El abandono animal, una lacra que se multiplica en verano

El abandono animal es una lacra que, desafortunadamente, se ve incrementada durante la época estival. Las vacaciones son un momento de diversión y disfrute, pero es importante planificarlas sin dejar de lado a las mascotas, que son un miembro más de la familia.

María del Carmen Abad, una de las responsables de la asociación Adopta Un Amigo Almería, explica que los meses de verano suponen un gran problema para las protectoras. “En Navidad y fechas señaladas, la gente decide adoptar y no piensa en las consecuencias, ya que es una responsabilidad para muchos años. Cuando llegan las vacaciones, se dan cuenta de que no pueden hacerse cago del animal, que supone un impedimento para viajar, y en lugar de barajar otras opciones, deciden abandonarlo. Particularmente, tengo la sensación de que el abandono ha bajado un poco gracias a la concienciación, pero sigue suponiendo un problema enorme, sobre todo en estas fechas. Estamos atravesando un momento crítico”, afirma.

Marga Callejos, presidenta de la protectora La Huella Roja, explica que la opción habitual para dejar a los animales durante las vacaciones es una residencia canica, que suelen rondar los 15 euros al día. El hecho de que existan muy pocos de negocios en la provincia, sumado al precio extra que supone a las vacaciones, hacen que muchas personas tomen la irresponsable decisión de dejar a sus mascotas a su suerte. Además, el problema de esta época no solo tiene que ver con el aumento de abandonos, sino que el número de adoptantes también disminuye mucho. “La gente se va de viaje, los posibles adoptantes no lo hacen durante estos meses porque están fuera de Almería”, explica la responsable de la asociación.

También complica la situación que, en verano, se encuentran muchos perros con un perfil poco adoptable. “Mastines y perros grandes, que están entre los invernaderos, tienen camadas, y ahora con el calor se les ve más, y en peores condiciones, la gente se los encuentra asfixiados y sofocados. Se abandonan además muchos podencos, actualmente tenemos unos veinte en el refugio”, manifiesta.

La Huella Roja en estos momentos está saturada, pueden hacerse cargo de 100 animales, y tienen 97, dejando así muy poco margen de trabajo. Cuentan con ayuda externa, casas de acogida que se llevan a los animales para que estén en un hogar y no en una jaula. “Intentamos acudir a ellas solo para casos en los que sea muy necesario, o para acogidas indefinidas, ya que cuando vuelven a la protectora entran en una depresión horrible. Durante el día tenemos terreno para que estén libres, pero por las noches duermen en jaulas, y después de estar quince días en una casa, resulta traumático para ellos”. Para los gatos también recurren a estas casas de acogida, ya que es inviable tenerlos en el refugio. “Encontrar adoptantes o casas de acogida para gatos adultos es muy complicado”, asegura la directora.

Por su parte, Abad expresa que “en Almería, generalmente, siento que los más castigados son los gatos, no hay adoptantes, y las colonias sin controlar son un gran problema, ya que suponen que gatos sin esterilizar estén criando constantemente. Sin embargo, en verano, sí que notamos que los abandonos de perros se incrementan algo más que los de gatos”.

Adopta Un Amigo Almería es una asociación pequeña, que cuenta con cuatro miembros, más otras dos personas que ayudan como casa de acogida. Ahora mismo, tienen veinte animales en adopción, que aunque, a priori, no parecen muchos, sí que lo son, teniendo en cuenta que no poseen un refugio al que llevarlos, sino que son las propias voluntarias las que los tienen en sus casas. “Asumir más animales sin tener un lugar en el que puedan estar y sin que salga ninguno adoptado es inviable. Una compañera incluso tiene el baño ocupado con un gato que no puede relacionarse con otros animales, no tenemos donde meterlos”.

Las sanciones por abandono han incrementado gracias a la ley de protección animal, multas que varían desde los 500 euros por infracciones leves hasta los 50.000 por delitos graves, entre los que se incluyen actos de abandono deliberado o maltrato severo que pongan en riesgo la vida y bienestar del animal. “Sobre el papel es cierto que se han endurecido las penas, sin embargo, en el día a día, yo no veo que esté pasando. Por otro lado, esta nueva ley deja desprotegidos a los perros de caza, que suelen ser precisamente los más afectados”, concluye Abad.

Respecto a los datos, el centro Zoosanitario de Almería gestionó la entrada de 750 animales durante los primeros seis meses de 2024, y la salida de 700. A finales de junio se registraron 260 animales en la institución, con una media de 60 adopciones al mes.