevo contrato de forma conjunta para los aeropuertos almeriense y granadino en el que se incluye la recogida de restos de animales, la custodia hasta su identificación y la eliminación conforme a la normativa vigente, además de realizar seguimiento de las medidas que se llevan a cabo, su evaluación y el diseño de propuestas para mejorar. La empresa garantiza que una quincena de distintas aves rapaces vuelen de forma diaria para ahuyentar la avifauna del entorno del recinto, de sol a sol incluyendo domingos y festivos, y son pioneros en tecnología de altímetros de presión de altura después de décadas funcionando a golpe de cascabel y oído. Ahora cuentan con detectores que indican la posición del animal con localizador de radio.

Más de quince años en servicio

Aquel primer contrato de Aena con la Sociedad Andaluza de Control de Fauna se realizó hace más de 16 años con una inversión de 180.706 euros y después de un exhaustivo estudio sobre la población de aves que habia o se mueve en el entorno del aeropuerto almeriense. La halconera echó a andar el 1 de febrero de 2009 con un plantel de 16 aves rapaces gestionada por cuatro expertos cetreros, predominando los halcones peregrinos, las águilas Harry, azores y los híbricos -mezcla de jerifalte con peregrino y sacre-. La prestación del servicio precisa autorización para el trampeo, permiso de armas y de caza, así como para vuelos de cetrería para captura, que se realiza con halcones entrenados para el marcaje por altanería de otras especies. El propio aeropuerto cede el espacio de halconera donde alojar a los animales que tienen que abarcar la mayor superficie posible en un tiempo de vuelo mínimo de 20 minutos.

El contrato establece que sean seis aves de presa como mínimo, otras dos de bajo vuelo como azores o harris y también un perro adiestrado para ahuyentar aves, así como para buscar los restos de fauna terrestre. También se pueden realizar vuelos de caza y expulsión de aves que sobrevuelen o pretendan establecerse en zonas que puedan suponer un riesgo para el tráfico aéreo. En relación a los mamíferos, la empresa adjudicataria del contrato deberá revisar el vallado y el acceso a los campos de vuelo para evitar que penetren perros, gatos o jabalíes, entre otros. La prestación se realizará con la mínima afección al medio ambiente, por lo que prevalecerán las actuaciones no lesivas tanto para la fauna como para la flora. En este sentido, se primarán medios acústicos como pirotecnia o ahuyentadores sonoros de fogueo además de la cetrería y como último recurso munición de caza.

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