Un acusado de secuestrar a su exmujer dice que quería que reconociese que le había robado
Tribunales
“No es justo que se me acuse a mí (…) Las injusticias me cuesta escucharlas y no ponerle nombre”, ha manifestado durante la vista oral
Almería/Un hombre acusado de retener ilegalmente y golpear a su expareja para que ésta firmase una carta de despedida a los hijos de ambos ha sostenido este viernes en sede judicial que la amordazó y maniató para que no se autolesionase, así como que su única intención era que reconociese que le había robado 1.660.000 euros.
Ha asegurado que tras ser condenado -según él injustamente- por violencia de género, su exmujer aprovechó esa noche para quitarle dicho dinero. “No es justo que se me acuse a mí (…) Las injusticias me cuesta escucharlas y no ponerle nombre”, ha manifestado durante la vista oral ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería.
J.C.V. ha asegurado que acudió a la casa de la víctima sólo para hablar con ella por ese presunto robo y que ésta comenzó a autolesionarse, por lo que la maniató, y ha añadido que la trasladó a su domicilio para que le “firmara un papel” por lo que le “había hecho”.
Lejos de creerlo, la fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones y mantiene su petición de seis años de prisión y una orden de alejamiento de 200 metros durante siete años por el primer delito, y un año de cárcel, así como otra orden de alejamiento de 200 metros durante cuatro años, por el segundo.
Sostiene la fiscal que durante la madrugada del 30 de junio de 2021, “incumpliendo una orden de alejamiento”, accedió a la vivienda de la víctima gracias a que su hijo A.C.O., que se enfrenta a seis años de prisión como cooperador del delito de detención ilegal, le abriese la puerta “a sabiendas de lo que estaba ocurriendo”.
Mantiene que entró al dormitorio y encontró a la mujer “totalmente desprevenida” porque dormía, y que comenzó a golpearla y a agredirla, la amordazó, la maniató y se la llevó a su casa en El Ejido para “pedirle cuentas por el dinero” y para que escribiese “una carta despidiéndose de sus hijos y pidiendo perdón”.
Ha sostenido que las agresiones sufridas en ambos domicilios fueron permitidas y propiciadas por el hijo de ambos, y que J.C.V. actuó por las “múltiples desavenencias” que había entre ambos y con “claro desprecio a la condición de mujer” de la víctima.
También ha incidido en que en la mesa en la que se encontró la carta que escribió la mujer -que pudo escapar en un descuido y llamar al 112- había un hacha, una navaja y un tubo negro “para golpearla”.
Ha resaltado además que se cuentan con imágenes de una cámara de seguridad de la casa de la víctima, a pesar de que alguien intentó manipular el disco duro oculto en un falso techo del baño, en los que se observa cómo A.C.O. le franquea el paso a la vivienda y luego “limpia todo el pasillo” una vez se llevaron a su madre.
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